Castilfrío (desde el Puerto de Tornavacas)

Califico la ruta como difícil para gente no acostumbrada al montañismo pot las trepadas de subida (evitables) al Castilfrío, por la dura bajada desde el Collado de la Angostura, por el tipo de terreno a transitar y la dificultad de orientación en algunos casos. Para montañeros habituados es de moderada dificultad.
Hoy toca subir al Castilfrío, una preciosa mole que circunvala el circo glaciar de la Laguna del Barco. La ruta elegida tendrá pasos por terreno de aventura nada cómodos, pistas, senderos e incluso, el ascenso final, trepadas interesantes de hasta III grado, eso sí, elegidas a propósito para divertirme y evitables por la senda tradicional que sube al Alto de Castilfrío.
La previsión meteorológica para hoy es buena y con temperaturas en ascenso, de unos 20 grados, a pesar de lo cual y en el momento de la salida, unos 4 grados de temperatura hacen que el frío te invite a ponerte cuanto antes en movimiento. Será primero por pista de tierra, recorriendo la dehesa, hasta que hay que estar muy atento para no pasarte el salto a la valla de piedra cercano a unos carteles informativos. Conduce a una sendita que sube al Collado de la Rebollosa, al que se accede por una puerta de ganado. Desde allí, por pista rodeada de robles, se llega al Collado Herido donde el trayecto se bifurca en dos y se decide por que lado ir y por cual volver. Y la elección es rumbo hacia el Circo Glaciar, pasando por el Collado de las Chorreras, dirección al Mojón Alto, pasado el cual y alcanzadas las vistas sobre la Laguna del Barco y las moles que la rodean, es obligada una parada. De este a oeste veremos el Alto del Corral del Diablo, el Juraco, La Covacha, Las Azagayas y, por supuesto, el Castilfrío.
Tras reemprender la se alcanza la Fuente de El Tapadero y, de frente dos opciones: la subida clásica por senda terrosa y rocosa hacia el Alto del Castilfrío (a lo lejos se divisa el cartelito que lo marca, o la tentadora cresta de inmensos bloques de roca que te pide ser trepada. Y es esta última la que elijo y me pongo a subir hasta alcanzar la cúspide del Castilfrío. Las vistas son maravillosas y se vislumbra, enfrente, la Portilla Jaranda, el Estecillo, etc...
Ahora comienza el descenso hacia la Portilla de la Angostura y le sigue el tramo más pesado del recorrido: una larguísima bajada al fondo del valle por piorno y roca, encajonados en el curso de un pequeño arroyo que será la única referencia, junto con el punto que te marques en la lejanía. La guinda al pastel son unos peligrosos trampales cuando vas entrando en praderío y pensabas que ya estaba hecho. Luego suaviza el terreno y te ves inmerso en nueva zona de piorno, con alguna senda, que te conduce a la Casa de la Angostura, un refugio de piedra desde donde la orientación y el paso son más sencillos, hasta llegar al Collado de la Llana. Alli se abre a la vista una nueva garganta; la de San Martín. Habrá que realizar un fuerte descenso hasta alcanzar, primero el Puente de San Martín y luego las tres preciosas casas que hay en sus cercanías. El paso por ellas es obligado, así como una parada para disfrutar el agua que mana de su fuente y tomar fuerzas para el largo camino de regreso hacia el Collado Herido, punto de intersección de la ruta a partir del cual el camino de bajada, al Puerto de Tornavacas, se repite.