Ascenso a la Alcazaba, por las lagunas y vasares de Valdeinfiernos y Valdecasillas (Sierra Nevada)
near Sierra Nevada, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Travesía Hoya de la Mora, Tajos del Campanario, Veredón Inferior, Nacimientos del Guarnón, Veta Grande, Circo y Laguna de Valdeinfiernos, Laguna Galbata y Larga, Juego de Bolos, Laguna de la Mosca, Gran Vasar de la Alcazaba, Puntal de Calderetas, canuto y arista noreste de la Alcazaba, Alcazaba, Puntal de la Cornisa, Puntal de Siete Lagunas, Vasar del Mulhacén, Laguna y Refugio de la Caldera, Refugio de Villavientos, Refugio de la Carihuela, Posiciones del Veleta, Hoya de la Mora (Sierra Nevada).
Escapada en solitario que me llevará a recorrer buena parte de la abrupta cara norte del macizo central de la sierra, con el fin de alcanzar la cima de la Alcazaba, 3.371m. La Gran Dama se hacía de rogar, la tercera cumbre en discordia de Sierra Nevada y sexta peninsular, sin duda la más esquiva en su ascenso, amurallada a sus cuatro costados.
La sierra pone fin a su metamorfosis, ahora latente en su crisálida estival la espera de su manto blanco.
Pero hoy pisar cumbre es sólo el colofón a una aproximación bestial…..comenzamos¡¡¡
Cambio de luces en la Hoya de la Mora, abre el día y ascenso rápido por los borreguiles de los nacimientos del San Juan, a la par del sol perfilo los Tajos del Campanario. Vista a los anaranjados paredones del Veleta y su séquito de tajos hasta el Cerro de los Machos.
A contraluz, las imponentes siluetas de Alcazaba y Mulhacén, me hacen asumir el reto físico de la jornada, aunque la mirada se me pierde en las sombras de Veta Grande, al atisbo de la vereda torturadora de rodillas que me permitirá sobrepasar su collado.
Antes, el primero de los tránsitos de vértigo que me esperan durante la marcha, el descenso por el Veredón Inferior. Poco a poco me interno a los pies del Corral, sin poder apartar la mirada sobre los tajos del Veleta, a la par que voy atravesando los nacimientos del Guarnón en busca de vereda de Veta Grande. No queda otra que coger aire y apretar. Sobre el collado, con menos trabajo del esperado, se abre la puerta al inmenso circo glaciar de Valdeinfiernos. Me llevaré todo el día con imponentes vistas delante y atrás.
Me deslizo ahora a la solana de la arista del Cerro de los Machos, que se irá dibujando a mi espalda cuando alcanzo la laguna del circo de Valdeinfiernos, amurallada por los Crestones. Al norte, en caída, se abre su barranco hasta el naciente río Real.
Tras la tregua de la laguna, esquivo el espolón de los Crestones y aterrizo en uno de los parajes más espectaculares de la sierra, el paraje de las lagunas Galbata y Larga, a la umbría de las paredes de su puntal y espolón.
Un pequeño vasar sobrepasa el espolón, completando el ascenso hasta el pico Juego de Bolos, 3.032m, primer tresmil del recorrido, y quizás, el mejor mirador a la norte del Mulhacén y la oeste de la Alcazaba. Y como no, puro entretenimiento adivinando mis siguientes pasos por los vasares que atajan las imponentes paredes.
Descenso obligado a otra de las lagunas emblemáticas de la sierra, la Laguna de la Mosca. Otro de los placeres visuales y anímicos que me salen al paso, lugar con un aire especial, y punto de partida de la travesía por el Gran Vasar de la Alcazaba, puro deleite montañero.
La balconada recorre toda la vertical oeste, dibujada tras cada espolón que cae sobre el barranco de Valdecasillas, apareciendo al frente el resto de la cuerda de tresmiles que se pierde al norte. Las vistas atrás no tienen nombre. Sobrepaso la entrada al espolón de la Alcazaba y ya tengo a la mano el Puntal de Calderetas, detrás Vacares me incita a estirar la pisada, pero me resisto y me ciño al plan previsto.
Toco la divisoria de aguas en el Puntal de Calderetas, punto de inflexión, inaugurando mis vistas sobre las Lagunas de Calderetas, media vuelta y resoplo.
Los Tajos del Goterón se anteponen a mi marcha, arriba me aguarda la Alcazaba, mi vía de ascenso, la vertical y descompuesta arista noreste de la Alcazaba. Con la esperanza de encontrar algún compañero en estas latitudes, un pequeño grupo de buena gente de Graná se aproxima desde Vacares, compartiremos los últimos metros de ascenso.
