Z-Refugio Cazadores Sierra Pelada Valle Rivera Aserrador

Ruta marcada como Z porque es manifiestamente mejorable. Para el que no lea más abajo, NO HACER ESTA RUTA TAL Y COMO SALE EN EL TRACK, porque la última bajada es totalmente inviable (1 hora y media para hacer 6,6 km).

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
La ruta se divide en dos partes: la subida y bajada a Sierra Pelada, por el Sur, que coincide con el inicio y final de la ruta, y un bucle alrededor de la parte alta del valle de la Rivera del Aserrador.
La zona Sur de Sierra Pelada es la que se debe afrontar de otra manera.
Así, aunque la subida en conjunto son 4,8 km a un desnivel medio asequible del 6,6%, hay un tramo llegando a la antigua carretera (parte final) en la que el track marca 850 m al 12% de pendiente media (foto 1), totalmente recto. Además hay varios tramos que tuve que hacer a pie, destacando uno de 140 m de distancia al 30% de desnivel (y creo que 2 o 3 más de unos 50 a 70 m, llegando a alcanzar el 43% en un breve cortafuegos).
Por tanto recomiendo hacer este tramo en bajada, que debe ser bastante divertido, no en subida.
Además, antes de tomar la subida, hay que hacer un tramo por llano que en cierto punto estaba totalmente anegado, cuando hacía meses que no llovía, por lo que mejor mojarse al final de la ruta que al principio.
Por lo demás, la zona es muy agradable, con bosque cerrado de eucalipto abajo que va cambiando a pinar cada vez más abierto conforme subimos, y con alguna zona media más variada que va desde bosque de rivera hasta monte bajo mediterráneo. En general, pistas pequeñas con firme asequible.
En cuanto a la bajada final hasta la pista que nos devuelve al coche, aunque el inicio es bueno pues los primeros 800 metros los bajé tranquilamente a 19 km/h de media, por una pista estrecha y divertida al estar algo cubierta de vegetación (foto 5), luego se convierte en una auténtica selva, con troncos caídos en todas las direcciones y a todas las alturas, todo tipo de arbustos y suelo de lo más inestable al estar cubierto de troncos, palos, rocas y hojas. Intentando escapar de esta “pista” que sale en TopoHispania, hice un tramo por el cauce de la Rivera de la Fresneda, que es sumamente agradable para el senderista (foto 6), pero no si llevas una bici encima con la que debes salvar pozas, húmedas rocas cubiertas de musgo y algunos troncos caídos, y encima tienes prisa. De nuevo volví a la “pista” que al final mejora algo y pude hacer en gran medida montado (eso sí, embistiendo de cuando en cuando arbustos que atravesada como podía), a pesar de lo cual tardé 1 hora y 32 minutos en hacer 6,6 km (media de 4 km/h).
Finalmente me incorporé a una pista que sale por la derecha conforme bajaba, donde la Rivera se une al Barranco de la Guerra Chica, momento a partir del cual la vegetación deja de impedir avanzar montado, y aunque hay numerosos troncos que en suele, muchos de ellos se pueden saltar para avanzar rápidamente.
Justo en esta unión de arroyos que comento, es una alternativa clara a esta bajada, aunque ya puestos, yo la utilizaría de subida (como ya hice una vez con los Agonías) para hacer la bajada por donde subí, dejando el resto de la ruta tal y como la hice.

En cuanto al bucle al valle de la Rivera del Aserrador, es una ruta bastante pistera, aunque no hay un tramo llano.
Se inicia este tramo subiendo al pico Mármol (tras haber subido antes, en el final de la subida por el Sur, al centinela, la cota más alta de la ruta con 639 m coronada por una gran torre blanca de vigilancia forestal) por una anchísima pista que casi parece carretera, pero que me aportó una de las sorpresas de la jornada: cabeza abajo por no mirar lo que quedaba estaba subiendo entre mis pensamientos cuando una gran figura negra se mueve a unos 2 metros a mi derecha. Era un gran buitre negro que descansaba en el arcén, algo por debajo de la pista. El ave, majestuosa, y el despegue, lento, calmado, ruidoso, impresionante.
Se deja esta zona de eucaliptos para tomar una pista a la izquierda por la que empezamos la bajada hacia la Rivera del Aserrador. Bajamos cómodamente por el cordal de la sierra, con amplias vistas hacia el NO donde no se aprecia ningún pueblo salvo Rosal de la Frontera, y alguno ya en Portugal. Huellas visibles de explotación forestal por toda esta primera zona de la bajada, aunque conforme cambiamos de la ladera norte a la sur, se abren preciosas vistas del valle que rodeamos donde predomina el pinar (foto 2), en el que entramos en breve, a la vez que se reduce el tamaño de la pista, ganando en atractivo la bajada, que sigue siendo cómoda.
Llama la atención que poco antes de llegar al arroyo de Masagón me encontré con unos madroños que aun siendo enero, seguían teniendo fruto, y algunos de ellos aún verdes!! (foto 3).
Tras vadear el mencionado arroyo, donde tenemos la posibilidad de acortar la ruta (no lo conozco), comienza una subida curiosa por lo inesperado, que da lugar a una rápida bajada por un umbrío pinar que es de lo más agradable de la ruta. Otra subida, esta menor, tras un barranco, y donde el track da un poco de vuelta es porque miré la hora y decidí acortar la ruta siguiendo una cañada real llamada Vereda del Barranco del Tío Martín.
No sé cómo será el tramo que pensaba hacer y no hice, pero este fue un acierto, con una bajada tranquila por una estrecha pista básicamente entre monte bajo, llegando a la Rivera del Aserrados en un punto muy agradable (foto 4), un remanso de calma lleno de huellas que creo que eran de nutria, aunque también podrían ser de gineta, por lo que he podido consultar.
Desde aquí, subida muy paulatina y de más a menos por una pequeña pista muy agradable junto al Barranco de Bernabé, que sin darnos cuenta nos deja en la pista principal que de nuevo crestea por la otra vertiente del valle hasta llevarnos de nuevo junto a la base del pico Centinela. Pista gorda entre eucaliptos, tendida, con alguna rampa con cierta pendiente más hacia el final de la subida, donde aparece algo de pinar.

En total, 60 km y 1.540 m de desnivel acumulado de subida (aunque IBP calcula sobre el mismo track 1.760 m) que se llevan bien por lo paulatino y el buen estado general del firme.