Vitoria - Ullíbarri-Ganboa - Zalduendo - San Adrián - Brinkola - Zumaya

No se si recomendar fervientemente este recorrido o desaconsejarlo sin dudar. Para empezar es largo; desde la meseta hasta la costa guipuzcoana se acumulan los kilómetros atravesando paisajes variados: cereales en la llanada alavesa, embalses con buenos servicios de ocio, bosques tupidos de hayas y robles, calzada romana, bidegorris sobre abandonadas líneas de ferrocarril, entre otros.

Por otro lado, el tramo de la calzada romana, varios kilómetros, deberás hacerlo a pie, supongo que lo de "calzada" vendrá por eso. A esas alturas, más de 1000 m. la humedad del terreno es importante haciendo las rocas de la calzada resbaladizas y formando algunos cenagales, así que te recomiendo buen calzado para este recorrido. Los senderistas, abundantes hoy, te mirarán extrañados cuando pases junto a ellos con la bici en el costado. Algunos esbozando una sonrisa.

La bajada desde la ermita de Sancti Spiritus, unos cientos de metros más allá del túnel, hacia Brinkola, está llena de charcos que imagino que en invierno serán un infierno, porque hoy que comenzaba el verano erán como mínimo incómodos. Pero si los charcos y las rocas graníticas que afloran aquí y allá en el camino no te molestan demasiado disfrutarás de parajes realmente mágicos.

Una vez que llegué a Brinkola, agradecí como nunca el asfalto que no veía desde Zalduendo en Álava y siguiendo la vía verde del Urola llegué hasta las cercanías de Cestona y de allí a Zumaya disfrutando del cemento como nunca hasta hoy.

He utilizado un tren de media distancia de Renfe para llegar a Vitoria desde Donostia y otro de FEVE desde Zumaia hasta San Sebastián.