Yo a lo mío, entrada a saco, dejando de lado el terreno hostil del canuto y buscando el ascenso por roca firme, trepada tras trepada, siempre vigilado por alguna cabra que otra. No da respiro, siempre asegurando los pasos y los apoyos, la mirada abajo es inevitable y sólo pinta una dirección en el avance, imposible recular.
Pasado medio ascenso me tomo un respiro y espero para enlazar con el grupo que me sigue los pasos, un poco más y la vertical se suaviza, ya tengo la cumbre a la mano, paz.
Pequeña para técnica, recupero fuerzas y arranco con la vuelta, también sin desperdicio. Primero, aprovechando las alturas, paso sobre el Puntal de la Cornisa, 3.316m, y enfilo el descenso por el Colaero. Dejo de lado la tentación de bajar hasta Siete Lagunas y atrocho bajo la Cornisa hasta el Puntal de Siete Lagunas, 3.251m.
La arista este del Mulhacén se muestra sobre mi cabeza, queda anotada para nueva incursión, hoy ya voy bien servido. Vuelco ahora sobre su vertical, al norte, pisando la escueta vereda que recorre el Vasar del Mulhacén. Más expuesto que el Gran Vasar, parece imposible que por esta pequeña e inclinada repisa se dibuje uno de los tránsitos más deseados de Sierra Nevada. Completo su travesía en el Collado del Ciervo (o de la Mosca), dando por finalizado los tramos técnicos del recorrido.
Doy la espalda al Mulhacén y bajo hasta la Caldera, enlazando con la vereda de la Carihuela y pasando a velocidad de crucero junto al refugio de Villavientos. De aquí en adelante, una cuenta atrás en el cuentakilómetros hasta el collado de la Carihuela, inmerso en el juego de luces y sombras de mediatarde.
Paso rápido por la Carihuela y parada obligada en el mirador de las Posiciones del Veleta para despedirnos de los colosos, ahora sí se hace presente el esfuerzo de más de doce horas sin tregua. Descenso deportivo hasta la Hoya de la Mora para soltar las piernas, justo a tiempo para un café al atardecer y vuelta a casa.
Nos vemos en las montañas.
Escapada en solitario que me llevará a recorrer buena parte de la abrupta cara norte del macizo central de la sierra, con el fin de alcanzar la cima de la Alcazaba, 3.371m. La Gran Dama se hacía de rogar, la tercera cumbre en discordia de Sierra Nevada y sexta peninsular, sin duda la más esquiva en su ascenso, amurallada a sus cuatro costados.
La sierra pone fin a su metamorfosis, ahora latente en su crisálida estival la espera de su manto blanco.
Pero hoy pisar cumbre es sólo el colofón a una aproximación bestial…..comenzamos¡¡¡
Cambio de luces en la Hoya de la Mora, abre el día y ascenso rápido por los borreguiles de los nacimientos del San Juan, a la par del sol perfilo los Tajos del Campanario. Vista a los anaranjados paredones del Veleta y su séquito de tajos hasta el Cerro de los Machos.
A contraluz, las imponentes siluetas de Alcazaba y Mulhacén, me hacen asumir el reto físico de la jornada, aunque la mirada se me pierde en las sombras de Veta Grande, al atisbo de la vereda torturadora de rodillas que me permitirá sobrepasar su collado.
Antes, el primero de los tránsitos de vértigo que me esperan durante la marcha, el descenso por el Veredón Inferior. Poco a poco me interno a los pies del Corral, sin poder apartar la mirada sobre los tajos del Veleta, a la par que voy atravesando los nacimientos del Guarnón en busca de vereda de Veta Grande. No queda otra que coger aire y apretar. Sobre el collado, con menos trabajo del esperado, se abre la puerta al inmenso circo glaciar de Valdeinfiernos. Me llevaré todo el día con imponentes vistas delante y atrás.
Me deslizo ahora a la solana de la arista del Cerro de los Machos, que se irá dibujando a mi espalda cuando alcanzo la laguna del circo de Valdeinfiernos, amurallada por los Crestones. Al norte, en caída, se abre su barranco hasta el naciente río Real.
Tras la tregua de la laguna, esquivo el espolón de los Crestones y aterrizo en uno de los parajes más espectaculares de la sierra, el paraje de las lagunas Galbata y Larga, a la umbría de las paredes de su puntal y espolón.
Un pequeño vasar sobrepasa el espolón, completando el ascenso hasta el pico Juego de Bolos, 3.032m, primer tresmil del recorrido, y quizás, el mejor mirador a la norte del Mulhacén y la oeste de la Alcazaba. Y como no, puro entretenimiento adivinando mis siguientes pasos por los vasares que atajan las imponentes paredes.
