Villavaliente, Casas del Cerro, La Gila, Tolosa, Alcalá, La recueja. A disfrutar. Sendas técnicas. Pura Vida¡¡

Bonita etapa la que nos preparó el Sr Juanto en sus dominios el pasado sábado.
Tiene de todo, camino, asfalto, sendas de subida, sendas técnicas, vistas increíbles, paseo junto al río… De hecho podríamos decir que son dos etapas claramente diferenciadas. La primera es dura y técnica y la segunda es ciclo turismo. De todo hay que hacer en esto de la bici.
Le pondremos una calificación técnica de difícil ya que tenemos sendas tanto de bajada como de subida donde debemos estar fuertes y dominar la bici, aunque como todos sabemos, donde no lo veamos claro, se pone pié a tierra y tranquilitos llegamos a todos sitios.
Salimos de Villavaliente Jose, Juancar y un servidor siguiendo a Juanto, que nos lleva por camino y cruzando la pequeña rambla de San Lorenzo a la altura del tollo de la vaca, donde ya tenemos un preludio de las impresionantes vistas que nos esperan.
Seguimos camino y llegamos a Casas del Cerro donde disfrutamos de unas vistas privilegiadas de Alcalá del Jucar, uno de los pueblos más bonitos de España. Bajamos la senda que sigue la cornisa en dirección a La Gila, pero antes bajaremos una senda que nos deja en la carretera que baja a Alcalá, a la altura del puente.
Primera senda técnica con algunos pasos complicados en roca, sobre todo en las curvas, pero que es bonita y con vistas de Alcalá al fondo. Se disfruta.
Subida por carretera que dejamos un poco más arriba por la izquierda para subir una senda pedregosa que podrá a prueba nuestra fuerza y equilibrio por igual.
Un poco de camino, un poco de senda junto a la cornisa y llegamos a La Gila donde tenemos dos fuentes, una antes del frontón y otra en el depósito de agua.
Cruzamos el pueblo y buscamos la senda de bajada a Tolosa.
Senda técnica, muy pedregosa, con cerradas curvas y un tramo de mucho desnivel. El que no lo vea claro, pié a tierra.
Cruzamos el puente de Tolosa y decidimos subir la senda del pueblo, ¿por qué no?
La subida por las rampas del pueblo se puede hacer montado en su totalidad. Fuerza y equilibrio. Los primeros metros de la senda son imposibles de hacer sobre la bici a mi entender, debemos andar unos 50 metros. Después la senda es llevadera, con algún paso un poco más complicado, pero se disfruta a nivel técnico, y las vistas son impresionantes. La parte final de nuevo nos tocará hacerla andando y será cuando nos demos cuenta del paisaje que vamos dejando atrás.
Nada mas llegar arriba tomamos a la izquierda senda difusa que sigue la cornisa rocosa de la hoz del Júcar. Se ven las marcas PR pintadas en la roca, pero realmente es la losa de la planicie salpicada de piedra suelta y matorral por donde transitamos. Algo incómodo pero se puede hacer casi en su totalidad montado. Los últimos 20 metros toca hacerlo andando siguiendo una linde de un bancal, pero si hemos llegado hasta aquí habremos disfrutado de unas vistas alucinantes, las mejores de toda la etapa, y eso que ya llevamos paisajes marcados en la retina en lo que va de mañana, y lo que queda. Se termina el bancal y de nuevo tenemos un camino que termina en el mismo tipo de terreno que traíamos es decir repisa rocosa transitable con cuidado y regalando paisajes a nuestros sentidos, pues además de la vista el aire nos refrescaba y se estaba bien pedaleando, muy bien.
Dejamos definitivamente la cornisa, aunque tenemos un trozo más que dejamos para otro día y llegamos a Las Eras. Aquí tenemos su fuente donde reponemos agua y charlamos con un agradable lugareño de avanzada edad y lúcida mente.
Seguimos ruta bajando la senda del agujero, que une Las Eras con Alcalá. Senda con un paso técnico que Juanto ya nos enseñó a bajar en un video que pudimos ver en otra ruta, pero que merece la pena ver de nuevo.



Con sus clases magistrales la senda se disfruta y se hace rápida y del tirón.
Una vez a la altura del depósito de agua de Acalá bajamos por senda a la altura del castillo. Senda sencilla con unas escaleras y dolo dos curvas finales que se nos atragantan por lo reducido de su radio.
Bajada por las calles del pueblo donde nos cruzamos con un numeroso grupo de chavales de unos 10 años en una de las calles más estrechas. Nos animan y jalean como a profesionales y por unos momentos uno se siente como Indurain en sus mejores tiempos. La sonrisa se marca en nuestras caras y la vemos reflejada en las de la chiquillería.
Una vez abajo decidimos que en lugar de subir la senda de las zetas hasta Casas del Cerro y regresar por donde hemos venido, nos vamos a dar el lujazo de regresar por carretera bordeando el río hasta La Recueja y afrontando luego la subida hacia la planicie, que nos deja de nuevo unas bonitas vistas. Tramo para charlar y soltar piernas y comentar los pormenores de la etapa. Larga recta hasta Villavaliente donde nos espera un refrescante baño por fuera con agua de piscina bien fresquita, y baño por dentro con cerveza helada mezclada con limón granizado.
La guinda de una magnífica jornada de ciclismo, disfrute y compañerismo desde la primera a la última pedalada.
Pura Vida¡¡