Anboto desde Gantzaga
near Gantzaga, País Vasco (España)
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Itinerary description
Los Montes del Duranguesado o sierra de Amboto, son un conjunto de picos y cimas de la cordillera de los Montes Vascos, que se extienden en el lado sur de la comarca vizcaína lindando con las provincias de Alava y Guipúzcoa.
Forman parte del Parque Natural de Urkiola y son grandes formaciones de roca caliza arreficiales, también denominadas urgonianas, de color gris claro muy abruptas y espectaculares. Pese a no alcanzar altitudes muy relevantes, la mayor de ellas en el pico Amboto (1331m.), los desniveles a cubrir para acometer cualquiera de las cumbres, que rodean el parque, son significativos ya que la proximidad al mar, nos hará partir desde cotas muy bajas.
Debido a sus impresionantes formaciones rocosas se le conoce cariñosamente como "La pequeña Suiza".
El núcleo central de los Montes del Duranguesado lo compone el cordal Amboto-Alluitz y junto a ellos las peñas cercanas de Aitz Txiki y Untzillaitz. La sierra de Aramotz con el imponente Mugarra le da continuidad hacia el lado W mientras que hacia el E, se extienden por el Ipizte y el Orisol, por un lado, y el Udalaitz por el otro. Hacia el sur se cierra con la sierra de Eskubaratz y Arrietabaso.
Asi que una vez conocida la ubicación y la orografía del entorno por el que transcurre la ruta, nos ceñiremos al track, que nos llevará a ascender al pico Amboto desde la anteiglesia de Gantzaga, pedanía perteneciente al cercano municipio de Ibarra de Aramaio.
Una anteiglesia es un pueblo o distrito municipal que tiene su origen en las comunidades que se organizaban alrededor de una iglesia y que tenían como órgano de gobierno la asamblea de todos los vecinos, celebrandose estas en concejo abierto en el pórtico o atrio de la iglesia parroquial.
Casi en la totalidad de las rutas que he podido observar en Wikiloc, el estacionamiento del medio de transporte se realiza en la parte baja del pueblo, junto a la iglesia, pero si proseguimos por la carretera principal, al cabo de unos metros, un estrecho y pronunciado carretil asfaltado, se abrirá a nuestra derecha de la marcha, permitiéndonos aparcar nuestro vehículo en la parte más alta del municipio, a escasos metros del comienzo de la senda de ascenso.
Asi que con la mochila preparada y con un radiante día de montaña por delante, comenzaremos a remontar las primeras rampas que ascienden hacia el collado Zabalandi, avanzando por una amplia senda que sube decidida inmersa en un frondoso bosque, donde se concentran gran variedad de especies como robles, abedules o fresnos.
Dejada atrás la zona boscosa, la senda, que se ha ido estrechando conforme ganabamos altura, nos depositará en un gran claro, bajo las faldas del pico Ipizte, desde donde podremos observar restos del gran calado que tiene la actividad maderera dentro del valle.
En este punto, el camino vira por una pista forestal que sube serpenteando la ladera SE de la montaña y que nos llevará a conectar con el clásico camino que une Besaide con el collado Zabalandi.
A los pocos metros de habernos adentrado en la mencionada pista, nos toparemos con una pequeña planicie donde se ubica el refugio Kasatxo y es en este punto, donde podremos abandonar, brevemente, el camino por el que transitamos y enlazar con un improvisado sendero, que parte desde la zona posterior del refugio, haciendo la ascensión más directa y mucho más vistosa.
Una vez hayamos alcanzado el camino de Besaide, ya podremos observar la rocosa piramide del Anboto y con sus impresionantes y desafiantes paredones frente a nuestros ojos, avanzaremos hacia el collado Zabalandi disfrutando de las impresionantes panorámicas que ofrece el camino, desde el mencionado Anboto hasta los cercanos macizos de Aratz y Aitzkorri.
Alcanzado el collado y bajo la atenta mirada que ofrecen las monstruosas moles del Ipizte y Anboto, decidiremos hacer un pequeña parada para disfrutar del maravilloso entorno en el que nos encontramos.
