Peña Ten y Pileñes desde el Área Recreativa Los Carbellares

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Peña Ten y Pileñes desde el Área Recreativa Los Carbellares.

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Hoy nos acercamos a una de las montañas más conocidas de la región, que hemos estado viendo desde lejos desde el primer día en Redes: Peña Ten. Tiene una forma característica, amplia y redondeada, pero solo por el lado que hemos estado viendo hasta ahora. Por el otro lado guarda una sorpresa: un circo glaciar tremendo, que cambia su forma totalmente. Aquí ya no hay suaves laderas herbosas, sino cortados verticales y canales. Muy curioso.

Paramos en el Área Recreativa los Carbellares, y cruzamos la carretera para iniciar la aproximación a través de los campos de cultivo. Desde aquí ya se ve Peña Ten, por la parte del circo, que no habíamos podido descubrir hasta ahora. La cosa cambia bastante, después de haberla visto solo por la otra vertiente.

Avanzamos junto al río Esla, donde nos bañaremos a la vuelta, como no podía ser de otra forma. Muy refrescante. Mientras tanto, aguantamos el calor del día con buen ánimo.

A la altura del Arroyo de las Corvas abandonamos el camino para girar a la derecha e iniciar la subida. Primero suavemente, luego algo más vertical. Hacemos un pequeño desvío para ir al Refugio de la Majada de Lario, un refugio libre un poco cochambroso por dentro.

Ya estamos en las faldas de Peña Ten. Compartimos el paseo con un enorme rebaño de ovejas, que parece que también van a subir a la cima, aunque de repente cambian de idea y deciden que prefieren quedarse en las zonas bajas. Casi mejor.

La subida no da tregua. De momento, se ve un sendero, pero al entrar en la ladera herbosa desaparece. No hay problema, porque la subida es fácil y se puede ir por cualquier lado. Eso sí, se hace muy muy larga. Es una colina monótona. No hay puntos de referencia para ver si se avanza o no, salvo las montañas que van apareciendo en el horizonte a medida que subimos.

Caminamos con tendencia hacia la derecha, para ir acercándonos al circo. Aparece un poco de repente, y ofrece un cambio muy llamativo con respecto a la ladera. Un agujero enorme, con paredes verticales, canales, precipicios. Este lado es muy bonito.

El resto de la subida la hacemos por el borde del circo. Hay unas cuantas subidas y bajadas hasta llegar al vértice cimero. Hoy el día está muy despejado y se alcanza a ver muy lejos.

Como siempre, la zona de Redes de los últimos días. También los picos de Mampodre, muy atrayentes, Tiatordos y Maciédome, y Picos, que tenemos más cerca que nunca. Este es un excelente mirador.

Pileñes está aquí al lado, así que también va a caer. Hay una buena bajada hasta la Collada de las Arriondas, y hay que bajar con cuidado. Esta es la vertiente de las laderas, y esta que vamos a bajar es bastante empinada. Cuidado con los tropezones, que se puede rodar de lo lindo.

Y luego queda la subida, algo más de 250 metros hasta la cima, que a estas horas dan algo de pereza. Bueno, con calma se acaba llegando, y por fin se puede ver Peña Ten con todo lujo de detalles. Hasta ahora, siempre de lejos, se veía bastante mal.

Nueva bajada al collado. La vuelta la hacemos por el fondo del valle, siguiendo el cauce del arroyo, a ratos con agua, a ratos seco. Por esta parte hace mucho calor, y agradezco salir del estrecho desfiladero a terreno más abierto, donde corre el aire. Aquí nos volvemos a encontrar con las ovejas, y con el único mastín, de todos los que hemos visto estos días, que se pone agresivo cuando nos lo cruzamos. No llega la sangre al río, pero nosotros sí, y nos damos un buen baño para quitarnos el calor de encima.

Ya más repuestos, volvemos a cruzar los campos de cultivo hasta el coche, cruzando una de esas vallas supuestamente electrificadas, esas que son solo un cordel enganchado a una batería, que puede llevar allí tirada una década. Todo el mundo que las cruza se pregunta si eso realmente da calambre o no. Bueno, pues que sepáis que sí, que da un buen calambrazo.

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