Acebedo - Pico del Corral de los Diablos por corredor 'Tumbarral del Diablo' (invernal)

Ruta totalmente disfrutona, con corredor incluido, en la que la única pega fue una parte del camino de aproximación en la ida en la que perdimos la senda (si la había) y tuvimos que atravesar varias veces incómodos matorrales y escobales. Aconsejaría por lo tanto, una vez pasado el refugio "Caseta del Prao Escobio", tomar el camino por el que volvimos, ya que se trata de una pista bien marcada y sin ningún problema. También es importante destacar que el corredor (señalado en una de las fotos), no es para todo el mundo, ya que la parte final está bastante inclinada, la salida del mismo no es trivial, y requiere de tener al menos algo de experiencia en este tipo de subidas. Únicamente por esta razón, califico la ruta de difícil. Por lo demás, la ruta no tiene ninguna complicación.

Partiendo de Acebedo, tomamos la pista del GR-1 y la continuamos sin mayor problema hasta el refugio muy bonito, pero cerrado, de la Caseta del Prao Escobio. Aquí ya tendremos buenas vistas de los Mampodres, aunque aún no tenemos claro cuál es el objetivo que buscamos.

Seguimos dirección suroeste, aunque como comento en el primer párrafo, pronto nos encontramos con todos los inconvenientes ya enumerados. Tras el cruce del arroyo, ya empieza a ser vegetación más baja y a pesar de seguir sin encontrar senda como tal, al menos se transita decentemente. Lo bueno es que ya comenzamos a ver nuestro objetivo, y realmente impresiona. Visto desde lejos, el corredor parece realmente largo e inclinado. Es en este punto donde cruzamos los dedos deseando que la nieve esté decente para afrontarlo, ya que en caso contrario, sabemos que será imposible subir por ahí y tendremos que optar por un plan B (subir por la ladera izquierda sin apenas inclinación).

Poco antes de alcanzar la base, nos calzaremos los crampones y sacaremos los piolets y nos pondremos al lío. Ya desde este punto, como suele pasar, el corredor parece menos fiero. Pero vamos a ir subiendo poco a poco, ya que todavía queda un buen trecho hasta alcanzar la estrechura del mismo, y vamos viendo la nieve algo descompuesta, lo cual nos hace seguir dudando de si podremos afrontarlo.

Cuando finalmente llegamos a las paredes que lo flanquean, vemos que la nieve ahí sí parece estar en condiciones bastante decentes, y que aunque a lo lejos parecía muy largo, en realidad, de corredor como tal, nos quedarán unos 150 mts.

Nos ponemos al lío y empezamos a pegarle arreones. En el medio del corredor hay un tramo un poco más cargado de nieve que en ese punto complica un poco el avance, pero tirando por la izquierda del mismo se salva bien. Ya en el tramo final, el terreno se inclina aún más, poniéndose más serio (diría que entre 60-70º), pero debido a la buena condición de la nieve, los piolets se clavan perfectamente y se puede avanzar sin mayor problema. La salida del corredor es un poco más complicada debido a que hay formada una pequeña visera que hay que salvar para alcanzar el collado.

Una vez que mi compañero y yo salimos finalmente al collado, ya únicamente nos queda ascender unos metros, primero a un pequeño pico sin nombre, para a continación afrontar la parte final al Corral de los Diablos, nuestro objetivo principal. Las vistas de los Mampodres, el Ten, montaña leonesa y palentina, son impresionantes. Hay más nieve de la que pensaba y el paisaje es precioso.

Aunque nuestra idea inicial era descender por el Collado de Murias, vimos buena oportunidad de descenso prácticamente desde la cima, y nos pusimos al lío. Resultó ser una estupenda opción, porque resultó ser un descenso muy entretenido por esa falda del pico, y nos dio lugar a practicar descenso con crampones y piolets. En un ratito estábamos abajo. Y a partir de aquí, ya no hay ninguna complicación más. En cuanto empezó a desaparecer la nieve, nos quitamos el material invernal y proseguimos hasta un bonito lago que fuimos viendo durante toda la subida. A la izquierda se divisa una amplia senda y la tomaremos como camino de vuelta. En este trayecto ya solo tuvimos una complicación. En un punto del mismo, la senda es cortada por un riachuelo. Estuvimos viendo cómo vadearlo, porque era ancho y no había manera de hacerlo sin arriesgarte a resbalarte por las piedras, o en su defecto, descalzarnos. Cuando ya estábamos a punto de escoger esta opción, mi compañero divisó a la izquierda un puente (señalado en waypoint) que evitó tener que hacerlo.

Y desde aquí ya solo queda andar un poquito más hasta tomar el camino de ida y volver a Acebedo.