Al Pico del Cielo por el Cerro Molinero y la cresta Sudoeste

El Cielo, la montaña emblemática de Maro, con sus 1.508 m de altura, queda más bien mediano entre las cimas del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Pero destaca por su situación aislada y por la poca distancia del Mar, solo unos seis km en linea recta. Respectivamente ofrece unas vistas espectaculares a gran parte de las cimas del Parque Natural. Al Este la vista llega a Sierra Nevada y la costa de Motril, al Oeste a la Bahía de Málaga, Torremolinos y Benalmádena. Con buena vista se pueden divisar las montañas del Rif.

La parte interesante de esta ruta va desde el cortafuegos encima del Tajo Baena hasta el enlace con el sendero oficial, ya debajo de la cima del Pico del Cielo. El resto, la subida a la cima y la vuelta a Maro se hizo por el sendero oficial.

Esta variante es exigente desde el punto de vista montañero-deportista porque recorre un terreno con pocos tramos de sendas medio desaparecidas, o directamente campo a través. En varios sitios se ve solo desde muy cerca, por donde hay que seguir, evitando algunos tajos que se imponen como barreras en el camino. Desde el punto de vista paisajístico este recorrido ofrece las vistas hacia el Noroeste desde la cresta y desde varios tajos. En los otros accesos al Pico del Cielo no se encuentra algo igual.

Desde el collado cota 840, dejando el sendero que lleva al Tajo Baena, se sube a un cortafuegos. Después de describir una curva hacia la derecha, por un espolón rocoso y estrecho, se baja al collado debajo de la loma del Cerro Molinero. La loma está cubierta por una jungla casi inpenetrable de carrasco, aulaga, etc. de altura hasta más de 2 m. No obstante hay una senda medio cerrada que se descubre mirando al suelo através de las ramas. A media altura la senda se ramifica hasta perderse en la vegetación aquí ya más baja y menos densa. Ahora hay que dirigirse simplemente hacia arriba para ganar altura y llegar a la cima del Cerro Molinero.

A partir del Cerro Molinero se trata de seguir la línea de la cresta, evitando tajos transversales. Un viento fuerte, y en algunos puntos hasta peligroso, dificultó el avance, por lo cual en la parte alta, antes de enlazar con el sendero oficial, me quedé debajo de la cresta a sotavento. En condiciones meteorológicas normales sería más interesante quedarse encima de la cresta/el espolón, por una parte por las vistas, y por otra por un avance más cómodo.

En cuánto a la valoración de la ruta: Donde no hay sendero no hay senderismo. Calificando la actividad como alpinismo, el recorrido no ofrece dificultades técnicas expresas. No obstante hay tramos muy empinados y resbaladizos, igual que unos estrechos escalones rocosos donde el uso de las manos ayuda a avanzar con seguridad.

No recomiendo esta ruta a quien no tenga experiencia en terreno del tipo descrito.