Circular al Bisaurín (2670m) desde el refugio de Lizara (⬆ Corredor Noreste - ⬇ Vía clásica por la cara Sur)

Lo primero de todo, antes de explicar la ruta, decir que probablemente la inmensa mayoría de montañeros que hacen cumbre a este monte son gente experimentada en Alta Montaña, o al menos con un físico y nivel técnico bastante elevado, y para esas personas ésta dificultad sería más bien de MODERADO.
En cambio, para novatos como yo que no estamos acostumbrados a patear por picos de este calibre, creo que la dificultad sería más bien DIFÍCIL, por la altísima exigencia física y porque requiere de buena técnica en los tramos de ascenso por el largo nevero y en la pedrera inicial del descenso.

En caso de hacer la ruta solo por la cara Sur, para los novatos sería un recorrido MODERADO y para los experimentados FÁCIL. La verdadera dificultad está en el corredor Noreste.

Aún así, recorrido muy interesante, muy bonito y muy recomendable de realizar para todos aquellos que tengan un mínimo de nivel que les permita ascender al Bisaurín realizando la circular que ahora presento:


Un año más, el club de montaña Artarrai, de Ermua, organiza una salida a los Pirineos, en este caso una doble excursión durante el fin de semana por 2 de los picos más elevados de la Cordillera Occidental: Bisaurín (2670m) y Pico Lecherín o Garganta de Borau (2570m).

En primer lugar realizaremos el Bisaurín, y para ello nos desplazamos por una carretera que atraviesa el valle de Aragües, hasta llegar al parking situado al lado del refugio de Lizara. El entorno es maravilloso, y tenemos a la vista la cara Sur de la montaña, hoy sin nieve.

Aquí ascendemos un breve repecho y en pocos minutos llegamos a un cruce de caminos. Si seguimos recto ascenderíamos por la vía normal, es decir por la mencionada cara sur del Bisaurín. Por otro lado, si giramos a la derecha, subiremos por una vertiente mas compleja pero bonita, como es llegar primero hasta la Plana Mistresa y después subir por el duro y exigente corredor Noreste.
Para hacer más interesante la ruta, decidimos hacer una circular, atacando primero el corredor, y luego bajar por la vía clásica. Así pues, giramos a la derecha.

Buena parte de la ruta está señalizada con marcas roja y blanca, pertenecientes al GR-11.
Al principio el ascenso es cómodo y suave, pasando primero por el refugio de Oldecua y luego por el Barranco de Bernera. Aquí es donde la cosa empieza a complicarse. Las rampas son cada vez más elevadas, el terreno se estrecha más y la presencia de piedras y rocas es mayor. Aún así, todavía se puede avanzar con relativa comodidad.

Seguimos avanzando por el escarpado y precioso barranco, a la par del curso de un riachuelo en el que, hoy no tanto pero, durante el deshielo se podría observar al menos hasta 2 cascadas.

Tras un rato de caminata, llegamos al curioso refugio de Los Forestales. Curioso por la forma que tiene, parecido a un iglú.
Aquí ya la pendiente se suaviza, y seguimos yendo a la par del riachuelo hasta llegar a la Plana Mistresa, que es una amplia llanura herbosa donde circulan diferentes canales de agua.

Ahora, continuamos por la izquierda, llaneando durante un rato hasta dar con una canal rocosa muy inclinada. Aquí también circula un riachuelo, y al inicio ascendemos hacia la derecha del mismo, pero luego lo atravesamos y seguimos por el lado izquierdo.

A medida que ascendemos las rampas son más y más elevadas, y el terreno cada vez más rocoso y caótico. Tened cuidado con las piedras que puedan caer desde lo alto, estad atentos para evitar posibles accidentes.

Una vez superado este primer escollo, la pendiente se suaviza un poco, pero a la vez vemos que tenemos un nuevo invitado; la nieve.
No se cuanto habrá nevado este invierno por aquí, pero a día de hoy, 4 de Julio, quedan neveros por esta cara Norte-Noreste. El primero de los neveros se puede evitar siguiendo el nítido sendero que transcurre por la derecha. El verdadero problema venía después.

Caminamos por una breve llanura hasta dar con el mayor de los neveros. Ahora nos tocaba ascender por una empinadísima ladera, el famoso corredor Noreste, cubierta de nieve semidura (que no hielo, al menos a la hora que andábamos, sobre las 12 del mediodía, haciendo mucho sol y unos 15°).

