Huesca.Tres balcones de Ordesa: Faja de las Flores, Circo de Gavarnie, Balcón de Ordesa-Faja de Pelay
near Torla, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
A Gabi Londo. Autor intelectual de esta magnífica ruta.
Volver al Pirineo, una y otra vez, no supone rutina en modo alguno. Siempre encuentras nuevos rincones que visitar y, aun siendo los mismos, nunca repites las mismas sensaciones.
Cuantas veces hemos recorrido mentalmente picos, valles y senderos (conocidos o extraños), y cuando por fin los hemos pisado nuestra visión cambia o se confirma.
Algo así nos pasó en esta última correría.
Habíamos andado muchas veces el trayecto de Ordesa en toda su extensión. Las más bajando, las menos subiendo, tras haber pateado algún pico o sendero de los muchos que el Parque Nacional tiene.
Fue así como surgió, en la mente preclara de Gabi, la idea de hacer esta ruta uniendo de forma circular tres lugares esplendidos: Faja de Las Flores, la cornisa de tresmiles que rodea el Circo de Gavarnie y la Senda de los Cazadores-Faja de Pelay.
Observar Ordesa y el valle contiguo de Gavarnie, desde estos lugares, te dan la perspectiva real de lo inmensa que es esta parte del Pirineo, y lo importante que es conservarlo y protegerlo para futuras generaciones de montañeros y naturalistas.
La ruta la hicimos en tres días, dedicando cada uno de ellos a estos tres privilegiados “balcones”.
Primer balcón: Faja de Las Flores.
No muy temprano, comenzamos la ruta saliendo desde la pradera de Ordesa en dirección a la senda que nos conduciría a las Clavijas de Carriata o Salarons. Nuestro destino era dormir en el Cuello o Collado de Los Sarrios, por lo que solo teníamos que ir regulando la marcha para poder disfrutar con todos los sentidos de las panorámicas que el sendero nos ofrecía a cada paso.
Saliendo desde el aparcamiento de la pradera, a la altura de la llamada Casa Oliván, tomamos la senda que se adentra en un hayedo mixto. El camino coge pronto cierta pendiente y discurre por una zona fresca y húmeda. Conforme vamos recorriéndolo y se gana altura la pendiente va aumentando. Pasamos del bosque a una zona despejada de vegetación arbórea que nos permite ver el valle con su manto verde y el impresionante Tozal del Mallo. El camino es muy claro y, si puede haber alguna duda, queda perfectamente indicado con los carteles que vamos encontrando a nuestro paso.
Llegamos a las primeras clavijas y comenzamos la trepada. Son unos simples clavos que te permiten un mejor agarre en la subida, sin necesidad de equipo adicional. Tras una breve y empinada senda llegamos al segundo resalto rocoso, que también se puede trepar sin mayor dificultad que la de estar atento a los apoyos de pies y manos, aunque es un poco más vertical que el anterior.
Tras superar esta segunda dificultad el sendero pierde parte de la pendiente y llegar a la faja de las Flores se hace más sencillo. Una vez allí el itinerario discurre por las líneas de estratificación; unas veces bajo enormes viseras, otras bajo el cielo despejado, y siempre pegados a la pared rocosa. No defrauda nuestras expectativas: las vistas del valle, a lo largo del camino son espectaculares.
Con la excusa de descansar y reponer fuerzas provechamos para recrear la mirada en paisajes que quedan imborrables en nuestra retina.
El recorrido termina llegando al Circo de Cotatuero. Allí la senda se desdobla en otra que se dirige a las clavijas que descienden hasta el valle. Dejaremos estas para otra ocasión, pero antes de alejarnos de este punto miramos la ladera que tenemos frente a nosotros, al otro lado del valle. Se intuye la Senda de los cazadores y el mirador de Calcilarruego: ese será nuestro camino a la vuelta.
