Collado verde....calarilla, por covachas del aire

¡¡OJO!!...se recomienda no realizar si no se tiene mucha experiencia en la montaña. HAy zonas donde el GPS pierde cobertura y mucho riesgo de quedarse atrancado en cortados. Es una zona muy difícil.

Ruta que nos sirve para investigar la zona de las Covachas del Aire y visitar algunos lugares emblemáticos de esta zona de la Sierra de Cazorla. Desde la pista que sale de Collado Verde en la parte alta de la Nava del Espino, tomamos dirección al Cerrillo del Piornal, y vamos desperezando animales del sueño. Algunas ciervas y también gamos no esperan visita tan temprana. El Piornal nos recibe aún envuelto en niebla, por lo que no disfrutamos de las preciosas vistas que ofrece, por lo que tomamos dirección al puerto de Guadahornillos, lugar en el que iniciamos la faena de verdad. Tomamos un jorro en la parte izquierda del puerto y bajamos por él hasta que seguimos el curso de un arroyo seco que nos debe situar en la Fuente de Guadahornillos. Efectivamente es así, pero no contábamos con otro jorro que a su vez nos deja en un camino en desuso con buena traza que decidimos tomar, pues intuimos que nos situará en un punto que tenemos previsto en nuestro trazado. Acertamos y además en un momento determinado el jorro se termina donde arranca un viejo camino de herradura de buena obra con el que no contábamos y que nos ofrece un tránsito estupendo en una zona muy umbría bajo los Pollos de Guadahornillos y la Peña de los Alcañetes.

En una de las curvas tenemos trazada la remontada de un arroyo para situarnos bajo las paredes tremendas de esta zona en busca de varias covachas, por lo que abandonamos el precioso camino de herradura, que queda pendiente para otro día.

La zona es tan bonita como áspera, desniveles fuertes, roquedos tremendos y GPS que pierden la cobertura a ratos. Las covachas no son reseñables, pero sin embargo, La Covacha del Aire, principal hoquedad de la zona sí merece la pena. Se trata de una zona donde la atención debe ser máxima para no acabar empoyetados. La Covacha debe tener una altura de unos 12 metros y unos 15-20 de ancho, con un rezume de agua que lo hace ideal para los animales. Su situación en altura es espectacular. Al salir, pensamos en no perder cota y mantener la isométrica para ahorrar un esfuerzo y bordear unas rocas. Error, el roquedo termina en un cortado abrupto de unos 15 metros de altura infranqueable sin cuerdas, por lo que debemos buscar la salida más cercana y viable en busca del trazado original, lo que nos retrasa un buen rato. Una vez en el trazado original, comenzamos ascenso hacia el pico Calarilla. Nunca lo había ascendido desde su cara norte, y tanto la salida en ascenso de las Covachas como el ascenso de la montaña en sí, tienen lo suyo. Ascenso duro sin paliativos, aunque no muy largo y con la idea en la cabeza que lo que nos queda es ya una vuelta al inicio de puro disfrute.

La zona de las Navillas de Capazul y de las Correhuelas viste preciosa de verde con los trozos del viejo camino que podemos transitar. Tras el Pino de la Mala Mujer, paramos a comer junto al tremendo Pino de los Pastores, y ya tomamos camino de vuelta visitando la senda de herradura de Guadahornillos, espectacular aunque irremediablemente deteriorada. Una pena que solo interesen las “artes” cinegéticas y el turismo de postal para la administración del Parque, ya que el ingente patrimonio que suponen las decenas de caminos de herradura se pierden.

Finalmente, tomamos dirección al camino de la Nava del Espino, que nos devuelve al inicio por un bosque que luce muy bonito, aunque ahí el otoño no ha acabado de entrar.

Ruta exigente por la zona de Las Covachas, que nos ha costado casi tres horas, ya que lo demás es sencillo. En cualquier caso habrá que volver a indagar esta zona y la contigua del Barranco de las Iglesias. Puro disfrute con los compañeros Juanma y Bartolomé, "andarines sin fronteras".