Zaorejas - Olmeda de Cobeta (Etapa 4 - Alto Tajo)

Salida con una buena mañana por la carretera que lleva a Villanueva de Alcorón, donde un poco antes de llegar nos desviamos por un camino a mano derecha en buen estado. Los primeros kilómetros del día fenomenal, sin ninguna subida.
Al desviarnos en un camino este se vuelve peor debido a los regueros que hay, aunque merece la pena ir dando pedales entre la naturaleza. Uno de los momentos del día es un ciervo que cruza el camino justo delante de nosotros a gran velocidad, sorprendidos de haberlo visto y cuando todavía estábamos hablando de ello, vuelve a cruzar nuevamente el camino, esta vez en sentido contrario. Fabuloso.
Llegamos a Armallones y nos aprovisionamos bien de agua, hoy en la ruta no creemos que encontremos muchas fuentes por el camino.
Cogemos un camino bastante ancho que nos llevará después de una fuerte bajada hasta el Hundido de Armallones, lugar con impresionantes vistas, con enormes bloques de piedra que cayeron sobre el río debido a un terremoto hace varios siglos.
En el Hundido de Armallones se acaba lo bueno, después de casi 30 km por buen camino cogemos una senda que poco a poco se va volviendo más complicada, sobre todo por ir cargados con alforjas. Toca empujing.
Volvemos nuevamente a un camino ancho y con el piso en buen estado, comenzamos a subir, el calor ya empieza a pegarle fuerte.
Decidimos almorzar, momento en el que veo que en una de las alforjas se me están soltando los remaches que lleva. Apaños con Michel mientras Joaquín se hace unas fotos conmigo mientras arreglo las alforjas. Fotos de amigos ......
Después de hacer un apaño y almorzar continuamos por un buen camino, haciéndose cada vez más insoportable la calor. En una fuerte subida donde el calor aprieta nos damos cuenta que nos queda muy poca agua, hay que ir dosificando.
Nada más acabar esa cuesta comenzamos un descenso pero enseguida el camino nos marca que nos tenemos que desviar por un sendero a la izquierda, desconfiamos por la experiencia del sendero anterior, aunque como nuestra siguiente parada, el Puente de Tagüenza, se encuentra relativamente cerca, decidimos adentrarnos y no ir a Huertapelayo, pueblo que está a unos 4 km.
Sendero en bicicleta con alforjas... mala combinación, aunque hay que decir que por lo menos es cuesta abajo y cuesta menos empujar la bici, y los saltos que hay son más llevaderos.
Llegamos al Puente de Tagüenza, lugar impresionante en un paraje espectacular. Aunque no lo disfrutamos demasiado debido al calor, la falta de agua y el sendero que vemos por el que tenemos que continuar. Un sendero de aproximadamente 1,2 km con un fuerte desnivel, con piedras en la mitad que hace que tengamos que cargar con la bici al hombro, en esos momentos te preguntas por qué llevas tantas cosas en las alforjas.
Se acaba el sendero... pero la subida junto con el inaguantable calor que hace y la falta de agua, hace que sean momentos realmente malos.
Por fin un descanso y comienzo de una bajada para refrescarnos y descansar un poco, pero.... Víctor pincha una rueda.
Entre todos (bueno Joaquín andaba un poco más adelante reforestando la zona) arreglamos el pinchazo en un momento, y ninguno llevamos agua ya. Ufff
Terminamos la bajada y..... encontramos lo mejor del día.... UNA FUENTE....
Después de refrescarnos durante un buen rato continuamos la marcha y comenzamos a subir nuevamente, llegando al Monasterio de la Buenafuente del Sistal. Son las 3 de la tarde y no hemos comido. El calor infernal. Seguimos sin aprender....
Preguntamos a unos niños si hay un lugar para comer, sorprendentemente nos dicen que hay casas de acogida en las que seguramente nos darán de comer. Nos llevan a una y nos sorprenden con unas migas con melón y de postre un yogur casero, que están de rechupete,. Al no haber gaseosa, nos hacemos unos calimochos para refrescarnos.
Café, vemos el lugar y vemos el Monasterio, se respira paz y tranquilidad. Descansamos, recuperamos fuerzas y después de un buen rato decidimos emprender la marcha.
Comenzamos con subida, pero es por carretera, y afortunadamente no es muy larga, y nuevamente bajada, de las que se disfrutan.
Desvío por un camino en buen estado que va a parar al castro celtíbero de Peña Moñuz, pasando por La Dehesa de Olmeda de Cobeta, una de las mejor conservadas del país, con ejemplares centenarios de robles, sabinas y encinas. Aquí se encuentra el "Roble de las Ermitas". Una clara evidencia del antiguo culto ancestral al árbol, culto tan extendido entre los celtas en la Antigüedad, y que ha llegado a día de hoy, en su forma cristiana.
Un lujo para la vista.
Después de disfrutar igualmente de las vistas que hay en el castro cogemos una senda, que al principio nos cuesta seguir pero que enseguida comenzamos a disfrutar, la cual nos deja en Olmeda de Cobeta. Ducha, cervezas y para finalizar cena, en casa Don Rosendo, donde disfrutamos de una agradable charla con el padre del dueño, el cual nos regala 2 llaveros hechos con una rama de una sabina centenaria, la cual cayó por un rayo.