Llegados a este punto nos dirigimos ahora en dirección sur-norte hacia la Plana de Millaris. La panorámica que tenemos frente a nosotros es quizá la más bonita que de esta parte del Pirineo se pueda ver: la línea de tresmiles que va desde la Brecha hasta las Tres Sorores es insuperable. Solo el vuelo sosegado de un quebrantahuesos sobre nuestras cabezas hace que renunciemos por unos segundos a tan seductora visión.
Seguimos nuestro camino y el primer tramo lo hacemos por una zona rocosa de incomodo transito, y que nos obliga a ir serpenteando las dificultades que se van presentando bajo la mirada curiosa de numerosos sarrios. La pendiente no es muy grande, aunque hasta llegar a la Plana tenemos que ir subiendo diferentes resaltos en el terreno sin ninguna dificultad. Nuevamente la vista de la ladera del Taillón, Falsa Brecha, Brecha, Casco y Pico Anónimo nos da la excusa para un descanso.
Una vez que llegamos a la Plana nos desviamos hacia la izquierda (oeste de nuestra dirección) por una de las distintas sendas que la cruzan, para evitar las charcas y regueros. Terminamos al pie de una pequeña pared rocosa que conseguimos superar con una pequeña trepada.
La senda que tenemos en este momento es netamente clara en dirección a la Brecha, pero seguimos la que va hacia el este en dirección al pie del Pico Anónimo con la intención de visitar la gruta de Casteret, antaño con hielo permanente y hoy absolutamente despojada de él.
El primer tramo, aunque con bastante pendiente, es fácil de andarlo por transitar sobre un estrato rocoso. El resto del camino se hace más difícil al discurrir por un canchal hasta llegar a la gruta.
No es más fácil el resto del camino que, desde la gruta, nos deja en el Collado de los Sarrios. Nuevamente el pedregal, con una fuerte pendiente, nos obliga a redoblar el esfuerzo para llegar.
Por fin terminamos la primera jornada de nuestra travesía. Ha sido intensa en emociones aunque no muy exigente en lo físico.
Segundo balcón: nueve tresmiles del Circo de Gavarnie.
Tras el merecido descanso, bajo una noche estrellada y fría, iniciamos la jornada con el ánimo bien alto.
La primera cita la tenemos muy cerca e iniciamos la subida al Casco por un sendero perfectamente marcado. Aunque es una subida con bastante pendiente no es muy exigente y en pocos minutos hemos llegado a la cumbre. Las vistas son excepcionales en un ángulo de 360º: circo de Gavarnie, picos de la cascada, Cilindro, Perdido, plana de Millaris, Tobacor, el tajo de Cotatuero, pico Blanco, Taillón. A partir de ahora, muchos de ellos nos acompañaran el resto de la jornada con diferentes perspectivas.
El descenso es rápido y seguro y en pocos minutos la senda nos encamina a la Torre, a la que llegamos siguiendo un cresteo sin mucha dificultad.
La Torre, al igual que el Casco, está señalizada en francés.
No perdemos mucho tiempo, puesto que la jornada es larga, y tras dejar constancia de nuestra presencia en el segundo seguimos.
Iniciamos un recorrido bastante horizontal por la línea de cumbre hasta llegar al Collado de la Cascada. A partir de este emprendemos un descenso buscando el tercero de nuestros retos. En teoría deberíamos rodear el Hombro para subir por el sendero que hay por su cara Este, pero a mitad del camino teníamos el conocimiento de un sendero en la vertiente Sur que es el que tomamos (para ahorrar tiempo y descender lo menos posible).
Es un sendero muy difícil (cargados con el equipo), y que requiere unas trepadas difíciles y bastantes expuestas de grado III, aunque con buen agarre. No es recomendable para quienes sufran de vértigo. El esfuerzo se ve recompensado por una llegada pronta al Hombro o Espalda de Marboré. Las vistas vuelven a ser magníficas. El tercero tampoco defrauda.