Tras el breve inciso, retomaremos la marcha hacia la cumbre del Anboto y para ello deberemos remontar la escarpada arista Sur. Al comienzo de la ascensión, las dudas sobre la dificultad de la subida y de como afrontarla se irán disipando conforme vayamos ganando altura, ya que iremos observando que pese a que, en ocasiones, tengamos que echar la mano para seguir progresando, la ascensión es muy divertida e intuitiva. Asi que poco a poco y extremando la precaución al máximo, porque aunque carente de dificultad técnica, el terreno por el que nos moveremos es bastante agreste, iremos avanzando hasta ganar la, concurrida, cúspide de la sierra de Amboto.
Destacar durante esta parte del ascenso, el arco de roca conocido como el Ojo de Ezkilar, desde donde podremos observar la entrada a la cueva de la Dama de Amboto, si miramos a través de su impresionante oquedad.
El Amboto ha estado siempre envuelto en la magia y en la mitología. No en vano y como cuenta la leyenda, en una cueva cercana a su cumbre, en la pared rocosa y acantilada de su parte E, se dice que tiene su morada principal Mari, la Dama de Amboto, a la cuál se puede observar en la boca de la cueva, los días soleados, peinando su bonita cabellera rubia con un peine de oro.
No es raro tampoco, el verla pasar algunas noches convertida en una gran bola de fuego surcando los cielos hacia otros parajes del País Vasco y Navarra donde también posee morada.
Tras las fotos cimeras de rigor y huyendo de la gran gentío que se agolpa en la cumbre, continuaremos avanzando por la escarpada cresta, que surca en dirección W el macizo de Amboto, a la caza de la segunda cumbre del día, el Elgoin.
La arista en si, no entraña grandes peligros para el progreso, pero no por ello habrá que bajar la guardia y tomaremos las precauciones adecuadas para avanzar con seguridad, ya que un leve traspiés puede tener fatales consecuencias. Asi que con el paso firme y decidido, iremos superando la angosta arista, hasta alcanzar la cumbre del rocoso Elgoin, momento donde aprovecharemos para poder disfrutar de un, más que, merecido almuerzo.
Tras el copioso tentempié, reanudaremos la marcha hacia la cercana cumbre del Kurutzeta, el discurrir hacia su cima, se asemeja bastante a lo antes comentado por lo que, tan solo cabría destacar, la bella estampa que nos brindará la cara N del Amboto.
Dejado atrás el Kurutzeta, continuaremos avanzando por el, empedrado, lomo somital y en notorio descenso, alcanzaremos el Llano de Larrano, donde se ubica la vetusta ermita de Santa Barbara, junto a unos cuantos refugios pastoriles.
La zona más elevada y que divide el cordal de Amboto de el de Alluitz, donde se encuentra el conocido Paso del Diablo, es el pico Larrano, que pese a su austera altura, nos ofrecerá unas impresionantes vistas tanto del camino recorrido, como del Parque Natural de Urkiola.
Con la parte más dura del track ya acometida y con la satisfacción de haber realizado una impresionante ascensión, emprenderemos el camino de vuelta hacia Gantzaga, descendiendo por un balizado sendero que nos depositará en el collado de Asuntza donde se ubica la ferrosa fuente del Pol Pol.
Para poder contemplarla, cosa que recomiendo, debido a su curiosa particularidad, tendremos que desviarnos, ligeramente del sendero que traiamos y seguir la estela de la regata de Asuntza que fluye en la parte más baja del amplio collado.
Una vez fotografiada y sin querer retroceder, sobre nuestros pasos, para volver a enlazar con el camino, del que previamente nos habiamos desviado, continuaremos avanzando por una sinuosa senda que desde la parte posterior de la fuente, surca paralela a la regata. En menos de cinco minutos, volveremos a conectar con el balizado sendero que nos llevará en primer lugar al famoso paso de montaña de Pagozelai, punto donde confluyen multitud de rutas de la zona y posteriormente al conocido collado Zabalandi, desde donde retrocederemos hasta el punto de partida, desandando el mismo camino de ascenso.