En éstas condiciones, era obvio que había que ponerse los crampones, el casco y piolet para el que quisiera.
No sabíamos de inicio cuanta distancia tendríamos que avanzar así, pero ha sido más de la esperada (al final fueron 600m).
La inclinación del corredor es sencillamente brutal, como poco del 40% en algunos tramos. Lo mejor es no mirar atrás, y hacia delante casi que tampoco, porque asusta y mucho.

Clavando bien fuerte la puntera de los crampones en la nieve y los bastones como apoyo, avanzamos muy lentamente pero sin apenas detenernos. Desconozco cómo será subir por aquí en otros periodos del año, sea con nieve en su totalidad o estando derretido (si es que se llega a derretir), pero en cualquier caso aquí se sufre y mucho, la exigencia física y técnica de éste corredor es muy alta. Me hubiese gustado haber sacado más fotos de la zona, pero no era ni el momento ni el lugar para detenerme a hacer el ganso. Había que continuar.

Finalmente, conseguimos salir a terreno seco. Nos quitamos los crampones y paramos un rato a descansar, comer y beber algo. A su vez, disfrutamos de una magnífica panorámica, con el Midí D'Ossau, Picos del Infierno y otras montañas de gran altitud al fondo.

Proseguimos la marcha, aún en fortísima pendiente. Yo ya tenía las piernas machacadas del esfuerzo, apenas podía continuar. Mientras la mayoría de mis compañeros seguían cómodamente hacia arriba, 2 de ellos decidieron acompañarme y avanzábamos a paso de caracol, osea, a mi ritmo.

Ya queda poco para coronar el Bisaurín. Ahora llegamos a una densa pedrera, con mucha piedra pequeña en el suelo que patina en caso de una mala pisada. Yendo cuesta arriba, y con una cadencia de paso lenta y corta, se avanza sin mayores problemas.

Luego, llegamos a una antecima, donde las vistas son aún más espectaculares, con el Pico Collarada, el Anayet y el Midi como principales protagonistas.
Ya tenemos a la vista la cima principal. "Solo" nos queda atravesar la caótica cresta rocosa, descendiendo unos metros para luego volverlos a subir, a paso lento pero firme, hasta llegar al buzón cimero del Pico Bisaurín (2670m). Mencionar que he visto algún que otro niño en la cumbre. Nunca dejarán de sorprenderme éstos enanos, que no paran de darnos lecciones a muchos adultos, que nos demuestran que pueden con todo lo que se propongan.

Que decir de las vistas, son de ensueño. Sin llegar a nombrar todos los picos que se ven, más que nada porque la mayoría no los conozco o no los se ubicar, pero al menos puedo mencionar el siempre bonito Castillo de Acher, los picos Acherito, Petrechema y la Mesa de los tres Reyes, Anie, el inconfundible Midi D'Ossau, Picos del Infierno, Anayet, Collarada, Aspe, y muchos más. Y como no, debajo, sobre el valle de Aragües, situado entre los también valles de Aisa y Hecho, se encontraba el refugio de Lizara, situado a unos nada despreciables 1130m de desnivel.

Tras las fotos de rigor y un parón para descansar y comer, reanudamos la marcha para iniciar el descenso clásico por la cara Sur, rumbo al punto de partida el parking y refugio de Lizara.

Esta parte de la ruta no es tan bonita e interesante como la cara Norte, ni mucho menos, pero también tiene su dificultad, o eso me lo pareció a mi, ya que es igual de abrupto que la subida por la norte.

La primera mitad de la bajada transcurre por un estrechísimo camino de tierra, hierba, pero sobre todo piedra y arenilla. Ésta es una mezcla "mortal" ya que un error a la hora de pisar, y el resbalón está asegurado. De hecho, yo me caí una vez, y suerte tuve de no caerme más veces. La parte positiva es que no hay ninguna zona aérea, así que no existe un riesgo serio de jugarse la vida.

Una vez más, a paso de tortuga, avanzo muy lentamente, asegurando cada paso, hasta llegar al fin al collado herboso de Lo Foratón, donde la piedra y las altas pendientes desaparecen.

Giramos a la izquierda, y de nuevo volvemos a hacer caso a las marcas del GR, que nos llevarán siempre por buen camino. Aún el sendero es estrecho, inclinado y con algo de piedra y roca, pero ya no tiene nada que ver con las 2 mitades de la zona alta del Bisaurín por las que hemos andado.

Más adelante, nos encontramos con 2 fuentes, bueno, más bien una, la primera. Aquí se puede llenar las botellas con agua muy fresca y buena. La otra, situada unos cientos de metros después, es más bien un abrevadero.

Por último, enlazamos con el sendero inicial y llegamos de este modo al refugio de Lizara y al parking, para dar así por concluida esta dura pero magnífica ruta.