Monte Perdido 3355 m. y Punta de las Escaleras 3027 m. desde Miradores de Ordesa

Ascensión al pico Punta de las Escaleras y al Monte Perdido por la ruta de Las Escaleras.

Se trata de una alternativa a la normal del Perdido, cuyo trazado obliga a superar sucesivos resaltes rocosos generalmente fáciles, si bien en un par de ocasiones nos obligará a utilizar cierta técnica o destreza. El paso superior es realmente exigente por lo que decidimos asegurarlo, aunque la roca es de muy buena calidad. Haremos el descenso por la "normal" del Monte Perdido, encontrando un paso equipado con una cadena y otros des-trepes relativamente sencillos.

Califico de dificultad moderada para ALPINISMO. Según grado de preparación, ésta dificultad pasaría a ser ALTA, sobre todo si no se tiene un conocimiento adecuado del manejo de cuerdas para asegurar el paso de la segunda Escalera.
No recomiendo acometer esta vía de ascensión al Monte Perdido sin llevar una cuerda (30 m.), casco y material apropiado con los conocimientos necesarios para asegurar y/o rapelar. Aunque según el caso puede ascenderse sin utilizarlos.

DESCRIPCION DE LA RUTA:

El lugar donde comenzaremos el track es en punto donde nos deja el autobús de los Miradores de Ordesa, que parte de la localidad de Nerín.
Este autobús todo terreno asciende por un camino de tierra desde dicho pueblo hasta las inmediaciones del mirador de Sierracils.

Partimos pues de la pista donde nos deja el autobús e iniciamos la caminata por medio de una gran pradera hacia el sendero que conduce al mirador citado, continuando por el borde del acantilado siguiendo la traza por la cara norte del pico Pueyo Mondicieto.

Este sendero sale al lugar llamado Cuello Gordo, amplísimo collado donde se enlaza con la senda o camino de Nerín al refugio de Góriz.

Desde este gran collado la senda prosigue su recorrido por el acantilado del cañón de Ordesa, esta vez bajo la Sierra Custodia; Cuando nos encontramos a la altura del pico Custodia, ya encarando el lejano refugio, desviaremos ligeramente a la derecha por otra senda que ataja a la ruta normal desde el Refugio de Góriz al Monte Perdido.

Este atajo enlaza con dicha ruta "normal" tras cruzar el GR-11 y asciende con mucho desnivel hacia la falda del Monte Perdido.

El sendero comienza a trazar lazadas para superar la fuerte pendiente existente hasta el encuentro con el WP07 donde hay un gran montón de piedras, observando a la derecha una ancha canal tipo pedrera. Es el inicio de la Ruta de las Escaleras.

Ascendemos por ésta canal que en poco tiempo y pese a la inclinación, nos situará en una especie de collado (2590 m.).

En este punto comienzan las dificultades técnicas: Nada mas dejar el collado encontraremos un primer escalón sobre una especie de cornisa, fácil pero expuesto (Iº).

Continuamos subiendo por terreno fácil y cómodo aunque con pendiente fuerte todo el tiempo. Las vistas hacia Góriz y el cordal entre el Taillón y el Marboré resultan impresionantes.

Llegamos enseguida a un segundo resalte (pequeña trepada sin exposición) y luego a un tercero, ligeramente expuesto y más largo. Salimos a una gran esplanada de cascajo fino.

Siguiendo los mojones nos iremos primero al centro ó derecha de la esplanada, pero enseguida tenemos que virar a la izquierda y subir cerca de la cortada por pequeñas trepadas en un paraje impresionante, hasta coronar sin mayor dificultad la cima del primer Tres Mil de la jornada, la Punta de Las Escaleras con sus 3027 m. de altitud es una de las montañas que nos regalan un paisaje más sobrecogedor.

Muy curiosa esta montaña, pues es como una cresta de Norte a Sur, que corta perpendicularmente la línea de ascenso al Monte Perdido.

Hacemos un pequeño descansillo en esta montaña, que para descender nos obliga a seguir el filo en dirección Sur, buscando el paso a nuestra izquierda que nos permite descender al collado que lo separa del cordal.

El collado de nuevo es un mar de cascajo algo más grueso preludio de lo que viene a continuación, la primera "escalera" que en realidad es el cuarto resalte.
Este paso es un punto técnico, relativamente fácil pero que califico de un IIº puro. Es cuestión de poner atención a la muy visible brecha para encontrar el lugar por el que trepar sin complicaciones, como en diagonal metidos en la fisura.

Salimos de nuevo a una tercera esplanada de cascajo fino, que nos pilla ya casi agotados por el esfuerzo. Algún lamento que otro cae porque parece imposible poder llegar a la cumbre, aunque estamos ya muy cerca.

El quinto y último resalte (segunda Escalera) parece descolocarnos porque se ve más vertical y la roca es más lisa.
Nos situamos en la misma base y observamos que alguien ha dejado una cuerda instalada con nudos, la cual facilita el ascenso hasta una reunión, son unos 15 m. de altura que no hay que desdeñar.
Desde la reunión, una vez comprobada su seguridad, instalé mi cuerda y el reverso para asegurar a mi compañera, que ascendió sin problemas con la confianza de la cuerda nueva que te sujeta.

Sobrepasado el quinto resalte ó segunda Escalera, se alcanza la cumbre sin más dificultad, desgraciadamente se nos acababa de cubrir de nubes pero lo celebramos igual, incluso en algún momento pudimos ver el paisaje entre nubes. Impresionante.

Conquistado el Monte Perdido, iniciamos el descenso por las pedreras de la Escupidera, cuesta bastante bajar porque está todo suelto (casco obligatorio) pero al fin llegamos al Lago Helado y pudimos relajarnos un poco.

Todavía faltan algunos des-trepes en el retorno: El primero justo debajo del Lago Helado, equipado recientemente con una cadena gruesa. Luego vendrá la Ciudad de Piedra con la Punta de Las Escaleras sobre nuestras cabezas. Y para terminar las dificultades, otro par de resaltes feos, sobre todo uno en el que la roca está bastante pulida y el último paso es demasiado largo.

Pasamos por delante de la canal donde comenzamos la ruta de las Escaleras y vamos descendiendo con las piernas muy cansadas pasando a unos cientos de metros del Refugio de Góriz.

Comentamos de ir allí para tomarnos una cerveza, pero finalmente contando el poco tiempo que nos quedaba para llegar al autobús de los Miradores, decidimos ir bajando pco a poco, que la cerveza la echaremos en Nerín con todo el trabajo terminado.

Así fue pues la excursión al Monte Perdido, una fabulosa ascensión que nos regala unos paisajes increíbles y unas sensaciones inmejorables. ¡Viva el Monte Perdido!