Villalpardo Pura Vida¡¡ Rambla de San Pedro, puente de Vadocañas, sendas del cabriel, Consolación y vuelta.

Si te gustan las sendas y las ramblas, no hay duda, esta es tu etapa.





Compendio de varias rutas que hemos encontrado en wikiloc, entre ellas las BTT de Villalpardo y Villamalea.
Quiero aprovechar para dar las gracias a todos los que desinteresadamente cuelgan sus rutas en wikiloc para que cualquiera pueda descargarlas y usarlas.



Salimos de villalpardo y buscamos la rambla de San Pedro, que sencillamente nos hará disfrutar lo indecible de la bicicleta de montaña. Encontraremos zonas de senda limpia que serpentea paralela a la rambla, cruzándola en algunos sitios y discurriendo por el propio cauce seco en otros. Tenemos un lecho rocoso en ocasiones un poco incómodo que debemos pasar con cuidado y culo atrás y pasos puntuales de terreno roto debido a regueros.
Pasaremos bajo un puente y por tres grandes tubos que canalizan las avenidas bajo la nacional, y seguiremosbajando hacia el llamado barranco del agua.
A estas alturas nuestro amigo Paco ya nos había dicho lo preciosa que es la etapa quizás unas 20 veces.
Aún nos queda un buen tramo de rambla con una bajada técnica debida a una poza que se hace por la derecha y seguiremos disfrutando de esta rambla que se encajona entre paredes de arenisca.
Como no va a ser todo rambla comenzamos una subida con algún repecho duro puntual adentrándonos en zona de monte bajo. Un poco de pista y bajada que si seguimos el track se torna técnica en un primer punto que se hace sin demasiados problemas. Después indico una senda muy técnica ya que comienza con un par de escalones, sigue con un profundo reguero y continúa con terreno suelto, además de ser realmente inclinada. El que la vea y piense ¡donde me he metido¡ solo tiene que regresar un par de metros y seguir recto.
Llegará sin muchas complicaciones al impresionante puente romano de Vadocañas sobre el río Cabriel. En esta zona por cierto, el Cabriel delimita la frontera entre Castilla la Mancha y Valencia.
Disfrutamos de las vistas sobre el puente en las dos riveras y regresamos por la que traíamos siguiendo su curso por una chopera que comenzaba a tapizar el suelo de hojas. Estamos en la senda que sigue el cauce del rio, limpia con apenas algunos pasos puntuales que hacer con atención y cuidado, cruzándonos con setas, hierba fresca y exuberante vegetación que nos arropa y guía pedalada a pedalada. No queremos que se acabe.
En ocasiones podemos ver con claridad el curso del río, de agua trasparente y remansos que invitan al baño y algunas construcciones en ruinas salpican el recorrido.
Llegamos a una construcción quizás refugio de temporada, en la que encontramos un acogedor jardín con una mesa y taburetes de madera, un banco corrido y una coqueta casita hecha con un enorme tronco hueco. Retrocedo unos cuanto años hasta mi infancia y recuerdo tardes de juegos cuando las inquietudes terminaban en los brazos de mi madre.
Seguimos cruzando algún pequeño paso de agua y llegamos a otra chopera en la que la vegetación se apodera de un antiguo meandro y nos deja una senda limpia suave e idílica.
Así seguiríamos todo el día, siguiendo el cauce del Cabriel y disfrutando de lo lindo, pero tenemos que regresar, por lo que cogemos pista de subida y nos armamos de paciencia. Hay que bajar la cabeza, mirar al pedalier y olvidarse de si la cuesta termina ya o queda un poco más.
Disfrutaremos de buenas vistas del valle.
Llegamos a una finca y pasaremos por un roto de la valla junto a unas puertas para seguir el camino hasta un bancal de almendros que debemos atravesar. Por el borde es incluso ciclable.
En una pista de bajada tenemos una senda casi perdida a la izquierda que debemos buscar pues no se ve desde el camino y nos deja en un campo de almendros del que saldremos por la derecha junto a la valla.
Nos queda un rato más de pista sin mucho aliciente, que nos lleva a la ermita de nuestra señora de la consolación, donde tenemos unas escaleras tendidas y en el último peldaño la fuente de los caños con su pilón donde refrescarse a conciencia y reponer líquidos.
Tras el descanso y con los bidones llenos solo nos quedan unos 6 kilómetros para llegar a Villalpardo fin de esta preciosa etapa.
¡Pura vida¡