Esta dificultad técnica (de superar la subida al Hombro), se nos recompensa a partir de ahora, puesto que la senda se convierte en un sube y baja sin mucha dificultad, y la sucesión de los tres picos de la Cascada son muy accesibles desde aquí.
Muy cercano, llegamos al Pico Occidental en unos pocos minutos, con una vista vertiginosa del circo de Gavarnie.
Desde este bajamos por un sendero claro y pedregoso en dirección al Pico Central, al que llegamos rápidamente y sin ninguna dificultad.
Estamos en el ecuador de nuestra jornada y reponemos fuerzas para iniciar un breve descenso por una zona pedregosa en busca de nuestro sexto tres mil: el Pico Oriental.
El camino es más dificultoso en la bajada, y empinado en la subida, que los anteriores, pero no son ningún obstáculo para llegar en primer lugar a una cornisa intermedia, y después al pico propiamente. El buen tiempo nos acompaña y la visión vuelve a ser espléndida.
Volvemos a descender por la senda que ahora, y hasta llegar al pico de Marboré, se vuelve más dificultosa por la gran cantidad de cascajos sueltos que hace que tengamos que ir atentos a los hitos para no perderla. El camino requiere un esfuerzo adicional pero por fin llegamos al séptimo de nuestros picos.
La perspectiva cambia y podemos ver los Astazu, el ibón de Marboré y la Tucarroya.
Hasta ahora, y desde que subimos al Casco, hemos seguido la línea fronteriza de España con Francia. A partir de este momento seguimos un camino de suave pendiente en dirección al Cuello de Marboré, al que llegamos tras un grato paseo por una línea de cumbre.
Es en este punto donde tomamos una senda, bastante difusa, en dirección al Cuello del Cilindro buscando su ascenso.
El motivo de esta imprecisión en el camino se debe a que estamos recorriendo un canchal. La dirección es clara y solo queda bajar por el pedregal y luego subirlo hasta el collado entre la Peña Roya y el Cilindro. El recorrido es dificultoso y molesto porque, además, hay que sortear algún pequeño nevero.
Redoblamos nuestro esfuerzo para salir de la pedrera, y alcanzamos el collado donde encontramos el inicio de nuestro objetivo.
La subida al Cilindro se inicia con una trepada. Hay dos lugares por donde hacerlo. Ambos están separados por un saliente rocoso.
Optamos por subir por el lado izquierdo que es el más corto y el que más agarre tiene, despojados de lo superfluo, y provistos de arnés y cuerdas que nos servirán para el descenso.
Subimos sin mayor dificultad. Ahora el sendero hasta el cilindro es claro, pero en el primer tramo hay que esquivar una zona de rocas. Después tendremos un nuevo resalte que eludir tras una nueva trepada.
Superada esta, llegamos a la cima tras una breve caminata, para poder recrearnos con unas soberbias vistas del Perdido. Nuestra octava cumbre está hecha.
La bajada no tiene mayor dificultad que la de emplear la cuerda para hacer los dos rápel, en lo que antes fueron las dos trepadas. El primero de ellos no tiene mayor dificultad. Como no vimos ninguna reunión utilizamos una roca para bajar, aunque se puede destrepar sin ningún problema.
El segundo se hace por el lado izquierdo según bajamos; es decir, por el lado de la derecha que no quisimos hacer para la subida. Está equipado y es necesario llevar una cuerda de 50 metros para hacerlo de un tirón. Aún así a mitad del rápel hay una repisa con reunión para hacerlo en dos veces, en caso de llevar una cuerda más corta.
Bajamos sin dificultad y nos desprendemos del equipo de escalada.
Solo nos queda subir el último de los picos para completar nuestra jornada.
La Peña Roya no tiene ninguna dificultad de ascenso. En breves instantes estamos arriba. Hemos conseguido el objetivo: los nueve tresmiles son nuestros.
Cae la tarde y el sol de poniente nos ofrece un diferente panorama de luces y sombras.
Empieza a hacer frío y tenemos que bajar hasta al ibón Helado para protegernos, rememorar lo conseguido y descansar para la próxima jornada.
