Curavacas por la Pedrera Pindia y la Senda del Notario

Otra bonita forma de alcanzar la cima del Curavacas (y hay unas cuantas...): Esta vez saliendo desde Vidrieros y comenzado la ruta como si fuera el ascenso "normal" (Callejo Grande), antes de llegar al tramo más vertical, giramos a la derecha para ir a buscar el Collado del Hospital.

Una vez en el collado, descendimos hacia el norte unos cuantos metros y giramos a la izquierda para entrar en la Pedrera Pindia, zona que está debajo de la placa amarilla. Como el propio nombre indica, se trata de una pedrera (se pueden evitar los tramos más incómodos por roca y hierba) con mucha pendiente. A nuestra izquierda y muy arriba tendremos la impresionante placa amarilla y aparentemente entramos en un circo sin salida.
Al llegar arriba hay que iniciar una bonita trepada por las rocas de la derecha; es más fácil de lo que parece desde abajo y muy entretenida.
Tras este corto tramo de trepada alcanzamos la parte alta de la "Cola del Curavacas" y por la Brecha Muerta accedimos a la Senda del Notario: una vira que discurre por la cara noroeste de la montaña; no es difícil, pero hay que tener mucha precaución, porque iremos al borde del precipicio y esa zona es muy sombría, con hierba resbaladiza y húmeda en muchas ocasiones.

Al salir a zona más amplia y tranquila (fin de la vira) un sendero por la izquierda nos llevaría a la cima del Curavacas. Nosotros teníamos ganas de más trepadas y en lugar de continuar el sendero, atajamos trepando las paredes que se encuentran justo al oeste de la cima (corta trepada, pero con roca mala y mucha piedra suelta).

Tras descansar y disfrutar un rato de este montañón y sus preciosas vistas, volvimos a Vidrieros, esta vez por el camino habitual del Callejo Grande. En el descenso nos sorprendió la mucha gente que subía.

Se trata de otra espectacular manera de subir al Curavacas, aunque no apta para todo el mundo. En todo caso, la dificultad técnica es escasa.