Cresta completa del Curavacas desde Vidrieros
near Vidrieros, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
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Reseña de la ruta en Adventoorer: Cresta del Curavacas desde Vidrieros.
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Siguiendo con la expedición a Fuentes Carrionas, tras el Espigüete, hoy toca intentar la segunda (o primera) montaña más representativa de la zona, el Curavacas. Al contrario que el Espigüete, de caliza blanca, el Curavacas está formado de conglomerado, al que se adhieren líquenes que le dan su color negro y verde.
Recuerdo más bien poco de la otra vez que subí. Básicamente que al principio había una pedrera infernal. Y subí con nieve, así que no la hice entera. Ahora me mentalizo para superar este obstáculo con la valentía y el arrojo que me caracterizan, aunque no estoy seguro de lograrlo.
Llego temprano a Vidrieros. Además del Curavacas, voy a recorrer la cresta hasta el Pico de Hoya Continua. El camino es largo, así que hay que empezar pronto.
La pista que sale de Vidrieros es la misma por la que volveré. Ahora la abandono enseguida, para enfilar la subida junto al Arroyo de Cabriles. Al poco aparece el paredón del Curavacas. Qué pasada. También aparece la pedrera. Qué horror.
Venga, paso a paso se acaba llegando. Lo malo es que por cada paso hacia arriba se dan dos hacia abajo. Esta pedrera debe de ser un castigo por los pecados de la humanidad. En fin, hagamos penitencia…
Tras lo que me parecen horas y horas, llego a un gran espolón de roca, ya casi fuera de la pedrera, donde puedo descansar un rato a la sombra. Así a lo tonto he subido 700 metros. Parecen 2000… Yo voy a catalogar la pedrera como 8b/8b+ sin duda, a la espera de nuevas valoraciones que lo confirmen.
En fin, lo peor ya ha quedado atrás. Queda poca pedrera para enfilar el Callejo Grande. Luego hay rocas, qué alegría más grande, con sus trepaditas y sus cosas. Un giro al final, y la última subida hasta la cima. Buf, qué cansancio.
Es curioso lo del conglomerado. Durante la subida se ven perfectamente enormes rocas compuestas de cantos rodados y arenilla. Con un poco de paciencia se pueden ir arrancando trozos y deshacer el Curavacas entero. Desgraciadamente llevo prisa y queda mucho camino, así que otra vez será, aunque sería una risa.
Desde la cima se ve todo, claro. Esto está muy alto. El Espigüete es impresionante, todo blanco entre el verde circundante. Destaca muchísimo. También se ve Picos, mejor incluso que ayer. Y hacia el oeste, el cordal que voy a recorrer. Impresiona un poco, la verdad.
Para bajar desde la cima hay que ir con cuidado, buscando los mejores pasos en las terrazas de la ladera. Con tranquilidad, llego abajo y subo el Pico del Medio. El siguiente, la Aguja del Pastel o Curavacas Oeste, lo bordeo. Esta parte es la más peligrosa del camino. El sendero es algo expuesto, con patio a la izquierda, aunque con cuidado se pasa bien. En algún momento hay que agarrarse un poco a la roca y hacer alguna trepadita para no perder el camino.
Una vez superado el problema, el siguiente objetivo es la Curruquilla, pasando por el Alto de la Pedrizona, que apenas se nota. La subida no tiene problemas ni complicaciones, aparte de la distancia recorrida, que ya va pesando.
Para finalizar el cordal, solo queda la Hoya Continua. Este tiene algo más de complicación, por alguna trepada algo expuesta pero sin mucha dificultad. Da gusto llegar aquí, con todo lo difícil hecho. Ya solo queda la aburrida vuelta por la pista. Como no tengo ganas, disfruto todo lo que puedo en la última cima antes de empezar a bajar. Siguiendo por el cordal se puede llegar hasta Peña Prieta, pero haciendo necesariamente un vivac en alguna parte. Es mucha distancia para la gente normal. Y desde allí, ir hacia el Pico Murcia y el Espigüete. Una paliza bestial, pero tiene que ser espectacular.
La vuelta es el típico rollo. Bajo al collado, y sigo bajando por la ladera cubierta de arbustos hasta coger la pista más adelante. En esta bajada no hay camino, es por donde sea, aunque hay huecos por todos lados. Antes de entrar en la pista hay un riachuelo donde refrescarse los pies. Viene bien, porque queda mucha distancia hasta Vidrieros y el sol ya pega de lo lindo.
Lo mismo que al Espigüete, la subida al Curavacas es obligada. Una montaña emblemática que no puede faltar en la lista de ningún montañero.
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Reseña de la ruta en Adventoorer: Cresta del Curavacas desde Vidrieros.
