Cresta de la Rapaona y la Rapaína desde el Refugio de Brañagallones

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Cresta de la Rapaína y la Rapaona desde el Refugio de Brañagallones.

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Si se pasan varios días seguidos en Asturias, alguno va a hacer mal tiempo. Eso es así. No hay que darle más vueltas.

Hoy es ese día.

Todavía no está lloviendo, pero el cielo está totalmente encapotado, y tarde o temprano va a caer una buena. Como esa no es razón para quedarse sin hacer nada, salimos como todos los días a dar una vuelta. Hoy vamos a hacer la cresta de la Rapaína y la Rapaona. Es una pena, porque no se va a ver gran cosa con tanta nube baja.

Enfilamos el conocido camino hacia la Majada de Valdevezón. Ayer bajamos hasta aquí desde el Collado Puerco. Hoy subimos al Collado de las Arenas, al lado de este. La subida se hace durilla tan de mañana. Hay una mezcla de sendero, pedrera y yerba. No es tan incómodo como parece desde abajo.

Ya en el collado, nos dirigimos hacia el cordal. Primero hacemos un par de picos que no somos capaces de ver siquiera, el Páramo y la Rialcada. A veces las nubes se despejan un poco y aparece la cresta, que tiene una pinta estupenda, pero la mayor parte del día apenas se ve nada.

La cresta no tiene ninguna dificultad. El recorrido va por un camino junto al precipicio, desde donde en circunstancias normales se disfrutaría de las vistas. En este caso no es así. Por lo menos aún no ha arrancado a llover fuerte, lo que es un alivio.

La Rapaína se puede subir por el camino, que hace un pequeño rodeo, o directamente, haciendo unas trepadas sencillas que suben cerca de la cumbre.

Bueno, la cresta ya está hecha, pero como si no. Habrá que repetirla cuando luzca el sol.

Desde aquí se baja al Collado de las Agujas, donde decidimos subir la Peña del Viento. Está ahí al lado, realmente. He estado un par de veces en este pico y nunca he conseguido ver nada alrededor.

La vuelta la hacemos de nuevo por la Majada de Valdevezón.

Al iniciar la bajada empieza a llover fuerte. Ya está todo hecho, así que no pasa nada, pero vamos a acabar calados. Llevaré las botas húmedas varios días. No hay forma de que se sequen del todo.

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