El Sagrao (2.507m) y Almanzor (2.591m) desde el Santuario de la Chilla

Incursión en plena Sierra de Gredos por su vertiente sur; por el norte los desniveles son muy inferiores, pero por el sur llegan a los 2.000 metros o más si se quiere alcanzar el punto más alto de la cordillera: el Almanzor (2.591m). Y es que el Valle del Tiétar se encuentra a una altitud aproximada de 350-400 metros...

Nuestro objetivo, esta vez, no era el Almanzor, que lo habíamos subido anteriormente varias veces, sino El Sagrao (el punto más alto del Cuchillar de las Navajas), que se encuentra muy cerca de él, pero al otro lado de la Portilla Bermeja; por supuesto, teníamos en mente que si todo cuadraba y andábamos bien de tiempo había que hacer también un intento al Almanzor.

Salimos del Santuario de Nuestra Señora de Chilla, preciosa ermita dedicada a la Virgen. El acceso por carretera hasta allí es desde Candeleda.

Justo llegando al santuario, a mano izquierda, hay un parking con bastantes plazas.
Como comenzamos a andar antes del amanecer, no pudimos contemplar y apreciar los jardines y el entorno, cosa que sí hicimos a la vuelta.

En la misma plaza hay marcas de senderos que se dirigen al Collado de Chilla. En este primer tramo puede haber confusiones, porque hay muchos caminos, senderos y atajos, pero la verdad es que casi todos ellos van al mismo lugar.

En el collado el camino gira a la derecha y se dirige hacia el norte, hacia la Garganta de Chilla. Al fondo, todavía lejos y muy arriba, comienzan a verse las montañas más altas.

El sendero pasa por la antigua majada de Vega de la Zarza y se acerca a la orilla del río, aunque a estas alturas del verano lleva poca agua y algo más arriba se seca por completo.

Continuamos cerca del cauce hasta la Vega del Enebral. En este punto podríamos girar a la derecha y subir directamente a la Portilla de Cobos (parece un tramo muy pendiente) al sur del Casquerazo, pero no era ese nuestro objetivo.
Nosotros, en cambio, cruzamos el río (seco) y comenzamos la subida hacia el Sillao de la Peña Chilla. Hay varios senderos con hitos de piedra, por lo que hay que acertar con el mejor de ellos, ya que la maleza cubre casi todo el terreno. En todo caso el objetivo se ve claro.

En el collado del Sillao de la Peña de Chilla nos encontramos con hitos de madera del sendero PR-AV 47 y un cartel de "final de senda".
Giramos hacia la derecha y curiosamente nos encontramos con bastante mejor sendero que el que habíamos tenido hasta allí.

Tocaba ir avanzando por el cordal hasta alcanzar la canal pedregosa que nos llevaría al collado de Portilla Bermeja.
Hay hitos y el sendero es evidente, por lo que no hay problemas. Nos gustó este tramo, bastante más abrupto de lo que habíamos tenido hasta allí. Rodeamos el Risco Redondo (2.006 m) y el Risco de los Cachorros (2.194 m) por la derecha y en seguida alcanzamos un pequeño hombro que da acceso a la canal hacia Portilla Bermeja.

Desde Portilla Bermeja se ve hacia el noreste el Circo de Gredos. Estábamos a 2.416 metros de altitud y ya muy cerca de nuestro objetivo: El Sagrao.

La subida a dicha montaña solo tiene algo de dificultad en los últimos metros, donde hay alguna trepada sencilla, pero es importante acertar con el camino bueno; hay algunos hitos, pero no muchos.

Las vistas desde la cima son espectaculares y el Almanzor lo teníamos a tiro de piedra... Estará a unos 500 metros en línea recta.

Descendimos con cuidado y alcanzamos rápido la Portilla Bermeja. Aquí no nos pusimos de acuerdo mi hijo y yo: él decía que prefería descansar, pero a mí me parecía que el Almanzor estaba demasiado cerca para no subirlo... Así que me fui para arriba yo solo.

Subí por la cuerda hacia el noroeste, siguiendo hitos y entre bloques de roca, rodeando en la parte alta el Risco de la Portilla del Crampón por la izquierda.
Atravesé la Portilla del Crampón y acabé la ascensión por la ruta normal. En los últimos metros hay que superar un resalte (trepada de grado II+, fácil, pero vertical) para ganar la cima principal, que es la de la derecha. Una cima estrecha, donde no caben más de 2 ó 3 montañeros, y con vistas impresionantes.

Tuve que bajar sin demora, ya que mi hijo me esperaba abajo.

El camino de vuelta lo hicimos por el mismo sitio, con parada obligatoria en una de las pozas del río Chilla, a la que le habíamos echado el ojo a la mañana; hacía mucho calor y nos vino bien el chapuzón.

Bonita ruta, sin mucha complicación, excepto los tramos finales de trepada a ambas cimas, pero con mucho desnivel y muchos kilómetros. En mi opinión, esta es mejor opción que la subida habitual al Almanzor desde la Plataforma de Gredos, aunque es necesario estar en buena forma física.