Descenso obligado a otra de las lagunas emblemáticas de la sierra, la Laguna de la Mosca. Otro de los placeres visuales y anímicos que me salen al paso, lugar con un aire especial, y punto de partida de la travesía por el Gran Vasar de la Alcazaba, puro deleite montañero.
La balconada recorre toda la vertical oeste, dibujada tras cada espolón que cae sobre el barranco de Valdecasillas, apareciendo al frente el resto de la cuerda de tresmiles que se pierde al norte. Las vistas atrás no tienen nombre. Sobrepaso la entrada al espolón de la Alcazaba y ya tengo a la mano el Puntal de Calderetas, detrás Vacares me incita a estirar la pisada, pero me resisto y me ciño al plan previsto.
Toco la divisoria de aguas en el Puntal de Calderetas, punto de inflexión, inaugurando mis vistas sobre las Lagunas de Calderetas, media vuelta y resoplo.
Los Tajos del Goterón se anteponen a mi marcha, arriba me aguarda la Alcazaba, mi vía de ascenso, la vertical y descompuesta arista noreste de la Alcazaba. Con la esperanza de encontrar algún compañero en estas latitudes, un pequeño grupo de buena gente de Graná se aproxima desde Vacares, compartiremos los últimos metros de ascenso.
Yo a lo mío, entrada a saco, dejando de lado el terreno hostil del canuto y buscando el ascenso por roca firme, trepada tras trepada, siempre vigilado por alguna cabra que otra. No da respiro, siempre asegurando los pasos y los apoyos, la mirada abajo es inevitable y sólo pinta una dirección en el avance, imposible recular.
Pasado medio ascenso me tomo un respiro y espero para enlazar con el grupo que me sigue los pasos, un poco más y la vertical se suaviza, ya tengo la cumbre a la mano, paz.
Pequeña para técnica, recupero fuerzas y arranco con la vuelta, también sin desperdicio. Primero, aprovechando las alturas, paso sobre el Puntal de la Cornisa, 3.316m, y enfilo el descenso por el Colaero. Dejo de lado la tentación de bajar hasta Siete Lagunas y atrocho bajo la Cornisa hasta el Puntal de Siete Lagunas, 3.251m.
La arista este del Mulhacén se muestra sobre mi cabeza, queda anotada para nueva incursión, hoy ya voy bien servido. Vuelco ahora sobre su vertical, al norte, pisando la escueta vereda que recorre el Vasar del Mulhacén. Más expuesto que el Gran Vasar, parece imposible que por esta pequeña e inclinada repisa se dibuje uno de los tránsitos más deseados de Sierra Nevada. Completo su travesía en el Collado del Ciervo (o de la Mosca), dando por finalizado los tramos técnicos del recorrido.
Doy la espalda al Mulhacén y bajo hasta la Caldera, enlazando con la vereda de la Carihuela y pasando a velocidad de crucero junto al refugio de Villavientos. De aquí en adelante, una cuenta atrás en el cuentakilómetros hasta el collado de la Carihuela, inmerso en el juego de luces y sombras de mediatarde.
Paso rápido por la Carihuela y parada obligada en el mirador de las Posiciones del Veleta para despedirnos de los colosos, ahora sí se hace presente el esfuerzo de más de doce horas sin tregua. Descenso deportivo hasta la Hoya de la Mora para soltar las piernas, justo a tiempo para un café al atardecer y vuelta a casa.
Nos vemos en las montañas.
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Comments (2)
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Vaya rutón te has marcado, compañero. Veo que sigues en cabeza en la Champions Mountain League. Conozco todos esos tramos salvo el Vasar del Alcazaba, que sigue pendiente en mi agenda para cuando vaya al Vacares, y el recorrido es impresionante. Hace un par de años te animé a superar la barrera de los 2.000 metros positivos, en una ruta tuya de ascensión por el Barranco de San Juan. Ahora lo has hecho con creces, y vuelvo a animarte para que superes los 3.000 metros positivos. Que la Fuerza te acompañe. Un saludo. Nos vemos en el camino.
Buenas compañero!!!!!
No veas como la he disfrutado. Tenía el Gran Vasar y el Canuto de la Alcazaba entre ceja y ceja, y no se escapaban al veranito.
El Gran Vasar impresionante, pero te llevas todo el camino buscando la forma de retorcerte para mirar atrás, la próxima lo hago en dirección a la Mosca.
Pues que sepas que en algunas rutas me he acordado de ti...sobre todo en dos de antes de verano que tengo pendiente de montar. Una integral en ascenso a Sierra Palmitera, en una circular pasada de rosca, y una travesía integral "creativa" al Salto de la Zorra y Tajos Ballesteros en los Embalses del Guadalhorce.
Siempre será un lujo coincidir en el campo.
Un abrazo!!!