Espectacular e indispensable ascensión a una de las cumbres señeras del Pais Vasco, tanto por su mitológicas leyendas como por la belleza del entorno del Parque Natural de Urkiola.
Forman parte del Parque Natural de Urkiola y son grandes formaciones de roca caliza arreficiales, también denominadas urgonianas, de color gris claro muy abruptas y espectaculares. Pese a no alcanzar altitudes muy relevantes, la mayor de ellas en el pico Amboto (1331m.), los desniveles a cubrir para acometer cualquiera de las cumbres, que rodean el parque, son significativos ya que la proximidad al mar, nos hará partir desde cotas muy bajas.
Debido a sus impresionantes formaciones rocosas se le conoce cariñosamente como "La pequeña Suiza".
El núcleo central de los Montes del Duranguesado lo compone el cordal Amboto-Alluitz y junto a ellos las peñas cercanas de Aitz Txiki y Untzillaitz. La sierra de Aramotz con el imponente Mugarra le da continuidad hacia el lado W mientras que hacia el E, se extienden por el Ipizte y el Orisol, por un lado, y el Udalaitz por el otro. Hacia el sur se cierra con la sierra de Eskubaratz y Arrietabaso.
Asi que una vez conocida la ubicación y la orografía del entorno por el que transcurre la ruta, nos ceñiremos al track, que nos llevará a ascender al pico Amboto desde la anteiglesia de Gantzaga, pedanía perteneciente al cercano municipio de Ibarra de Aramaio.
Una anteiglesia es un pueblo o distrito municipal que tiene su origen en las comunidades que se organizaban alrededor de una iglesia y que tenían como órgano de gobierno la asamblea de todos los vecinos, celebrandose estas en concejo abierto en el pórtico o atrio de la iglesia parroquial.
Casi en la totalidad de las rutas que he podido observar en Wikiloc, el estacionamiento del medio de transporte se realiza en la parte baja del pueblo, junto a la iglesia, pero si proseguimos por la carretera principal, al cabo de unos metros, un estrecho y pronunciado carretil asfaltado, se abrirá a nuestra derecha de la marcha, permitiéndonos aparcar nuestro vehículo en la parte más alta del municipio, a escasos metros del comienzo de la senda de ascenso.
Asi que con la mochila preparada y con un radiante día de montaña por delante, comenzaremos a remontar las primeras rampas que ascienden hacia el collado Zabalandi, avanzando por una amplia senda que sube decidida inmersa en un frondoso bosque, donde se concentran gran variedad de especies como robles, abedules o fresnos.
Dejada atrás la zona boscosa, la senda, que se ha ido estrechando conforme ganabamos altura, nos depositará en un gran claro, bajo las faldas del pico Ipizte, desde donde podremos observar restos del gran calado que tiene la actividad maderera dentro del valle.
En este punto, el camino vira por una pista forestal que sube serpenteando la ladera SE de la montaña y que nos llevará a conectar con el clásico camino que une Besaide con el collado Zabalandi.
A los pocos metros de habernos adentrado en la mencionada pista, nos toparemos con una pequeña planicie donde se ubica el refugio Kasatxo y es en este punto, donde podremos abandonar, brevemente, el camino por el que transitamos y enlazar con un improvisado sendero, que parte desde la zona posterior del refugio, haciendo la ascensión más directa y mucho más vistosa.
Una vez hayamos alcanzado el camino de Besaide, ya podremos observar la rocosa piramide del Anboto y con sus impresionantes y desafiantes paredones frente a nuestros ojos, avanzaremos hacia el collado Zabalandi disfrutando de las impresionantes panorámicas que ofrece el camino, desde el mencionado Anboto hasta los cercanos macizos de Aratz y Aitzkorri.
Alcanzado el collado y bajo la atenta mirada que ofrecen las monstruosas moles del Ipizte y Anboto, decidiremos hacer un pequeña parada para disfrutar del maravilloso entorno en el que nos encontramos.
