Cerrón/Cerro de Ortigosa/Santuy/Matachín (desde Hayedo de Montejo)

ESTA RUTA ESTÁ CALIFICADA COMO DIFÍCIL PORQUE EVITA, EN GRAN PARTE, TODO PASO OFICIAL Y ACOMETE TREPADAS Y DESTREPADAS PARA LAS QUE HAY QUE ESTAR BIEN PREPARADO, ASÍ COMO TERRENO DE AVENTURA DONDE HAY QUE SABER ORIENTARSE Y PROGRESAR. En parte, estos tránsitos diferentes, pueden ser evitados por zonas anexas en las que no hace falta trepar. Hay que tener en cuenta que lo que para algunos puede ser muy divertido, para otros puede suponer un gran riesgo.

Se trata también de la activación radio SOTA EA4/GU-002 Cerrón. Además, el hacerla solo me va a permitir salirme de la "oficialidad" y disfrutar del parque de atracciones que me ofrecen aristas, bloques, paredes y demás elementos que ponen a prueba tus ganas de aventura.

Se comienza dejando el coche en el aparcamiento del Hayedo de Montejo. El día está muy regular y, al llegar, este aparcamiento está totalmente vacío. Hace frío y mucho viento y el cielo está plagado de amenazantes nubes que viajan a gran velocidad impulsadas por el viento oeste que trae este frente atlántico que nos ha alcanzado los últimos días. Y se nota porque todos los arroyos corren contentos y los terrenos verdes se ganan bien el nombre de su color.
El caminar por la pista que nos acompañará hacia el final del larguísimo valle, donde tendremos casi al alcance de la mano el Cervunal y los picos adyacentes, se hace sin ninguna dificultad en esta época, en ausencia de hielo.
Cuando empiezan las primeras zetas, de dimensiones mayúsculas, comienzo con el atroche por el bosque, cambiando kilómetros por pendiente de subida. Hasta llegar al máximo exponente; una curva en el camino en la que decido poner rumbo "directo" al Cerrón por la arista que tengo delante y empiezan las primeras trepadas interesantes del día. Hay que buscar el paso, no hay hitos ni marcas. Pueden, posiblemente, evitarse los bloques si se quieren evitar estas trepadas. Paso por el primer minirefugio, de los que encontraré unos cuentos en zonas poco transitadas y me dirijo hacia la canal central de subida al geodésico. Allí el viento arrecia y hago la activación SOTA en vhf, no me apetece montar todo el tinglado en hf, ya que el frío aprieta, aunque el sol ha ganado terreno a las nubes. Aprovecho para comer y deleitarme con las espectaculares vistas al norte, con el Pivco del Lobo, Alto de las Mesas o Tres Provincias, más al oeste. Al sur, con el Santuy, que visitaré más tarde, el Ocejón... Al sur oeste, todas las sierras deGuadarrama y la Cabrera. En fin, un paisaje que encandila.
Ahora toca recorrer la larguísima cresta que me llevará hasta el Hayedo de Montejo. Y lejos de ir por caminos o sendas me encaramo a todo lo que se puede trepar. Primero por la Loma del Agua Fría y la Ladera Vieja, donde algunos pasos aéreos te encandilan por su belleza. Desciendo hacia el Collado de Ortigosa y unas simpáticas vacas me reciben con alegría. Breve, al verme partir de nuevo, subiendo y bajando hasta el Collado de Calahorra, de donde parte una senda que también llega al parking del Hayedo, pero mucho menos interesante que el recorrido que me he planteado.
Subida al Cerro de Ortigosa y rápidamente llegada al espectacular Santuy, haciendo una parada obligada para echar la vista atrás y degustar el magnífico recorrido realizado hasta ahora.
Y toca bajar, y me gusta improvisar, no hacer caso a track alguno y trepar y, sobre todo destrepar, una y otra vez, encontrándome algunas veces con traza de senda con hitos.
Aparecen má refugios naturales y artificiales y me acompaña el terreno de aventura a trepar hasta el Matachín. A partir de allí la vegetación baja predomina en el descenso hacia el parking, punto de inicio y fin de la ruta.