Tercer balcón: Balcón de Ordesa, Faja de Pelay- Senda de los Cazadores
La tercera jornada es la más sencilla. La bajada hasta el refugio de Góriz es el tramo de más dificultad por la pendiente, las destrepadas y la cadena, que un nevero nos impone utilizar para pasarlo. La senda es clara, a pesar de las numerosas veces que se desdobla buscando atajos o mejor agarre en la pisada.
Desde el refugio la senda se convierte en un disfrute para los sentidos.
El balcón de Ordesa es uno de estos puntos donde podemos disfrutar y recrearnos con la panorámica del tramo final del valle. Descendemos en busca de la Senda de los Cazadores y dejamos las clavijas a la derecha, en el sentido del camino. A mitad de la senda zigzagueante que se dirige a la Cola de Caballo, encontramos una bifurcación que nos encamina hacia ella.
A lo largo del recorrido de la senda vamos internándonos en un pinar abierto que nos protege del sol, y a la vez que nos ofrece una impresionante visión panorámica de Ordesa.
Conforme vamos profundizando en su recorrido llegamos a un punto en que vemos el Circo de Cotatuero, La Faja de las Flores, el hayedo, el sonido lejano de las cascadas del Arazas,…
En un punto determinado, antes de llegar al mirador de Calcilarruego ya se ven la Brecha, el Taillón, el Casco...
El mismo mirador es un balcón privilegiado para la observación de la mayor parte del valle de este a oeste.
Ya solo queda completar la bajada hasta la pradera y lo hacemos por la senda de los Cazadores. La bajada discurre por un bosque mixto bastante cerrado, es de una pendiente muy pronunciada y se alterna entre zonas pedregosas y tramos de tierra, por lo que hay que extremar las precauciones.
Al final llegamos prácticamente a orillas del río, y siguiendo su curso llegamos a la pradera dando por concluido nuestro periplo.
Nuestra experiencia es la que he tratado de contar, y en razón de ella la hemos calificado de forma subjetiva, teniendo en cuenta nuestro estado físico y la situación climática, por lo que queda decir que extreméis las precauciones, si decidís hacerla. Hay que tener en cuenta que algunos parámetros pueden cambiar a lo largo del año; incluso del día.
Si es así: buena travesía, y que disfrutéis de la montaña tanto como lo hemos hecho nosotros.
Si estás en pirineos quizá estas rutas te puedan interesar:
https://es.wikiloc.com/rutas-alpinismo/pico-posets-o-llardana-desde-espigantosa-por-ibon-de-llardana-y-forau-de-la-neu-el-encanto-de-la-so-147118028
https://es.wikiloc.com/rutas-alpinismo/monte-perdido-desde-el-puente-de-bujaruelo-65127611
https://es.wikiloc.com/rutas-alpinismo/aneto-de-sur-a-norte-84870057
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/gorges-de-caranca-caminar-sobre-el-agua-140894178
Volver al Pirineo, una y otra vez, no supone rutina en modo alguno. Siempre encuentras nuevos rincones que visitar y, aun siendo los mismos, nunca repites las mismas sensaciones.
Cuantas veces hemos recorrido mentalmente picos, valles y senderos (conocidos o extraños), y cuando por fin los hemos pisado nuestra visión cambia o se confirma.
Algo así nos pasó en esta última correría.
Habíamos andado muchas veces el trayecto de Ordesa en toda su extensión. Las más bajando, las menos subiendo, tras haber pateado algún pico o sendero de los muchos que el Parque Nacional tiene.
Fue así como surgió, en la mente preclara de Gabi, la idea de hacer esta ruta uniendo de forma circular tres lugares esplendidos: Faja de Las Flores, la cornisa de tresmiles que rodea el Circo de Gavarnie y la Senda de los Cazadores-Faja de Pelay.
