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Zestoa (Gipuzkoa) situada a los pies del macizo de Izarraitz y a orillas del río Urola, villa de gran tradición termal, es muy conocida por las propiedades curativas de sus manantiales. Su balneario lleva en funcionamiento desde 1804 y permite disfrutar del beneficio de sus aguas descubiertas a finales del siglo XVIII.

Al igual que le ocurrió a Ernest Hemingway, que se enamoró de estos territorios en los años veinte del siglo pasado y que mantuvo ese amor durante toda su vida, al que suscribe le pasa algo parecido con esta maravilla de entorno enclavado en el País Vasco.

Tras decidir pasar en familia unos días en el balneario de la Villa, tres fueron los retos que me propuse alcanzar con mi bike. Así que realizando unas consultas con usuarios de Wikiloc, llegué a la conclusión de trazarme unos tracks donde pasar una horas disfrutando de esta impresionante naturaleza, siempre bajo el predominante monte de Erlo y El Xoxote.



La primera salida iba a ser hacia las alturas del Erlo con la compañía de mi hermano con su bici de carretera, y que llegó como era de suponer con antelación, y hasta donde el cemento se lo permitió. Después de un buen desayuno nos pusimos en marcha con dirección a Azpeitia, Yo por Zabaleta y caminos y El por carretera yendo y viniendo por la vía verde, coincidiendo en Lasao, Azpeitia y el Santuario de Loliola; luego cada cual a su aire hasta la llegada al Balneario a la hora de la comida, en mi caso justa, 14:15.



Los primeros once kilómetros transcurren pegados al río Urola entre caminos, vía verde y alguna que otra senda sacada de la chistera, sorprendentemente en condiciones y rodada, tras llegar a Azpeitia la visita al santuario es casi de obligación, luego iba a encarar la subida al Xoxote y Erlo con mentalización de pedal a pedal y recopilando fotos de las vistas que son fabulosas desde cualquier punto de la subida. Con tramos y rampas en las que la rueda delantera plantaba cara, llego a Izarraitz esperando divisar el cruce al refugio, no tardo en verlo y darme cuenta de los dos rampones antes de mi deseada birra. Sin prisas y después de intercambiar impresiones con la persona del refugio, me dirijo a ver la estatua de San Ignacio y desde donde se observa el inmenso valle. Algo más de subida hasta Erlo para coronar la altitud de la ruta, ahora la compañía es de caballos, cabras y ovejas campando a su aire hasta llegar a la antena, un poco de pateo de ver las vistas y tomar foto para el recuerdo.



Con la altimetría cumplida me dispongo a bajar por Izarraitz por un camino idílico y repleto de belleza, bajo los puntos altos de Kakuta, Putreaitza, Aizpeliz y Gaztelu hasta la carretera Gi-3210, por Zorrotzpe y Aitolazarra se adivinan el valle a Zestoa con los picos de Aittolako Punta, Sesiarte y Agido, llegando a Elortza y pasando por Zastarrain y Ekairr donde se encuentra la cueva con sus pinturas. Me ha encantado tanto la subida como la bajada con un inmenso placer por haber recorrido tan majestuoso entorno bajo el canto entre riachuelos y sinfonías de la natura, un pequeño sendero me lleva a la fuente con cuatro caños a la entrada de Zestoa y a su puente Romano, otra vez pegado al Río Urola llego al Balneario con la sonrisa y la satisfacción de haber pasado una mañana repleta de bellas y fantásticas vistas. Formidable País Vasco !!!