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Siguiendo con la expedición a Fuentes Carrionas, tras el Espigüete, hoy toca intentar la segunda (o primera) montaña más representativa de la zona, el Curavacas. Al contrario que el Espigüete, de caliza blanca, el Curavacas está formado de conglomerado, al que se adhieren líquenes que le dan su color negro y verde.
Recuerdo más bien poco de la otra vez que subí. Básicamente que al principio había una pedrera infernal. Y subí con nieve, así que no la hice entera. Ahora me mentalizo para superar este obstáculo con la valentía y el arrojo que me caracterizan, aunque no estoy seguro de lograrlo.
Llego temprano a Vidrieros. Además del Curavacas, voy a recorrer la cresta hasta el Pico de Hoya Continua. El camino es largo, así que hay que empezar pronto.
La pista que sale de Vidrieros es la misma por la que volveré. Ahora la abandono enseguida, para enfilar la subida junto al Arroyo de Cabriles. Al poco aparece el paredón del Curavacas. Qué pasada. También aparece la pedrera. Qué horror.
Venga, paso a paso se acaba llegando. Lo malo es que por cada paso hacia arriba se dan dos hacia abajo. Esta pedrera debe de ser un castigo por los pecados de la humanidad. En fin, hagamos penitencia…
Tras lo que me parecen horas y horas, llego a un gran espolón de roca, ya casi fuera de la pedrera, donde puedo descansar un rato a la sombra. Así a lo tonto he subido 700 metros. Parecen 2000… Yo voy a catalogar la pedrera como 8b/8b+ sin duda, a la espera de nuevas valoraciones que lo confirmen.
En fin, lo peor ya ha quedado atrás. Queda poca pedrera para enfilar el Callejo Grande. Luego hay rocas, qué alegría más grande, con sus trepaditas y sus cosas. Un giro al final, y la última subida hasta la cima. Buf, qué cansancio.
Es curioso lo del conglomerado. Durante la subida se ven perfectamente enormes rocas compuestas de cantos rodados y arenilla. Con un poco de paciencia se pueden ir arrancando trozos y deshacer el Curavacas entero. Desgraciadamente llevo prisa y queda mucho camino, así que otra vez será, aunque sería una risa.
Desde la cima se ve todo, claro. Esto está muy alto. El Espigüete es impresionante, todo blanco entre el verde circundante. Destaca muchísimo. También se ve Picos, mejor incluso que ayer. Y hacia el oeste, el cordal que voy a recorrer. Impresiona un poco, la verdad.
Para bajar desde la cima hay que ir con cuidado, buscando los mejores pasos en las terrazas de la ladera. Con tranquilidad, llego abajo y subo el Pico del Medio. El siguiente, la Aguja del Pastel o Curavacas Oeste, lo bordeo. Esta parte es la más peligrosa del camino. El sendero es algo expuesto, con patio a la izquierda, aunque con cuidado se pasa bien. En algún momento hay que agarrarse un poco a la roca y hacer alguna trepadita para no perder el camino.
Una vez superado el problema, el siguiente objetivo es la Curruquilla, pasando por el Alto de la Pedrizona, que apenas se nota. La subida no tiene problemas ni complicaciones, aparte de la distancia recorrida, que ya va pesando.
Para finalizar el cordal, solo queda la Hoya Continua. Este tiene algo más de complicación, por alguna trepada algo expuesta pero sin mucha dificultad. Da gusto llegar aquí, con todo lo difícil hecho. Ya solo queda la aburrida vuelta por la pista. Como no tengo ganas, disfruto todo lo que puedo en la última cima antes de empezar a bajar. Siguiendo por el cordal se puede llegar hasta Peña Prieta, pero haciendo necesariamente un vivac en alguna parte. Es mucha distancia para la gente normal. Y desde allí, ir hacia el Pico Murcia y el Espigüete. Una paliza bestial, pero tiene que ser espectacular.
La vuelta es el típico rollo. Bajo al collado, y sigo bajando por la ladera cubierta de arbustos hasta coger la pista más adelante. En esta bajada no hay camino, es por donde sea, aunque hay huecos por todos lados. Antes de entrar en la pista hay un riachuelo donde refrescarse los pies. Viene bien, porque queda mucha distancia hasta Vidrieros y el sol ya pega de lo lindo.
Lo mismo que al Espigüete, la subida al Curavacas es obligada. Una montaña emblemática que no puede faltar en la lista de ningún montañero.
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Waypoints
Intersection
4,378 ft
Derecha
Derecha
World Heritage Site
6,819 ft
Espolón
Espolón
Summit
7,857 ft
Pico de Hoya Continua
Pico de Hoya Continua
Summit
8,160 ft
Pico Medio
Pico Medio
Door
4,690 ft
Puerta
Puerta
Mountain hut
0 ft
Vidrieros
Vidrieros
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