Observar Ordesa y el valle contiguo de Gavarnie, desde estos lugares, te dan la perspectiva real de lo inmensa que es esta parte del Pirineo, y lo importante que es conservarlo y protegerlo para futuras generaciones de montañeros y naturalistas.
La ruta la hicimos en tres días, dedicando cada uno de ellos a estos tres privilegiados “balcones”.
Primer balcón: Faja de Las Flores.
No muy temprano, comenzamos la ruta saliendo desde la pradera de Ordesa en dirección a la senda que nos conduciría a las Clavijas de Carriata o Salarons. Nuestro destino era dormir en el Cuello o Collado de Los Sarrios, por lo que solo teníamos que ir regulando la marcha para poder disfrutar con todos los sentidos de las panorámicas que el sendero nos ofrecía a cada paso.
Saliendo desde el aparcamiento de la pradera, a la altura de la llamada Casa Oliván, tomamos la senda que se adentra en un hayedo mixto. El camino coge pronto cierta pendiente y discurre por una zona fresca y húmeda. Conforme vamos recorriéndolo y se gana altura la pendiente va aumentando. Pasamos del bosque a una zona despejada de vegetación arbórea que nos permite ver el valle con su manto verde y el impresionante Tozal del Mallo. El camino es muy claro y, si puede haber alguna duda, queda perfectamente indicado con los carteles que vamos encontrando a nuestro paso.
Llegamos a las primeras clavijas y comenzamos la trepada. Son unos simples clavos que te permiten un mejor agarre en la subida, sin necesidad de equipo adicional. Tras una breve y empinada senda llegamos al segundo resalto rocoso, que también se puede trepar sin mayor dificultad que la de estar atento a los apoyos de pies y manos, aunque es un poco más vertical que el anterior.
Tras superar esta segunda dificultad el sendero pierde parte de la pendiente y llegar a la faja de las Flores se hace más sencillo. Una vez allí el itinerario discurre por las líneas de estratificación; unas veces bajo enormes viseras, otras bajo el cielo despejado, y siempre pegados a la pared rocosa. No defrauda nuestras expectativas: las vistas del valle, a lo largo del camino son espectaculares.
Con la excusa de descansar y reponer fuerzas provechamos para recrear la mirada en paisajes que quedan imborrables en nuestra retina.
El recorrido termina llegando al Circo de Cotatuero. Allí la senda se desdobla en otra que se dirige a las clavijas que descienden hasta el valle. Dejaremos estas para otra ocasión, pero antes de alejarnos de este punto miramos la ladera que tenemos frente a nosotros, al otro lado del valle. Se intuye la Senda de los cazadores y el mirador de Calcilarruego: ese será nuestro camino a la vuelta.
Llegados a este punto nos dirigimos ahora en dirección sur-norte hacia la Plana de Millaris. La panorámica que tenemos frente a nosotros es quizá la más bonita que de esta parte del Pirineo se pueda ver: la línea de tresmiles que va desde la Brecha hasta las Tres Sorores es insuperable. Solo el vuelo sosegado de un quebrantahuesos sobre nuestras cabezas hace que renunciemos por unos segundos a tan seductora visión.
Seguimos nuestro camino y el primer tramo lo hacemos por una zona rocosa de incomodo transito, y que nos obliga a ir serpenteando las dificultades que se van presentando bajo la mirada curiosa de numerosos sarrios. La pendiente no es muy grande, aunque hasta llegar a la Plana tenemos que ir subiendo diferentes resaltos en el terreno sin ninguna dificultad. Nuevamente la vista de la ladera del Taillón, Falsa Brecha, Brecha, Casco y Pico Anónimo nos da la excusa para un descanso.
Una vez que llegamos a la Plana nos desviamos hacia la izquierda (oeste de nuestra dirección) por una de las distintas sendas que la cruzan, para evitar las charcas y regueros. Terminamos al pie de una pequeña pared rocosa que conseguimos superar con una pequeña trepada.
