La Mira (2.343m), El Raso y Cabezo del Cervunal desde Nogal del Barranco

La Mira es una montaña sencilla de subir, que se encuentra al este de las cimas principales de la Sierra de Gredos: Almanzor, La Galana y compañía...

Con sus 2.343 metros de altitud y por su situación tiene unas vistas impresionantes; no sé si por este motivo se llama así, pero hace honor a su nombre.
Sobre todo, las vistas a los Galayos son espectaculares.

Hicimos la ruta en agosto, en plena ola de calor. Por este motivo comenzamos a andar antes del amanecer, pero aún así, no pudimos escapar del bochorno.

Decidimos hacer un recorrido circular, pasando por La Mira, El Raso y el Cabezo del Cervunal.

La primera parte es sencilla, hasta llegar a La Mira. Hay que salvar un desnivel considerable, unos 1.300 metros, pero el camino es por senderos balizados y bien marcados.
Lo más complicado es el tramo entre La Mira y el Cabezo del Cervunal; hay hitos, pero el
terreno es muy abrupto y los posibles senderos están cerrados por la maleza.
Afortunadamente, el descenso del Cabezo del Cervunal es más sencillo, con sendero evidente (aunque algo cerrado en la parte alta) e hitos.

Salimos del área recreativa de Nogal del Barranco, donde se llega en coche, por carretera en aceptables condiciones, desde el bonito pueblo de Guisando, cerca de Arenas de San Pedro.

Comenzamos la marcha por el camino de piedra que va en sentido norte/noroeste, subiendo el valle casi en paralelo con el río Pelayos, que lo tenemos a nuestra izquierda, aunque en el fondo del barranco; en todo caso, el sendero hace varios zigzags para salvar los tramos con más pendiente. Hay varias fuentes, aunque alguna de ellas estaba seca.

Al llegar a unos 1.700 metros de altitud, donde ya comenzaba a amanecer, el sendero cruza a la otra orilla del río y comienza una subida más vertical hacia el refugio Victory (camino de las “Zetas”).
Alcanzamos sin complicaciones el refugio y continuamos remontando el barranco por sendero menos marcado. De hecho, en este tramo hay varios senderos alternativos. La subida es ahora más incómoda porque la canal tiene una pendiente importante y es pedregosa.
En la parte alta de la misma giramos a la izquierda y alcanzamos el llano de Los Pelaos (2.240 metros de altitud, aproximadamente), donde la pendiente se suaviza; ya solo nos quedaba remontar los 100 metros restantes por la cómoda ladera noreste de La Mira.

En la cima hay un hito gigante construido con piedras, a modo de mirador. Como decía antes, las vistas son espectaculares, sobre todo al sector de los Galayos, que se encuentra muy cerca y a menos altitud; pero se ven también las montañas más altas de la Sierra: Almanzor, La Galana, etc., que se encuentran más lejos de lo que pensábamos.

Pasamos un buen rato en la cima; a pesar de ser todavía pronto y estar por encima de los
2.300 metros no hacía nada de frío.

Pensábamos que el descenso iba a ser igual de cómodo que el ascenso, pero nada más lejos de la realidad. Aunque estaba claro que teníamos que cruzar un terreno abrupto en la cresta La Mira-El Raso-Cabezo del Cervunal, teníamos la esperanza de que nos encontraríamos con un sendero claro y transitado… pero no. Había hitos, pero algunos de ellos confundían más que orientaban.

La primera parte del descenso y la siguiente subida a El Raso van casi en todo momento por la derecha de la cresta; no sé si es posible ir por la misma arista, pero seguro que no es fácil.
Nos encontramos con tramos de mucha maleza, otros con bloques de roca y algunas trazas de sendero, pero en general fuimos con la sensación de estar en una zona muy poco transitada por los montañeros.

El descenso del Raso hasta el Collado El Portillo, lo hicimos por la propia cresta, ya que el
terreno es más amable; aquí el único problema volvió a ser la maleza, pero al menos pudimos seguir los hitos y un sendero algo más evidente.

La subida al Cabezo del Cervunal la atacamos ligeramente por la derecha, evitando la maleza y yendo por los bloques de roca; no vimos ningún sendero y nos pareció la mejor opción.

Fue un alivio alcanzar esta tercera cima de la jornada, ya que habíamos pasado por tramos muy incómodos, con calor y con más pena que gloria.

Afortunadamente, para el descenso teníamos un sendero bueno (algo tomado por la maleza en la parte alta); lógico, ya que esta es la subida habitual al Cabezo del Cervunal.

Pasando por la Portilla del Pubisal y el Collado de Arbillas entramos en un descenso más
vertical, pero suavizado por los zigzags. La última parte es por el pinar, cosa que agradecimos porque hacía ya mucho calor.

Se trata de una ruta realmente bonita, pero veníamos del Pirineo francés, donde habíamos tenido temperaturas suaves, paisajes verdes y mucha agua, y la transición se nos hizo dura.

El calor de esos días no fue normal, pero en Gredos esto puede pasar en el mes de agosto. Me parece que puede ser una zona perfecta para ir a principios de verano o incluso en otoño.

Nos llamaron mucho la atención Los Galayos, así que al volver a casa nos pusimos a mirar y preparar una salida para conocerlos más de cerca; cosa que hicimos al día siguiente.