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Z-Ascenso al Pico Padre Caro y el valle de los Madroños

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Trail stats

Distance
23.42 mi
Elevation gain
3,819 ft
Technical difficulty
Difficult
Elevation loss
3,888 ft
Max elevation
2,314 ft
TrailRank 
32
Min elevation
1,139 ft
Trail type
Loop
Time
5 hours 8 minutes
Coordinates
2152
Uploaded
December 13, 2010
Recorded
December 2010
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near La Dehesa, Andalucía (España)

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Itinerary description

Esta es una ruta experimental que hice para ver si es ciclable la cresta de la sierra que hay sobre las Minas de Rio Tinto y Nerva, dado que en Google Earth se aprecia que es atravesada por cortafuegos.
De entrada advierto que el resultado es poco ciclable, pues tanto el acceso a la cresta como el transcurrir por la misma a través de los cortafuegos alternan zonas con pendientes duras pero asequibles con otras imposibles. En cualquier caso, al circular por cortafuegos, no es demasiado incómodo avanzar con la bici, salvando el tema de la pendiente, sobre todo en la bajada desde la cima del Padre Caro.
Sin embargo, publico este track porque no he visto ninguno similar en Wikiloc, y aunque la zona de cresta es poco ciclable (sí que se ven muchas huellas de motos), el valle por el que hice la vuelta es completamente ciclable y muy agradable, transcurriendo un buen trecho junto a un arroyo, por zona muy forestada en todo momento, y plagado de madroños, para darse un festín entre los meses de noviembre y diciembre.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
Sale desde la Dehesa por el camino habitual hacia la mina Peña del Hierro, aunque antes de llegar a la misma se toma un desvío a la izquierda que en seguida enfila una exigente subida, tanto por la pendiente como por el estado descompuesto del firme. Bajo un bosquete de pinos, empezamos a observar formaciones geológicas interesantes en las laderas que nos acompañan, para llegar en breve al poblado abandonado de Los Ermitaños.
Tras esto, empezamos a rodear la sierra para pasar a su cara norte, siempre con tendencia ascendente y por zona boscosa, pasando ahora a eucaliptos y apareciendo ya algunos madroños. Poco después de que la pista empieza a tomar un claro sentido descendente, buscamos un cortafuegos en ascenso a la derecha, que es la primera prueba de fuego para nuestras dotes en trialeras. Aunque en sí este cortafuegos es ciclable, es una trialera bastante dura y larga, con 1 km en total al 14% de media, pero con un comienzo más suave e incluso algún descanso (los últimos 550 tienen una pendiente media del 20%, y hay algunas roderas; ver foto 1).
En la primera cima de la sierra encontramos una antena y amplias vistas de las zonas mineras y en concreto del embalse de Cobre-Gossan (foto 2), y desde ahí tenemos una bajada en bastante pendiente por un amplio cortafuegos (el que mire la estadística del track que no haga caso a las velocidades, porque muchos tramos que hice andando, como este, no es que no fueran ciclables; los hice a pié por ir sólo y ser el primer día que utilizaba pedales automáticos, por lo que a partir de la tercera caída me volví bastante conservador).
Esta bajada técnica pero bastante asequible nos deja en un collado junto a unas ruinas (en la foto 4 se ve este cortafuegos; es el más lejano de todos).
En seguida afrontamos la subida al siguiente cerro (por el camino de la derecha, el de mayor pendiente), este de menor entidad, por zona ciclable, para de nuevo tomar cortafuegos de bajada, este con más pendiente y más roto (ciclable también; en foto 4, el cortafuegos estrecho que se ve a la derecha del todo, bajando de un cerro intermedio).
De nuevo en un collado nos encontramos con una especie de canal que nos ahorraría la siguiente subida, pero no me pareció muy ciclable así que tiré para arriba por un cortafuegos bastante roto y duro (este creo que no ciclable, pero no recuerdo). En cualquier caso, el terreno ascendido aquí casi no se pierde luego en un leve descenso (foto 4, el cortafuegos estrecho que se ve más cercano cayendo hacia la derecha) claramente ciclable, para luego afrontar la subida a la cima del Padre Caro por un medio cortafuegos ciclable. El tramo final de sólo 20 m de desnivel y 160 de longitud hasta la cima, marcado como sendero, es campo a través, siguiendo las veredas marcadas por los jabalíes, en un túnel de jaras y monte bajo (cortes en las piernas para aburrir). Desde la cima, con un gran hito y vértice geodésico, busqué las ruinas romanas que marca el plano de TodoHispania (uno de los objetivos de la jornada) sin éxito, aunque sí hay justo ahí un afloramiento rocoso que podría ser el origen de estas ruinas, que en cualquier caso serían pequeñas porque la zona es de ladera bastante empinada.
