Cuerda Larga de Urbión, sin llegar a la Muela

.................................................................................................................................................................

Reseña de la ruta en Adventoorer: Cuerda Larga de Urbión, sin completarla.

.

Nunca antes me había acercado por la Sierra de Urbión. Y tengo que volver, ya que hoy no he podido llegar hasta la Muela, que era el objetivo tras recorrer la Cuerda Larga de Urbión. Pero algo ha fallado y no he podido llegar. Tal vez los cálculos de tiempo, o la nieve blandurria que ha hecho el avance algo más lento. Sea como sea, me he quedado con las ganas.

En el Puerto El Collado no hace tanto frío como me esperaba, aunque calor no hace. Hay mucha nieve. La pista que sube a las Lagunas de Neila, hacia donde iré mañana, está totalmente taponada. Hoy subo hacia el este, iniciando la Cuerda Larga de Urbión.

La subida empieza algo dura, por un cortafuegos que se eleva hacia el cordal. Cuando llego arriba, ya bastante acalorado, el sol ha aparecido tras las montañas. Al norte se ve la Sierra de la Demanda, con el San Lorenzo y el San Millán destacándose. De frente, una sucesión de cerros que se van elevando poco a poco y de manera muy suave.

En general se avanza bien. Por la parte alta de la cuerda la nieve no está demasiado blanda, aunque a veces sí hay tramos más incómodos, que retrasan algo el avance.

Voy tachando picos, algunos de ellos sin enterarme, por lo suaves que son. Acabo llegando al Tres Provincias, uno de tantos con ese nombre como hay por España, que sí destaca algo más.

Tras parar a comer un rato, antes de iniciar el ascenso al Picacho del Camperón, se hace evidente que hoy no va a ser el día de la conquista de la Muela, y ya me fastidia. Pero es demasiado tarde, y desde aquí hasta la cima aún faltan un par de horas como mínimo. Así que no hay más que hablar, y desde aquí tiro directamente hacia abajo.

Tras un rato por senderos, acabo entrando en una pista, y desde ese punto la bajada se hace más rápida. Llego al rato al Refugio el Búnker, que tiene un nombre que le viene que ni pintado. Es feo con ganas, pero en tiempo de guerra todo agujero es trinchera, y si cae una tormenta sirve perfectamente para guarecerse.

El resto del camino no es más que pista hasta el aparcamiento final. Un retorno demasiado largo, que da tiempo para planear un futuro acercamiento a la zona para un nuevo intento a cumbre.

.