Vuelta por el Parque Natural de la Sierra de la Almijara y Sierra del Chaparral

Una vez que uno tiene la gran suerte de descubrir el Parque Natural de la Sierra de la Almijara (sin olvidarnos de sus hermanas Tejeda y Alhama) ya queda atrapado por su belleza para siempre.

Profundos barrancos, montañas escarpadas, balsas de agua de color turquesa, cascadas de agua y grutas con estalacticas de miles de años, paisajes dolomíticos hasta donde la vista alcanza con el mar y la montaña más alta de la península en un único panorama, cortijos y ventas centenarias donde no hace demasiado tiempo se comerciaba, la sensación de rodar por donde la historia cristiana y musulmana se han entrelazado tan fuertemente, industrias resineras tradicionales...

Un sueño?? No, es real y todo eso junto lo podéis encontrar en esta ruta, tan bonita como exigente ruta.

El mérito es del wikiloco JUHEGUZ que AQUÍ ha colgado su ruta. Yo sólo me limité a disfrutar su ruta y a modificar el final que ahora comento. Para quien quiera información detallada de la ruta aconsejo leer su descripción además de la mía.

En mi caso, la ruta por comodidad y logística la iniciamos justo antes de descender hacia el río Verde, dejando el coche aparcado en un apartado que hay en la carretera justo en ese punto. Si se dispone de un vehículo SUV o todo terreno se puede ir por la pista unos metros hasta llegar a un aparcamiento. La pista no está en muy buenas condiciones por lo que sólo aconsejo esto en caso de no poder dejar el coche donde yo lo dejé o por otros motivos como el acercarse más, etc.

Una vez listos cogemos la pista que baja directo hasta la cascada de los árboles petrificados y la cueva. Por Dios!!! Que nadie se salte esto, es de lo más bonito de la ruta. La cueva está virgen totalmente, nada ni nadie la vigila lo que requiere de un respeto y cuidado máximo por parte de todos. Es impresionante, tanto la cascada como la cueva/gruta. Recomiendo llevar linterna.

Una vez hemos gozado con la cueva proseguiremos la ruta siempre por buena pista y caminos de fácil rodar (excepto la parte final como ya adelanté).

La ruta es un sin parar de lugares preciosos. Lo primero que nos encontramos tras la cascada es el embalse de Funes, el cual rodeamos. OJO!!!! Aquí justo casi nos tragamos una cadena de las que cortan el camino. Las balizas que señalizan la cadena están rotas y en el suelo y menos mal que íbamos en subida y despacio porque si es en bajada te puedes dar una buena torta. Nos pasó en varias cadenas y en todas las que pudimos recolocamos las balizas pero recomiendo tener muchísimo ojo en toda la ruta con esas cadenas. Yo vi peligrosa esta que está justo cuando rodeas el embalse y otra que está señalizada como waypoint tras subir por los Madroñales.

Esta subida por cierto es preciosa por las vistas que vamos teniendo y si nos fijamos podremos ver al fondo el Pico Lopera, con una caseta blanca en su cénit, que es a donde nos dirigiremos posteriormente. Vista desde ahí parece imposible que se pueda subir!!!!

Bajando de los Madroñales pasamos por lugares muy bonitos como el puente sobre el arroyo de la Alfajas y las Casetas de la Monticana. Desde aquí seguimos subiendo hacia Loma Ubares donde las vistas también son de traca y podremos ver Cerro Lucero por su Cara Norte que es preciosa. Si conocemos algo de la Sierra reconoceremos el puerto de Cómpeta, la Maroma, etc

Seguimos ahora en bajada por el serpenteante camino de Los Palancares, que ya hice en esta otra ruta TRAVESIA ALMIJARA y que me encantó también.

Al llegar abajo nos topamos con el desvío que nos llevaría al puerto de Frigiliana y de allí poder comunicar con la costa… que poquito le queda a este proyecto!!

Cruzamos el arroyo de los Palancares, curiosamente marrón y llegamos a la balsa de agua del Cícar. GUAUUUUUUUU!!!!!! Que preciosidad en mitad del barranco. Te quedas boquiabierto y con ganas de darte un buen chapuzón.

Muy cerca hay un pequeño manantial de agua donde recomiendo llenar bidones porque no veremos más fuentes en toda la ruta, al menos yo no las ví, y en verano esta ruta se puede hacer bastante dura por lo expuesta al sol que está y porque en esos barrancos el calor y la humedad pueden concentrarse bastante.

La pista que nos lleva a la Resinera es muy ancha y rápida pero antes de llegar a ella nos toparemos con las Cuevas de la Boñiga… curioso nombre

La Resinera merece la pena detenerse unos instantes a verla.

A partir de aquí pistas cementadas y de tierra pero en buen estado nos conducen hasta el mirador del Alto de los Morros. Más vistas impresionantes.

Pero aún nos queda bajar y volver a subir por el Cortijo de Córzola hasta el mirador del Pino de las 5 Ramas y de ahí atacar la cumbre más exigente del día y donde las vistas vuelven a dejarnos pasmados. La subida a estas alturas ya empieza a hacerse durilla pero recompensa de sobra las vistas que tendremos arriba.

Desde el Pico Lopera no podremos parar de hacer fotos. Sierra Nevada a un lado y al otro el mar, y al otro los olivares y al otro la Sierra de Almijara… pffffff.

No nos queda más remedio que seguir nuestro camino. Cogemos el cortafuegos y descendemos por él hasta cruzarnos con el sendero marcado. Este sendero es de los más cerraditos de la ruta y es muy chulo. Un poco más adelante pasa por un robledal que como dice JUHEGUZ en otoño debe estar precioso.

Llegamos al restaurante cerveza y tapa son el mejor habituallamiento del mundo.

Y a partir de aquí es donde empieza la papepada de la ruta como dicen mis amigos. En lugar de regresar por la carretera al coche, yo que tengo cierta animadversión por la carretera, decido volver por un camino que había visto en los mapas, la Cañada Real de Granada a Almuñécar. Y mamma mía. Si es dura de subida de bajada ni te cuento.

Para que quede claro, toda la ruta es muy pistera y ciclable. Nadie puede decir que es técnicamente complicada PERO si decidís hacer esta variante en lugar de volver por la carretera la dificultad aumenta totalmente. Desde el restaurante hasta el cortafuegos hay que subir cuestas muy duras por terrenos de piedras sueltas y arenosos y la bajada por la Cañada es endurera, muy difícil, con muchos puntos de pie a tierra y muchas plantas de espino cerrando el sendero. No obstante, nos encantó, es lo que tiene estar enfermos y se puede hacer montada diría que un 70%. Eso sí, hay que controlar mucho la bici.

Tanto yo como mi compi Juan Luís somos ciclistas muy experimentados. No quiero que nadie se meta en líos ok? Por eso aviso. Las vistas y el sendero son espectaculares, ya lo digo, pero tan bonito como difícil.

Y nada más, ya en la carretera sólo nos queda volver hasta el coche y dar por finalizada esta brutal ruta llena de paisajes y lugares increíbles