Peña Telera (2764 m) estival por el Paso Horizontal desde Lacuniacha (Piedrafita)

Peña Telera...
Es la Telera mucho más que un dos mil alto, y más aún que algún tres mil. A pesar de no ser la cumbre más alta (honor que corresponde a Peña Retona con 2.782 m) preside con orgullo y sus 2.764 m de altitud la Sierra de la Partacúa.
Respecto a la información que da Wikiloc en mi ruta hay dos errores; la altitud no es de 2.707 sino 2.764, y el desnivel no es de 1.598 m sino de algo más 1.400.
También veréis si descargáis el track que hay dos pequeñas salidas: una en la minitrepada y otra pasado el refugio y donde no hay camino claro; no los he borrado para que no os pase lo mismo.
Partí temprano de la zona de Lacuniacha (1.340 m) ya que se preveía un día de calor, como posteriormente así fué, consistiendo para mí la mayor dificultad de toda la ruta. Diría que bajo un sol de justicia, pero como nunca he entendido muy bien por qué la justicia consiste en achicharrarse sobre un montón de piedras (dígase Canal de Cachivirizas), prefiero decir bajo un sol de cojones, necesitando, entre lo que cargaba y algún manantial milagroso que encontré, cuatro litros de agua para poder terminar.
Salimos por una pista de tierra hasta algo menos de dos km, donde tenemos que estar al loro y pillar un desvío que parte a nuestra dcha (SSO) y que nos lleva hasta el refugio libre de Telera. Muy limpio y cuidado, con chimenea y leña, y del que seguro se puede hacer buen eso si las circunstancias así lo requieren. Seguimos un camino bien visible y cruzamos la pista siguiendo una indicación que indica el camino hasta el Ibón de Piedrafita, al que llegamos por un camino paralelo al río y que nos hace olvidar lo que tenemos por delante.
Llegamos así a una zona conocida como los túmulos de Piedrafita, aunque yo no viera ninguno, si bien es cierto que a la ida no los busqué, y a la vuelta estaba demasiado agotado para pensar en piedras megalíticas.
Ya al inicio de la ruta se ve bien el objetivo de nuestra ruta, y desde el ibón es perfecto: a nuestra izquierda la Corona del Mallo (2.541 m), al NNO Peña Parda (2.657 m), al Norte Peña Telera y entre ambas el conocido Paso Horizontal. Seguimos ascendiendo por un camino de piedras algo incómodo hasta encontrar una pequeña pared que pasamos sin ningún esfuerzo con una mini-trepada. Este paso se puede evitar por un camino que yo intenté a la vuelta, pero me pasé y me metí en un pequeño jardín que me hizo perder bastante tiempo. Desde aquí el camino es franco hasta la Canal de Cachivirizas: la puerta del infierno. 350 m de desnivel para un km de distancia sobre grava, cantos rodados, piedras pequeñas,medianas y grandes, y ninguna asentada. Ésto hace inevitable el movimiento de piedras, que en el descenso va a ser muy significativo, y siendo este el único riesgo real de esta pala, que es el desprendimiento de piedras, por lo que habrá que tener mucho cuidado y mantener unas decenas de metros de distancia con las otras personas; cuidado pues. Yo iba solo y no tuve este problema, pero os garantizo que en el descenso el movimiento de piedras es importante. Hay diferentes caminos que convergen y divergen, y cuando crees haber encontrado el bueno, te das cuenta que es igual o peor que el anterior. No hay ninguno bueno. Yo fuí por la derecha y al final me encontré alguna chimenea para además acabar donde todos, más o menos por el centro. La señal del GPS es algo caótica como se puede ver en las diferentes rutas, pero no tiene ninguna importancia, el final es igual para todos: “dos pasitos palante y uno patrás”. Se me hizo dura. Y el descenso agotador.
Llegamos finalmente al collado de Cachivirizas (o Cochaberizas) y en dos zancadas nos plantamos enfrente de Peña Parda, teniendo que flanquearla por su cara Norte: El Paso Horizontal. Con nieve sólo aconsejable para expertos y con las medidas de seguridad necesarias, ya que han habido diferentes accidentes mortales, y de ahí su mala fama. Sin nieve es un paso prácticamente anecdótico siempre que cumplamos dos condiciones:
1. Sentido común; quiere ésto decir fijarnos que no tenemos cordones sueltos o los lazos demasiado grandes en las botas, que los bastones están bien apretados, y todo aquello que impida dar un “mal paso”, ya que aquí lo podemos pagar caro. Personalmente yo me quito las gafas de sol en los pasos algo complicados, tengo la sensación que con ellas pierdo profundidad.
2. No tener vértigo; aquí no diferencio entre mucho, poco o poquito; el vértigo se tiene o no se tiene; si lo tienes, aquí puedes sudar un poco.
Terminamos por tanto los algo más de 600 m de este famoso y sencillo paso estival y entonces tenemos que girar a nuestra izquierda para iniciar una trepada (I) buscando los hitos en una pequeña pared y que nos llevarán hasta otro collado desde donde vemos el cuello del Telera en forma de un pequeño circo donde aún perduraba algún nevero y desde donde empieza la ascensión final. Seguimos un camino en ascenso hasta llegar a lo que parece el final del camino y que es donde converge la gran diagonal. Las fotos están en el waypoint “colladín”. Aquí hay que estar al loro, porque intuitivamente giraremos a la derecha por parecer el único sitio posible, y claro, si lo escribo es porque no es así. Hay que girar hacia la izqda, pasar una minibarriga que parece no llevar a ninguna parte; sin embargo a los pocos metros vemos claramente a nuestra derecha una trepada enana, a partir de la cual “sólo” nos quedan 500 m con una pendiente del 30% hasta llegar a la cumbre de Peña Telera. Hay que echar las manos de vez en cuando pero nada técnico que requiera algo más que músculo y corazón.
La visión desde arriba es estrepitosa; y con el cansancio habiéndonos debilitado en todos los sentidos, emocionante.
Interminable la lista de cadenas montañosas que se ven...Destaca como siempre imponente el Midi, pero también vemos los Argualas, Garmo Negro, Infiernos, Balaitous, Taillón y al fondo Monte Perdido. A nuestros pies el embalse de Búbal...Ibón de Piedrafita...Un regalo del Pirineo
Ya sólo nos queda descender, gruñendo un poco en la pesadísima pedrera de Cachivirizas, mientras saboreamos con algo de ironía la ascensión a este enorme dos mil.