Peñas de Herrera (XXI Trofeo de Invierno de Montañismo)

Actividad del XXI Trofeo de Invierno de Montañismo del Club Alpino Madrileño.

La ruta de hoy nos lleva hasta el remoto y bonito pueblo de Talamantes, en cuyo aparcamiento/helipuerto dejamos el numeroso grupo de coches que llevamos. Caminamos hacia el pueblo, tomando el GR 90.1 que discurre por sus calles y se convierte en la Vereda de Castilla. Enfrente, en lo alto, nos esperan las majestuosas Peñas de Herrera, uno de nuestros objetivos del día.
El calor totalmente extraño a estas fechas aprieta y abandonamos el GR hacia el Barranco de Valdeherrera, surcado por su arroyo y decorado por una vegetación más exuberante, que agradecemos por lo que nos refresca. Abandonaremos el Barranco para retomar la Vereda y el GR en el Collado de Valdelinares, donde hay colocado estratégicamente un banco a la sombra. Hacemos allí una parada para reagrupar e iniciar la penúltima subida fuerte del día: la que lleva al collado entre las Peñas de Enmedio y el Camino. Allí haremos otro alto y nos separamos entre un grupo que sube a la Peña de Enmedio y otro que continúa el trayecto.
Y, como decía, queda otra subida fuerte, opcional y fuera de senda, para coronar el Alto del Picarrón, atalaya fantástica de las Peñas de Herrera. Tras una pronunciada subida por la ladera, trepamos por una pared vertical de roca y nos adentramos en el corredor que lleva a la cima.
Disfrutamos de unas vistas espectaculares y trazamos los Castillos de Herrera como próximo objetivo. Son dos peñas que tenemos más abajo, una de las cuales presenta una trepada muy interesante que vamos a acometer.
Tenemos en todo momento a la vista, el Cordel de Ambel a Añón, la pista a la que nos incorporamos atrochando, y que nos llevará hasta el Collado del Campo, donde el paisaje se transforma. Por nuestra izquierda bosque de pino, por nuestra derecha el impresionante Barranco de Valdepino, con sus arenas calcáreas multicolores que nos dejan maravillados, justo antes de acercarnos al bonito Refugio de Collado del Campo, en cuya pradera comemos y descansamos un buen rato.
Nos quedará desandar hacia el Collado del Campo e iniciar el bonito descenso por bosque hacia Talamantes.