Dia 12. ISLAND PEAK (6.189m)

Ruta realizada el 8/11/2018

Sin apenas dormir nada por la emoción y el frío intenso, nos levantamos a la 1.30 de la madrugada y desayunamos juntos en la carpa, abrigados hasta las cejas e intentando entrar en calor con las bebidas que los sherpas nos han preparado. Cargamos con todo el material necesario que tenemos preparado y comenzamos a caminar de noche y en fila hacia el este, guiados por el sherpa y guía de la expedición que se nos unió en Chukhung y con nuestro buen amigo Radju. En apenas un kilómetro de caminata donde el termómetro marca -13 grados, nos salimos de la ruta principal y nos desviamos a la izquierda para comenzar el ascenso por la ladera sur de la montaña.

El ascenso se hace de forma suave en un zigzag constante, pero pronto el avance se va haciendo más lento e intermitente debido a la falta de fuerzas de alguno de los integrantes del equipo. La falta de sueño, la altitud que hace mella y el enorme frío empiezan a causar estragos entre alguno de nosotros. Pasamos por el Campo Base Avanzado de donde vemos salir a varios montañeros, y a partir de aquí empezaremos a encontrarnos con pasos más técnicos donde es preciso la ayuda de las manos en alguna que otra trepada. Tras casi 4 horas de durísimo ascenso la oscuridad va remitiendo y la luz del sol va alumbrando las enormes montañas que nos rodean. También el camino se convierte en una enorme pedrera que habrá que sortear hasta alcanzar el Crampón Point, donde comienza el glaciar.

Aquí nos calzamos con nuestros crampones y, atados entre nosotros comenzamos a avanzar por el glaciar, con el sol incidiendo ya sobre nuestras cabezas y rebotando con fuerza sobre el hielo y nieve que domina el horizonte, formando postales maravillosas. Progresamos poco a poco agotados por el esfuerzo hasta las enormes grietas que parte el glaciar en enormes cubitos de hielo que dan acceso a la parte final del ascenso. Salvamos la grieta principal ascendiendo por una escalera de 5 metros que nos llevará hasta un enorme glaciar, donde ya podemos ver la cima de la montaña y la temible e inclinada pendiente que tendremos que vencer para llegar a ella. Cruzamos el glaciar, y en el borde mismo de la pendiente dejamos nuestras mochilas y el peso sobrante para comenzar la ascensión por la línea de cuerdas fijas instaladas por guías y serpas. Tardamos casi una hora en ascender hasta la creta superior, desde donde solo nos quedará unos pocos metros de arista que ascender para llegar a la cima.

Extenuados pero exultantes miramos a nuestro alrededor, apretujados los 9 en la pequeña plataforma que forma la cima e incrédulos ante la gesta que acabamos de conseguir, seguramente la mayor cota que alcanzaremos la mayoría de nosotros en nuestra vida. La inmensa mole del Lhotse que se muestra ante nosotros al norte, oculta la cima del Everest que se encuentra justo detrás, pero todo a nuestro alrededor son montañas nevadas en uno de los paisajes más alucinantes que hemos contemplado jamás. Vemos todas las montañas por donde hemos pasado, mas alguna más que han aparecido al alcanzar la altitud de 6.189m. en la que nos encontramos. Como nuestro guía nos mete prisa, nos hacemos las fotos necesarias para inmortalizar el momento y comenzar a descender.

El descenso lo haremos por una línea de cuerdas paralela a la de ascenso, rapelando con cuidado hasta el glaciar. Una vez abajo, cogemos nuestras cosas y regresamos poco a poco, un poco contrariados y tristes por un accidente del que hemos sido testigos, hasta alcanzar el Crampón Point. Nos quitamos los crampones y descenderemos por la pedrera ya mucho más ligero y con ganas de llegar al campo base. Al llegar a la falda de la montaña, junto al camino principal, nos están esperando nuestros porteadores que salen a recibirnos con abrazos, para acompañarnos al campo base.

Casi 14 horas más tarde de haber salido esta madrugada, llegamos extenuados y con ganas de acostarnos en nuestras camas y no levantarnos hasta mañana, pero todavía nos queda el regreso a Chukhung. Nos ponemos rápidamente en marcha, pues se nos va a hacer de noche, y tomamos camino para Chukhung a paso rápido. Con los frontales en la cabeza y junto a nuestros porteadores que nos guiarán cuando se hace noche cerrada, llegamos a nuestro Lodge a las 18.27h, 16 horas y media de ruta durísima y agotadora, pero que recordaremos con orgullo el resto de nuestra vida. Algunos todavía tenemos fuerzas para cenar (la mayoría va directamente a acostarse) y charlar junto a una petaca de whisky de malta rememorando las horas anteriores.