Peña Altura y Puntal de Bachaco desde Bielsa

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Peña Altura y Puntal de Bachaco desde Bielsa.

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Aunque a pesar de su nombre no sea un pico demasiado alto, llegar hasta Peña Altura es duro. Hay mucho desnivel, unos 1300 metros, porque se empieza desde muy abajo. Y si a la subida se le añade recorrer el cordal hasta el Puntal de Bachaco, es más duro todavía. A cambio, las vistas desde arriba compensan el sufrimiento.

Salimos desde Bielsa. Cruzando el río, junto a la enorme puerta de un garaje, sale un caminito que atraviesa el bosque, subiendo constantemente. Hay mucha humedad y hace calor, y es un poco agobiante. Es bonito, pero tengo ganas de salir a campo abierto cuanto antes.

Al rato se atraviesa una pista que da un respiro, pero volvemos a meternos en la espesura, hasta que un rato más tarde acabamos saliendo al exterior.

Entramos en una pista que recorremos durante un rato. A la izquierda ya se van distinguiendo los paredones de Peña Altura, que según el mapa está en la Sierra de las Sucas. Por este lado es un gran cortado vertical. Por el otro, las montañas descienden de manera mucho más suave.

Cuando la pista hace un brusco giro a la derecha, la abandonamos y volvemos al bosque, ahora ya menos cerrado que antes. Hay nubes agarradas a las paredes, pero se van a ir yendo según nos acercamos. Vamos a subir por el Portiello de Tella, por un sendero cómodo que cruza mayormente laderas herbosas.

Antes de iniciar la dura subida, hacemos un parón en el refugio Montinier, que, según dice en unas notas que hay en el interior, ha sido acondicionado por el grupo Scout La Salle 509 de Zaragoza. La verdad es que por dentro está impecable. Todo excepto la puerta, que está hundida. Parece que algún salvaje ha decidido abrirla a patadas. En fin…

La subida es cansada, pero se lleva bien. A media altura, tenemos una sorpresa alucinante. ¡Un edelweiss! Es la primera vez en mi vida que veo esta flor. No sabía que se podía encontrar en el Pirineo, y menos aún a tan poca altura. ¡Y un poco más allá hay más! ¡Y más allá! Y más… Y más aún…

Al final encontramos tantos que lo que al principio era un acontecimiento llega a convertirse en algo sin importancia. Suele ocurrir al perderse la novedad. Pero la emoción de la primera flor no me la quita nadie.

Con calma, acabamos llegando al collado. Desde aquí, Peña Altura es impresionante. Un enorme peñasco por donde parece demasiado complicado subir. Por la otra vertiente no tiene ninguna dificultad, así que rodeamos la montaña y subimos por la parte fácil. Para qué meterse en jaleos.

Hacia el este sigue el cordal hasta el Puntal de Bachaco. Se puede ir por arriba o por algo más abajo, como cada uno prefiera. Siguiendo por arriba, al final te enriscas un poco y hay que retroceder para descender.

Ya abajo, el resto del cordal es fácil. El Puntal está esquinado, y se alcanza a ver muy lejos. Hacia atrás, la sierra sigue hasta la Pala de Montinier, que es una montaña fabulosa, y a la que no vamos a llegar hoy. Sería demasiado largo. Pero me la apunto, es preciosa.

Volvemos hacia el Portiello, esta vez rodeando Peña Altura por abajo. Antes de iniciar el descenso nos acercamos a Mallo Gran, que más que una montaña es un saliente rocoso sobre el valle. Y tiene un nombre bastante raro, además.

Ahora sí, ya hemos hecho todo lo planeado, y tranquilamente empezamos a bajar hacia Bielsa.

No conocía la existencia de Peña Altura, y me alegro de haberla visitado. La ruta es muy completa, no precisamente suave, y muy gratificante. Y encima hay edelweiss, que es algo alucinante durante un rato, hasta que te das cuenta de que hay montones. Luego sigue siendo alucinante, pero un poco menos...

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