Castillo Mayor 2020 m. desde pista de Sensa

Ascensión al Castillo Mayor desde la pista de Sensa, a la que se accede por la carretera de Puértolas hacia Bestué.

Quedamos con Irene para hacer una andada no demasiado fuerte, y como ella no había estado nunca en el Castillo Mayor, pues nos pareció uno de los sitios más adecuados.
El inconveniente principal era la meteorología, algo inestable y que difícilmente nos iba a permitir disfrutar de buenas vistas hacia el macizo del Monte Perdido.

DESCRIPCION DE LA RUTA:

Partimos junto a una caseta de captación de aguas, situada en el borde de la pista unos cientos de metros más adelante de dejar la carretera.

Se asciende junto al barranco hasta una surgencia o abrevadero, punto de referencia muy importante si se elige este punto de inicio.
Se vira inmediatamente a la derecha pasando entre abundante vegetación, enseguida volvemos a girar hacia arriba donde el sendero parece un túnel.

Enseguida salimos a una pedrera, la senda es mucho más visible hasta la base de una pared, punto en el que enlazaremos con la senda principal que viene de Puértolas.

A continuación un resalte rocoso se supera gracias al paso tallado en la roca a modo de fajeta, que a su vez es acceso para el ganado.

Llegamos a un grupo de hayas y un pequeño prado, seguimos entre un mar de matorral de erizón y boj subiendo sin parar hasta salir a un valle colgado.

Se abre un fabuloso panorama delante de nuestras narices, es como un valle colgado y enfrente la montaña caliza del Castillo Mayor.

Subir directamente es un poco duro, mejor ir a la derecha recorriendo este vasto llano que hoy lo hacemos pisando nieve. Es habitual ver bastantes sarrios por esta zona.

Vamos en busca del canto del acantilado, el terreno nevado nos impidió seguir la senda por el fondo así que sorteando el matorral y la roca de lapiaz, llegamos a la cresta que se muestra feroz por la multitud de surcos y grandes simas típicas del terreno kárstico.

A nuestra derecha comienza a verse el enorme acantilado que cae en un aparente sin fin hacia el valle de Escuaín. La niebla no hace sino contribuir al realce de la sensación de verticalidad.

Con cuidado iremos sorteando los agujeros y progresando siempre cerca del borde para alcanzar con más facilidad la cima.

Castillo Mayor, 2.020 m. Gran abismo al noreste, un soberbio panorama aderezado con la nieve.
Las nubes se movían y casi milagrosamente se apartaron unos momentos para que, al menos, pudiéramos ver la enorme caída hacia el fondo del valle de Escuaín, una vertical imponente que hace las veces de balcón ó mirador al Pirineo.

Nos hacemos la foto de cima y también la típica cerca del canto, buscando el ángulo para que aparente que estamos mucho más cerca de lo que es en realidad. La seguridad ante todo.

Seguimos un trecho más de cresta y bajamos directamente al vallecito citado. La via de descenso es mejor hacerla directa para evitar la zona de Karst, que es mucho más peligrosa descendiendo.
Habíamos comenzado el descenso sin pausa ya que hacía frío y se nos echaba una tormenta encima. Cuando ésta llegó, soltó un chaparrón de nieve tan bonito que entonces nos paramos un momento a disfrutar de éste fenómeno de la naturaleza.

Ya en el fondo del vallecito colgado, a resguardo de unas rocas comimos el bocadillo pues en la cima no había sido posible. El tiempo amainó y disfrutamos durante mucho tiempo de ese valle colgado tan curioso.

De ese punto se sigue la misma senda de ascenso para retornar al coche.