XVI MARCHA SIERRA DE MORATALLA

Crónica de Antonio Enrique:
Eran las siete de la mañana cuando en la E. S. Repsol nos saludábamos los cuatro con el nerviosismo reflejado en el rostro, propio de los grandes acontecimientos, si además uníamos la incertidumbre meteorológica, puesto que frío sabíamos que pasaríamos, pero las últimas noticias, anunciaban lluvia o incluso nieve a partir de las once, si eso ocurría se convertiría en una dantesca jornada. La ilusión la teníamos intacta y ni los peores augurios nos iban a hacer cambiar en nuestra idea de participar en la XVI Marcha MTB Sierra de Moratalla.

A las 7,55 nos presentábamos en Moratalla los cuatro valientes o debo decir temerarios: Antonio Roca, Héctor, Manolo y quién esto escribe; Antonio Enrique. En el pabellón de deportes donde te acreditas como participante y se recogen los dorsales, todavía estaban montando las mesas, así que decidimos buscar un bar abierto donde con la ayuda de un café olvidar los cero grados con que nos recibía a esas horas Moratalla.

De vuelta al pabellón, el ambiente se ve más animado, propio de estos acontecimientos, bicicletas por todos lados, coches llegando cargados de las mismas y gente dando los últimos retoques a sus máquinas e incluso los que salen a disputar calentando en sus rodillos para salir encendidos.

Puntuales, a las nueve y media, tras avisar por megafonía de extremar la precaución por las numerosas zonas heladas, la prueba se pone en movimiento. Una vuelta por los alrededores del pueblo nos sirve para relajar la tensión y centrarnos en la carrera.

Así van transcurriendo los primeros kilómetros cuando sin apenas darnos cuenta, tras cruzar una carretera asfaltada notas como el camino se empina, de inmediato los cambios comienzan a buscar las mejores relaciones para afrontar la subida y lo que hasta entonces había sido un pelotón compacto, ahora es un grupo cada vez más estirado donde cada uno va buscando la trazada más limpia, con menos piedras sueltas, donde la rueda haga una mejor tracción. Es en ese momento donde somos conscientes que estamos ante la subida más dura de la prueba, que con posterioridad, decidirá el devenir de la misma.

La ascensión al Cortijo del Buitre (el nombre ya es toda una premonición) son diez kilómetros sin descansos casi hasta el final, que sirven más para cambiar la posición de pedaleo que para recuperar realmente. Es una subida para dosificar, no es bueno cebarse en ella ya que al llegar con pocos kilómetros te sientes fuerte, pero cada gramo de fuerza que derroches ahora lo necesitarás más adelante para completar la prueba.

Tras la impresionante ascensión una bajada no menos impresionante en la que pones a prueba todos los sentidos porqué a lo abrupto del terreno hay que unir la nieve que la noche transformo en hielo haciendo casi imposible la frenada, ya que si frenas mucho de atrás se bloquea la rueda patinando y cogiendo más velocidad o se cruza la bicicleta obligándote a bajar de lado.

En definitiva una marcha que hará las delicias de los amantes del MTB, con pasos por ramblas sorteando piedras, pistas buenas donde poder exprimirte a tope sobre los pedales, alguna subida dura más, aunque no tanto como la primera y para terminar, una gran bajada que combina tramos de pista con otros más técnicos que nos terminan dejando en el pueblo de Moratalla, para hacer el último kilómetro a meta, que aunque callejeando no deja de subir para llegar otra vez al pabellón de deportes.

En cuanto a los cuatro representantes del Club Ciclista La Alcayna-Altorreal; mención especial a Héctor que llegó en primer lugar, Antonio Enrique en segunda posición, tercero fue Antonio Roca y Manolo tras una lamentable avería que le impidió continuar, a falta de tan solo quince kilómetros de meta se vio obligado a abandonar, no sin antes haber dejando su impronta del gran ciclista que lleva dentro.

Concluida esta primera cita con Moratalla, nos despedimos de ella con un “Hasta Pronto”, ya que el veintiséis de mayo tenemos la marcha de carretera, donde a buen seguro nuestro club volverá a pasear sus colores en tan prestigiosa prueba.