Tras el breve inciso, retomaremos la marcha hacia la cumbre del Anboto y para ello deberemos remontar la escarpada arista Sur. Al comienzo de la ascensión, las dudas sobre la dificultad de la subida y de como afrontarla se irán disipando conforme vayamos ganando altura, ya que iremos observando que pese a que, en ocasiones, tengamos que echar la mano para seguir progresando, la ascensión es muy divertida e intuitiva. Asi que poco a poco y extremando la precaución al máximo, porque aunque carente de dificultad técnica, el terreno por el que nos moveremos es bastante agreste, iremos avanzando hasta ganar la, concurrida, cúspide de la sierra de Amboto.
Destacar durante esta parte del ascenso, el arco de roca conocido como el Ojo de Ezkilar, desde donde podremos observar la entrada a la cueva de la Dama de Amboto, si miramos a través de su impresionante oquedad.
El Amboto ha estado siempre envuelto en la magia y en la mitología. No en vano y como cuenta la leyenda, en una cueva cercana a su cumbre, en la pared rocosa y acantilada de su parte E, se dice que tiene su morada principal Mari, la Dama de Amboto, a la cuál se puede observar en la boca de la cueva, los días soleados, peinando su bonita cabellera rubia con un peine de oro.
No es raro tampoco, el verla pasar algunas noches convertida en una gran bola de fuego surcando los cielos hacia otros parajes del País Vasco y Navarra donde también posee morada.
Tras las fotos cimeras de rigor y huyendo de la gran gentío que se agolpa en la cumbre, continuaremos avanzando por la escarpada cresta, que surca en dirección W el macizo de Amboto, a la caza de la segunda cumbre del día, el Elgoin.
La arista en si, no entraña grandes peligros para el progreso, pero no por ello habrá que bajar la guardia y tomaremos las precauciones adecuadas para avanzar con seguridad, ya que un leve traspiés puede tener fatales consecuencias. Asi que con el paso firme y decidido, iremos superando la angosta arista, hasta alcanzar la cumbre del rocoso Elgoin, momento donde aprovecharemos para poder disfrutar de un, más que, merecido almuerzo.
Tras el copioso tentempié, reanudaremos la marcha hacia la cercana cumbre del Kurutzeta, el discurrir hacia su cima, se asemeja bastante a lo antes comentado por lo que, tan solo cabría destacar, la bella estampa que nos brindará la cara N del Amboto.
Dejado atrás el Kurutzeta, continuaremos avanzando por el, empedrado, lomo somital y en notorio descenso, alcanzaremos el Llano de Larrano, donde se ubica la vetusta ermita de Santa Barbara, junto a unos cuantos refugios pastoriles.
La zona más elevada y que divide el cordal de Amboto de el de Alluitz, donde se encuentra el conocido Paso del Diablo, es el pico Larrano, que pese a su austera altura, nos ofrecerá unas impresionantes vistas tanto del camino recorrido, como del Parque Natural de Urkiola.
Con la parte más dura del track ya acometida y con la satisfacción de haber realizado una impresionante ascensión, emprenderemos el camino de vuelta hacia Gantzaga, descendiendo por un balizado sendero que nos depositará en el collado de Asuntza donde se ubica la ferrosa fuente del Pol Pol.
Para poder contemplarla, cosa que recomiendo, debido a su curiosa particularidad, tendremos que desviarnos, ligeramente del sendero que traiamos y seguir la estela de la regata de Asuntza que fluye en la parte más baja del amplio collado.
Una vez fotografiada y sin querer retroceder, sobre nuestros pasos, para volver a enlazar con el camino, del que previamente nos habiamos desviado, continuaremos avanzando por una sinuosa senda que desde la parte posterior de la fuente, surca paralela a la regata. En menos de cinco minutos, volveremos a conectar con el balizado sendero que nos llevará en primer lugar al famoso paso de montaña de Pagozelai, punto donde confluyen multitud de rutas de la zona y posteriormente al conocido collado Zabalandi, desde donde retrocederemos hasta el punto de partida, desandando el mismo camino de ascenso.
Espectacular e indispensable ascensión a una de las cumbres señeras del Pais Vasco, tanto por su mitológicas leyendas como por la belleza del entorno del Parque Natural de Urkiola.
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Comments (2)
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Gran trabajo y gran ruta!!! Zorionak
Muchas gracias Ana, espero que la hayas disfrutado