Barrancón, Bermejuela, Ventisqueros, Morrón, Gil Lopez (Sierra Sur)

Nuevamente Pedro J. Castro prepara una sorprendente ruta por uno de los rincones más abruptos e impresionantes de la Sierra Sur de Jaén, sin duda comparable a otras maravillas naturales de sierras de más renombre y que gozan de algún tipo de figura de protección, algo que no sucede aquí y que aprovecho nuevamente para denunciar, pues es realmente injusto que parajes de tanta belleza y valores zoológicos, botánicos, geológicos ,etnográficos....,no estén protegidos.
Antes de nada he de aclarar que ésta, no se trata de una ruta de senderismo, la subida a la Bermejuela por el Barrancón es muy vertical, sin sendero, por pedreras y con tramos de trepada donde es necesario el uso de las manos. Tampoco hay que ser superman para realizar éste ascenso, pero hay mucho riesgo de que nos caiga una piedra por desprendimientos espontáneos o provocados por el ganado y es muy importante elegir el itinerario adecuado, pues de no hacerlo podemos meternos en un callejón sin salida; el Barrancón es un impresionante anfiteatro rocoso con escasos pasos (sin material de escalada) y una vez inmersos en él se pierden las perspectivas. Otro riesgo sería realizar la subida en invierno con heladas, pues aquí apenas entra el sol en todo el día.

Comenzamos a caminar a las afueras de Valdepeñas de Jaén, junto a un depósito de agua que hay más arriba del polígono industrial. Nos salimos de la carretera y tomamos el carril que sale sobre el depósito al SE, para en breves metros tras obviar otro carril a la derecha virar al NO. Ascendemos de forma cómoda, calentando piernas para lo que nos espera. Cuando el carril, traza una pronunciada curva virando hacia el Sur, nosotros seguimos rectos , tomando un sendero, al NE. Pasamos bajo los cortados del Peñón de Gil Lopez, (al que subiremos casi al final de la ruta) y a continuación bajamos hasta el lecho del Barrancón. Éste sendero no tiene perdida, aunque tiene partes incómodas, debido a grandes piedras sueltas y la inclinación.
Ahora comenzamos lo realmente emocionante, el ascenso a la Bermejuela por el Barrancón. Como he comentado antes es muy importante elegir el itinerario a seguir antes de introducirnos en el barranco, pues al hacerlo perdemos la perspectiva. Nosotros decidimos hacerlo por el lado izquierdo del barranco, hacia el Este, evitando lo más posible las pedreras, donde es un suplicio progresar, buscando zonas de rocas más sólidas donde poder agarrarse y cintos entre impresionantes cortados. No es mala idea ponerse un casco para subir éste tipo de barrancos, pues fuimos testigos de como un grupo de ovejas provocaron desprendimientos en la ladera opuesta.
En nuestra subida pasamos por una cueva a la que cuesta un poco acceder, pues se encuentra totalmente cercada de espesas zarzas y solo pudimos hacerlo por una especie de sumidero, una gatera.
Emocionados y con la adrenalina a 100, en menos tiempo de lo que pensábamos o eso nos pareció a nosotros, quizá perdimos la noción del tiempo, nos encontrábamos en la cima de la Bermejuela (1.726 m), segunda cima más elevada de la Sierra de Ventisqueros. Las vistas son impresionantes, con la reina de la Sierra Sur, La Pandera (1.970 m) frente a nosotros y dominando gran parte de las grandes cimas de las sierras cercanas y la campiña.
A continuación nos dirigimos de forma bastante cómoda, campo a través, al Sur, hacia la cercana máxima elevación de la Sierra de Ventisqueros, el cerro homónimo o cerro de la Horca (1.766 m). Éste cerro al encontrarse en el centro de una superficie cimera escasamente accidentada no goza de vistas tan espectaculares.
Descendemos hacia el Oeste hasta el collado que domina el Hoyón de Malas Noches, un embudo que recolecta aguas de diversos torrentes hacia el Barrancón y que se encuentra cubierto por un tupido pinar. Desde éste collado emprendemos hacia el NO el ascenso al Morrón de la Solana (1.672 m), ascenso corto pero empinado. Nuevamente gozamos de espectaculares vistas y sin duda el ver desde otra perspectiva parte de nuestro ascenso a la Bermejuela nos sobrecoge.
Cresteamos la agria raspa del Morrón hacia el SO, hasta que acaba la zona más áspera de lapiaz, lugar donde empezamos a descender por la ladera siguiendo esa misma dirección hasta toparnos con un bellísimo sendero. Éste sendero zigzaguea hacia el Norte hasta que se topa con otro en mejores condiciones (fue limpiado recientemente) y que seguimos hacia el NE, una autentica delicia caminar por estos tesoros etnográficos. En breve tiempo el sendero nos deja junto al Peñón de Gil Lopez (1.434 m), modesto peñón en altitud, pero con grandes cortados y muy buenas panorámicas.
Seguimos descendiendo por sendero hacia el SO, pasando por los restos de unos grandes corrales de piedra ( que aprovechan la orografía del lugar de forma magistral), para llegar a donde acaba un carril. Éste es el mismo carril que tomamos al inicio de la ruta, por lo que solo resta seguirlo hasta llegar al depósito de agua, el algo menos de 3 km.