La bajada desde Padre Caro es la peor zona de la cresta, con un tramo corto pero con mucha pendiente, roca y suelo suelto y roderas. No sé si algún salvaje se tiraría por aquí montado, pero sí que tengo claro que me gustaría verlo (el peor tramo son sólo 90 metros de distancia al 35% de pendiente media).
Desde aquí un par de cerros más, ahora sí ciclables o si no, por lo menos de subidas muy cortas y llegamos a la antigua carretera de Riotinto a la Granada de Riotinto.
Mi idea en este punto era seguir por la cresta buscando la bajada a la Rivera del Jarrama, pero se estaba haciendo tarde y ya estaba un poco harto de cortafuegos y caminatas, así que cuando llegué a la cima del siguiente cerro (esta vez por pista de verdad), donde hay unas torres de vigilancia forestal, y vi el cortafuegos muy degradado de bajada y los que luego subían a los siguientes cerros, me di la vuelta, volví a la antigua carretera (ahora pista) y la tomé de bajada hacia la Granada, decidido a investigar todo camino que apareciese.
Tras dos o tres pruebas que no me llevaron a ningún sitio, bajé el puerto por completo, acompañado de madroños en la cuneta, hasta encontrar una pequeña pista a la izquierda, poco después de un puente de buena construcción (foto 6) sobre la Rivera de las Majadillas (foto 5). Destacar que el puente, de tres o cuatro metros de altura, debió haber sido inundado con las lluvias de la semana, pues estaba cubierto de arena del cauce, presentaba troncos completos en medio de la pista, y como se ve al fondo de la foto 6, en ambas orillas se aprecian los daños de la riada sobre la vegetación y el terreno hasta la misma altura de la pista.
Unos 600 metros pasado este puente, cuando la pista llega al Arroyo de las Hoyas, formando una gran curva a la derecha, en lugar de seguirla tomamos la pista que sale recto (por la izquierda de la pista principal), junto al arroyo. Esta pista es muy agradable desde el primer momento, sumergida en un bosque variado mediterráneo, aunque salpicado de eucaliptos sueltos. Abundan los madroños desde el primer momento, en este día con la fruta en apogeo. La pista es de porte medio, con firme algo irregular por momentos, con algún repechón, y principalmente en subida. Al inicio, el arroyo corría en parte por encima de la pista este día.
Se sigue esta agradable pista por el fondo del valle hasta un cruce, donde tomamos una pista que sigue más o menos en la misma dirección que traemos, en bajada, hacia un cortijo (el de Valdeholguín), donde tras cruzar un arroyo (Barranco de la Joya) hay una puerta abierta por donde sale un todoterreno. Pregunto si se puede pasar y no sólo me dicen que sí, sino que me indican que el camino sigue por el otro lado de la finca, aunque hay una pequeña alambrada que hay que saltar. Pues si me dejan … Por cierto, estupendo cortijo en un sitio muy agradable, lleno de agua y encinas estupendas (nada de “seca”).
Efectivamente la alambrada no es nada, y al otro lado, algo más deteriorado aún, sigue el camino, hasta que después de una revuelta, en una majada, se pierde definitivamente el camino. A la izquierda se observa un amplio cortafuegos con un ascenso moderado, y a la derecha de este, una pista con bastante más pendiente. Pues a pesar de que las piernas ya flojean, es por esta, que a pesar de la mala pinta es ciclable sin problemas.
Coronado el puertecillo bajamos a una nueva majada, giramos a la izquierda y llegamos a otra especie de canal donde hay un puentecillo en pésimo estado, pero suficiente para no tener que saltar.
Desde aquí empezamos a ascender de nuevo a la sierra, para enlazar con el mismo camino del inicio de la ruta, en el punto donde tomamos el primer cortafuegos de subida a la cresta. La subida es tendida y no muy larga. Poblado abandonado de nuevo, bajada hasta cerca de la Mina Peña del Hierro por pista en mal estado y vuelta a La Dehesa de repecho en repecho.
Ruta corta, 35,5 km, pero en tan breve distancia, unos 1.400 m de desnivel de subida. Lo que unido al mal estado del firme en general, hacen la ruta dura.
A todo esto se le añaden más de 10 caídas en el estreno del sistema de calas automáticas, y queda bastante claro en qué estado volví al coche ...

A modo de conclusión, ruta poco ciclable, con un primer tramo de cresteo sólo recomendable para el que quiera poder decir “estuve allí arriba” o el que quiera darse una paliza a trialeras, si puede, y una segunda parte por un valle muy agradable y recóndito.
Como ruta más humana, vale la segunda parte como ida o como vuelta para completar el rodeo a la sierra por la antigua vía férrea desde Peña del Hierro, pasando por el Jarrama y la Granada de Riotinto, como alternativa al regreso por el puerto de los Manantiales.

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