La senda que tenemos en este momento es netamente clara en dirección a la Brecha, pero seguimos la que va hacia el este en dirección al pie del Pico Anónimo con la intención de visitar la gruta de Casteret, antaño con hielo permanente y hoy absolutamente despojada de él.
El primer tramo, aunque con bastante pendiente, es fácil de andarlo por transitar sobre un estrato rocoso. El resto del camino se hace más difícil al discurrir por un canchal hasta llegar a la gruta.
No es más fácil el resto del camino que, desde la gruta, nos deja en el Collado de los Sarrios. Nuevamente el pedregal, con una fuerte pendiente, nos obliga a redoblar el esfuerzo para llegar.
Por fin terminamos la primera jornada de nuestra travesía. Ha sido intensa en emociones aunque no muy exigente en lo físico.
Segundo balcón: nueve tresmiles del Circo de Gavarnie.
Tras el merecido descanso, bajo una noche estrellada y fría, iniciamos la jornada con el ánimo bien alto.
La primera cita la tenemos muy cerca e iniciamos la subida al Casco por un sendero perfectamente marcado. Aunque es una subida con bastante pendiente no es muy exigente y en pocos minutos hemos llegado a la cumbre. Las vistas son excepcionales en un ángulo de 360º: circo de Gavarnie, picos de la cascada, Cilindro, Perdido, plana de Millaris, Tobacor, el tajo de Cotatuero, pico Blanco, Taillón. A partir de ahora, muchos de ellos nos acompañaran el resto de la jornada con diferentes perspectivas.
El descenso es rápido y seguro y en pocos minutos la senda nos encamina a la Torre, a la que llegamos siguiendo un cresteo sin mucha dificultad.
La Torre, al igual que el Casco, está señalizada en francés.
No perdemos mucho tiempo, puesto que la jornada es larga, y tras dejar constancia de nuestra presencia en el segundo seguimos.
Iniciamos un recorrido bastante horizontal por la línea de cumbre hasta llegar al Collado de la Cascada. A partir de este emprendemos un descenso buscando el tercero de nuestros retos. En teoría deberíamos rodear el Hombro para subir por el sendero que hay por su cara Este, pero a mitad del camino teníamos el conocimiento de un sendero en la vertiente Sur que es el que tomamos (para ahorrar tiempo y descender lo menos posible).
Es un sendero muy difícil (cargados con el equipo), y que requiere unas trepadas difíciles y bastantes expuestas de grado III, aunque con buen agarre. No es recomendable para quienes sufran de vértigo. El esfuerzo se ve recompensado por una llegada pronta al Hombro o Espalda de Marboré. Las vistas vuelven a ser magníficas. El tercero tampoco defrauda.
Esta dificultad técnica (de superar la subida al Hombro), se nos recompensa a partir de ahora, puesto que la senda se convierte en un sube y baja sin mucha dificultad, y la sucesión de los tres picos de la Cascada son muy accesibles desde aquí.
Muy cercano, llegamos al Pico Occidental en unos pocos minutos, con una vista vertiginosa del circo de Gavarnie.
Desde este bajamos por un sendero claro y pedregoso en dirección al Pico Central, al que llegamos rápidamente y sin ninguna dificultad.
Estamos en el ecuador de nuestra jornada y reponemos fuerzas para iniciar un breve descenso por una zona pedregosa en busca de nuestro sexto tres mil: el Pico Oriental.
El camino es más dificultoso en la bajada, y empinado en la subida, que los anteriores, pero no son ningún obstáculo para llegar en primer lugar a una cornisa intermedia, y después al pico propiamente. El buen tiempo nos acompaña y la visión vuelve a ser espléndida.
Volvemos a descender por la senda que ahora, y hasta llegar al pico de Marboré, se vuelve más dificultosa por la gran cantidad de cascajos sueltos que hace que tengamos que ir atentos a los hitos para no perderla. El camino requiere un esfuerzo adicional pero por fin llegamos al séptimo de nuestros picos.
