Cerro del Caballo, refugio, laguna y Acequia de los Hechos, desde Cortijo Echevarría (Invernal enSierra Nevada)

Travesía circular al Cerro del Caballo, 3.011m, la cota tresmil más meridional del Parque Nacional de Sierra Nevada y que marca los límites de la sierra en su extremo suroccidental.

Después de enlazar distintos ascensos por la solana nevadense al Caballo, bien desde el Posteruelo, bien desde el carril de acceso al paraje del Refugio Ventura, nos faltaba dibujar una incursión desde las inmediaciones del Cortijo Echevarría_Fuentefría.
Siempre reticentes a su aproximación por el estado de la pista de acceso desde Nigüelas, esta vez nos aventuramos tras intuir el retroceso de los tramos helados tras las últimas nevadas.
Aunque resulta un camino tedioso, repleto de innumerables curvas y terreno descompuesto no apto para cualquier vehículo, nos regala la impresionante entrada por las verticales del barranco del río Torrente y la posibilidad de inicio de ruta bien pegados al perímetro del Parque Nacional.

Con todo esto como antesala de ruta, ya nos amanece sobre la Loma de Cañar y adivinamos una tímida cota de nieve por encima de los 2.500m, estando salpicado el terreno con manchas de la efímera nevada de días anteriores desde nuestro punto de partida junto a las ruinas del Cortijo Echevarría.
Nuestra elección de salida se reduce de unir la vía de ascenso sobre la Loma de los Tres Mojones y el cierre junto a la magnífica Acequia de los Hechos.

Iniciamos la marcha con la vista puesta a los vecinos Alayos de Dílar, la Sierra de Manar y Padul y las estribaciones que encajonan al río Dúrcal al abandonar la sierra. Dejando atrás los restos del Cortijo Echevarría, enlazamos con la pista forestal que asciende hacia el Mirador de la Rinconada de Nigüelas, camino coincidente con el trazado Sulayr y que tras atravesar la imponente cabecera del río Torrente se dirige hacia Puente Palo y Nigüelas pasando por el Posteruelo.

Nuestras miras están en entonar el ascenso sobre la Loma de los Tres Mojones, siendo la entrada evidente desde el mismo Mirador de la Rinconada. Pero nosotros, a fin de evitar los metros de carril que nos separan, nos decidimos por una trocha que parte de momento a media ladera en continuo ascenso.
Esperando que ésta vire en busca de la loma, no hace otra cosa que perderse entre el matorral, por lo que no nos queda otra que salvar la rampa entre matorral para conseguir nuestro objetivo inicial.
No merece la pena el bypass al carril, siendo más óptimo su recorrido hasta el mirador y la entrada a la vereda desde su comienzo.

Por delante tenemos la cómoda vereda de la Loma de los Tres Mojones, ascenso continuo y llevadero que nos dejará en poco a faldas del Caballo.
Es en su pala suroeste donde encontramos una capa homogénea de nieve dura, sin llegar a helar, con lo que el avance con crampones resulta bastante aceptable. En algunos puntos nos cruzaremos con depósitos de nieve polvo barrida por el fuerte viento del norte, por lo demás resultará un trazado totalmente viable en travesía invernal.

Perdemos contacto con la loma y entramos al ascenso directo a cumbre por su solana, subida limpia sobre nieve hasta el mismo vértice del Cerro del Caballo.
Panorámica conocida pero que no te deja indiferente sea cual sea la estación en la que estemos, centrando en el horizonte las cotas más altas de la sierra.

Continuamos el trazado, barajando varias opciones vistas las buenas condiciones que presenta la nieve, decantando nuestro camino en descenso por la Loma del Caballo hacia los restos del Refugio de Lanjarón.
Estamos ahora en el espolón que vuelca hacia el Valle de Lanjarón, con vistas a su cabecera y los tajos que se desploman desde el Caballo, unos metros de vereda nos separan de su laguna y refugio.

Quizás el punto a tener en cuenta en condiciones de nieve, el tramo entre los restos del Refugio de Lanjarón y el Refugio del Caballo, metros de vereda que suele acumular bastante nieve y queda totalmente tapada por un nevero de fuerte pendiente. Momento donde extremar la precaución y asegurar cada paso.

Conseguimos alcanzar el simplísimo Refugio del Caballo, con vistas a la laguna y a la cabecera del valle. Hoy también nos servirá para visualizar nuestro próximo ascenso por la pala que remonta hacia la Cuerda del Caballo a Tajos Altos.
Bajo la vertical del Caballo, a la umbría, relucen placas de hielo que nos hacen descartar esa vía. Fijamos entonces el ascenso por la pala más al norte, a la solana, pegados a las estribaciones de la cuerda y donde intuimos nieve dura pero practicable.

Así, rodeando la cubierta helada de la Laguna del Caballo, entramos de lleno en el fuerte ascenso, comprobando el buen estado de la nieve donde hacemos la huella suficiente para un avance seguro. Tendremos que zigzagear para suavizar la pendiente, pero saldremos rápidamente hacia el collado sin complicaciones.

Marcamos ahora rumbo hacia los orígenes de la Acequia de los Hechos, primero con un corto avance de mano de la cuerda hacia Tajos Altos, siempre controlando las posibles evasivas hacia el Valle del Dúrcal.
La idea es avanzar sin ganar altura, ya que nuestro último fin es el descenso hacia la acequia. Cuando la cuerda remonta hacia Tajos Altos, nosotros abandonamos nuestro rumbo y viramos ladera abajo. Un buen manto de nieve nos facilita el descenso sin prácticamente no prestar atención a nuestro camino, en fechas estivales estaríamos caminando sobre lascas y terreno descompuesto.

Poco a poco nuestra diagonal va al encuentro de Barranco de la Pedriza, acompañándolo en lo que sigue hasta cruzarnos con la propia Acequia de los Hechos. Desde aquí todo resulta más que evidente, caminando sobre la plataforma de la acequia o sobre el hielo de su torrente.
Recorremos las faldas de la sierra sobre la cómoda curva de nivel de la acequia, acercándonos rápidamente a la umbría de la Loma de los Tres Mojones. En uno de los últimos barrancos con los que nos cruzamos, un dique para la caída vertical del torrente de la acequia y lo entuba en lo que resta por delante.
Nuestra senda se dibuja aferrada a la ladera, tornándose algo más adelante en pista forestal.

Cerramos nuestro recorrido por el camino de vuelta al Cortijo Echevarría, pasando junto a algunas casas de campo y dando un último vistazo a las sierras que encierran al río Dúrcal.

Nos vemos en las montañas.