Vuelta a los Montes de la Peña

IBP 109

Ruta de extremos y poco término medio, podría decir. Combina pistas fáciles, zonas técnicas y varios tramos en los que empujar la bici es inevitable.

Empezamos junto a la torre medieval de Lezana de Mena tomando la carreterilla de acceso a Cadagua, en donde abandonamos el asfalto (que apenas volveremos a pisar hasta el regreso a origen) para enfilar hacia arriba por un camino empedrado que se une con el GR85-Ruta de los sentidos. Salvamos las vías del ferrocarril de la Robla por un paso subterráneo y atacamos la travesía del camino antiguo. Es factible hasta el waypoint "Camino medieval o árabe", pero desde ese punto, y hasta el descampado previo al collado de la Magdalena, la senda es empinada, roquera o de empedrado basto, así que resulta imposible atravesarla sobre la bici, salvo algún trecho mínimo. Un kilómetro empujando por el bosque pero amenizado por las vistas, muy, muy chulas. Al llegar al páramo la senda pierde en roca y gana en hierba, de modo que el collado se atraviesa ya en bici.

En la Magdalena el GR se convierte en pista y desciende con facilidad a Castrobarto, en donde los despojos de su torre medieval llevan años sirviendo de casa de aperos para la granja vecina. Lamentable. Más adelante dejamos el GR y por una parcelaria (ojo con los socavones que hay en los cruces) bajamos a Colina para pillar la senda que se dirige al Alto Corosma. Conviene tomarse con calma el ascenso porque estas sendas son traicioneras; no tienen grandes desniveles pero sí kilos de piedras que endurecen e incomodan la subida. Quien se cebe al principio acabará empujando en el medio y sufriendo al final. Una vez en la cota bajamos (con buenas vistas al cerro Bedón, a un lado, y a Picón Blanco y otras cimas del macizo de la Sía, al fondo) hacia Villasante por el sendero de cantera, que requiere habilidad y dos dedos de frente porque carga no ya kilos, sino toneladas de piedra suelta, y muere en una senda que por debajo de los cortados circula en dirección a Leciñana.

La senda es interesante; boscosa, con algunos puntos que ofrecen bonitas vistas y generalmente en ascenso hasta alcanzar una larga zona de hayedos y robles que ahora luce espectacular. Un tramo colorido hasta la vía del tren atravesando suelos cubiertos por la hojarasca. Salimos del bosque, cruzamos las vías y bajamos, también con bonito panorama, hasta las inmediaciones de Leciñana, en donde aguarda un corto pero duro trecho por una senda torrentera que nos lleva, a ratos empujando, a una pista superior. A partir de ahí la ruta es descendente y bastante indolora. Accedemos fácilmente a Cantonad, tomamos la senda pública abatiendo el vallado y luego otra más, para entrar de vuelta en Lezana.

Algo de barro en las zonas sombrias. Me temo que dos o tres días más de lluvia las convertirán en intransitables.