La perspectiva cambia y podemos ver los Astazu, el ibón de Marboré y la Tucarroya.
Hasta ahora, y desde que subimos al Casco, hemos seguido la línea fronteriza de España con Francia. A partir de este momento seguimos un camino de suave pendiente en dirección al Cuello de Marboré, al que llegamos tras un grato paseo por una línea de cumbre.
Es en este punto donde tomamos una senda, bastante difusa, en dirección al Cuello del Cilindro buscando su ascenso.
El motivo de esta imprecisión en el camino se debe a que estamos recorriendo un canchal. La dirección es clara y solo queda bajar por el pedregal y luego subirlo hasta el collado entre la Peña Roya y el Cilindro. El recorrido es dificultoso y molesto porque, además, hay que sortear algún pequeño nevero.
Redoblamos nuestro esfuerzo para salir de la pedrera, y alcanzamos el collado donde encontramos el inicio de nuestro objetivo.
La subida al Cilindro se inicia con una trepada. Hay dos lugares por donde hacerlo. Ambos están separados por un saliente rocoso.
Optamos por subir por el lado izquierdo que es el más corto y el que más agarre tiene, despojados de lo superfluo, y provistos de arnés y cuerdas que nos servirán para el descenso.
Subimos sin mayor dificultad. Ahora el sendero hasta el cilindro es claro, pero en el primer tramo hay que esquivar una zona de rocas. Después tendremos un nuevo resalte que eludir tras una nueva trepada.
Superada esta, llegamos a la cima tras una breve caminata, para poder recrearnos con unas soberbias vistas del Perdido. Nuestra octava cumbre está hecha.
La bajada no tiene mayor dificultad que la de emplear la cuerda para hacer los dos rápel, en lo que antes fueron las dos trepadas. El primero de ellos no tiene mayor dificultad. Como no vimos ninguna reunión utilizamos una roca para bajar, aunque se puede destrepar sin ningún problema.
El segundo se hace por el lado izquierdo según bajamos; es decir, por el lado de la derecha que no quisimos hacer para la subida. Está equipado y es necesario llevar una cuerda de 50 metros para hacerlo de un tirón. Aún así a mitad del rápel hay una repisa con reunión para hacerlo en dos veces, en caso de llevar una cuerda más corta.
Bajamos sin dificultad y nos desprendemos del equipo de escalada.
Solo nos queda subir el último de los picos para completar nuestra jornada.
La Peña Roya no tiene ninguna dificultad de ascenso. En breves instantes estamos arriba. Hemos conseguido el objetivo: los nueve tresmiles son nuestros.
Cae la tarde y el sol de poniente nos ofrece un diferente panorama de luces y sombras.
Empieza a hacer frío y tenemos que bajar hasta al ibón Helado para protegernos, rememorar lo conseguido y descansar para la próxima jornada.
Tercer balcón: Balcón de Ordesa, Faja de Pelay- Senda de los Cazadores
La tercera jornada es la más sencilla. La bajada hasta el refugio de Góriz es el tramo de más dificultad por la pendiente, las destrepadas y la cadena, que un nevero nos impone utilizar para pasarlo. La senda es clara, a pesar de las numerosas veces que se desdobla buscando atajos o mejor agarre en la pisada.
Desde el refugio la senda se convierte en un disfrute para los sentidos.
El balcón de Ordesa es uno de estos puntos donde podemos disfrutar y recrearnos con la panorámica del tramo final del valle. Descendemos en busca de la Senda de los Cazadores y dejamos las clavijas a la derecha, en el sentido del camino. A mitad de la senda zigzagueante que se dirige a la Cola de Caballo, encontramos una bifurcación que nos encamina hacia ella.
A lo largo del recorrido de la senda vamos internándonos en un pinar abierto que nos protege del sol, y a la vez que nos ofrece una impresionante visión panorámica de Ordesa.
Conforme vamos profundizando en su recorrido llegamos a un punto en que vemos el Circo de Cotatuero, La Faja de las Flores, el hayedo, el sonido lejano de las cascadas del Arazas,…
En un punto determinado, antes de llegar al mirador de Calcilarruego ya se ven la Brecha, el Taillón, el Casco...
El mismo mirador es un balcón privilegiado para la observación de la mayor parte del valle de este a oeste.
Ya solo queda completar la bajada hasta la pradera y lo hacemos por la senda de los Cazadores. La bajada discurre por un bosque mixto bastante cerrado, es de una pendiente muy pronunciada y se alterna entre zonas pedregosas y tramos de tierra, por lo que hay que extremar las precauciones.
Al final llegamos prácticamente a orillas del río, y siguiendo su curso llegamos a la pradera dando por concluido nuestro periplo.
Nuestra experiencia es la que he tratado de contar, y en razón de ella la hemos calificado de forma subjetiva, teniendo en cuenta nuestro estado físico y la situación climática, por lo que queda decir que extreméis las precauciones, si decidís hacerla. Hay que tener en cuenta que algunos parámetros pueden cambiar a lo largo del año; incluso del día.
Si es así: buena travesía, y que disfrutéis de la montaña tanto como lo hemos hecho nosotros.
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https://es.wikiloc.com/rutas-alpinismo/pico-posets-o-llardana-desde-espigantosa-por-ibon-de-llardana-y-forau-de-la-neu-el-encanto-de-la-so-147118028
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Waypoints
Intersection
6,054 ft
Cruce
Waypoint
6,430 ft
Salida de las clavijas
Comments (9)
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Impresionante ruta, espectaculares fotografías y magnífica descripción. Enhorabuena!!!
Sin haberla hecho,por la forma de describirla es un disfrute.
Impresionante,
Felicidades!!!
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Information
Easy to follow
Scenery
Very difficult
Gracias Pacofélix por el trabajo de redacción y búsqueda de fotos y por la dedicatoria, además de por acompañarme una y otra vez.
Aunque diera las pinceladas finales a la ruta en los días previos, esta ruta es más producto de las conversaciones que hemos tenido entre los dos sobre los picos, la Faja y Ordesa en general. Toda esa curiosidad me la alimentaste desde que hicimos el Monte Perdido desde Bujaruelo:
https://www.wikiloc.com/mountaineering-trails/monte-perdido-desde-el-puente-de-bujaruelo-65127611
De todas formas todo lo que se planifica se tiene que coger con muchas pinzas en alta montaña: nos tuvimos que saltar los Gabietos y el Taillón, hubiera sido imposible en los tres días.
El agua no debe faltar, pero es un contratiempo en mochilas tan pesadas, quizás reseñar que en la base del Hombro de Marboré pudimos coger agua en neveros grandes que quedaban, al igual que en el Ibón Helado y en la Faja de las Flores en unas goteras que había en la pared (éstas últimas no sé si siempre estarán ahí).
Esta ruta se queda en la cabeza. Gracias Paco.
Muchas gracias Juan. Ahora, con los años, la montaña la sientes mucho más y disfrutas de ella como si no hubiera un mañana.
Gracias Gabi.
Yo sé que si no hubiera sido por tu compañía no me habría atrevido.
Después de muchos años he vuelto a subir contigo a picos casi olvidados y eso me ha rejuvenecido.
Ojala pueda volver muchos años más con la misma fuerza e ilusión; y siempre con vuestro respaldo.
Por la forma de describirlo tiene que ser un disfrute,
Muchas felicidades!!!
Muchas gracias Waiki.
Tu sabes bien que la montaña la disfrutamos siempre, y en cualquier lugar.
Cuando publique la última machada tuya, con mi acompañamiento, va a ser apoteósico.
Mil besos.
Impresionante ruta, maravillosa descripción y fotografías, muchísimas gracias por compartir, soy unos campeones. Un saludo.
Muchas gracias amigo.
Tú ya conoces algunos rincones y sabes lo inmenso y precioso que es.
Un abrazo.