Pico del Ibonet o d'Arriouère, 2867 m. ibón de Tringoniero desde aduana de Bielsa

Hermosa y dura ascensión al Pico Negro o Arriouère, también llamado Pico del Ibonet.
Cuarta vez que vengo por estos lares, las tres primeras no pude pasar del refugio, así que en esta ocasión elegimos el verano porque aquí siempre hace un frío increíble.

DESCRIPCION DE LA RUTA:

Estacionamos el vehículo en la antigua Aduana de Parzán, situada en el km. 87 de la carretera A-138 entre Bielsa y Francia.

En dicha zona el espacio es muy amplio, suficiente para más de 15 coches, incluso existe un edificio techado donde resguardarse un poco.

Por el sendero PR-HU180 señalizado al Puerto de Tringonier, nos dirigimos al Este para cruzar el río Barrosa, un bonito puente sobre una badina facilita el paso, luego seguimos el evidente sendero ancho y limpio que traza un par de lazadas para ganar desnivel.

El precioso sendero se adentra en el barranco discurriendo a media ladera bajo un bosque mixto (principalmente compuesto por pino negro) que no obstante deja ver el profundo tajo que ha excavado el río.

Durante el trayecto además de ver bosque y alguna pequeña pradera, también se disfruta de algunas cascadas.

En la parte alta del circo hay que cruzar un puente sobre el barranco, donde el agua que baja del ibón de Tringoniero se descuelga en caudalosas cascadas pese a estar en el mes de agosto .

Salimos al llano Plana del Cabo, gran esplanada cubierta de hierba fresca que atravesaremos para llegar al refugio de Tringoniero (1970 m.)

Desde este refugio que se encuentra casi completamente destartalado, tomamos la senda que lo rodea por la derecha subiendo por empinadas praderas y laderas interminables hasta el collado de Tringoniero o Moudang.

En este punto las vistas son preciosas, si bien nos queda todavía un último trecho hasta el pico, compuesto de pizarra negra que resplandece con el brillo del sol como nunca había visto antes.

Desde el collado continuaremos por la derecha en busca de la arista cimera, superando la pendiente por campos enormes de pizarra negruzca.
El tramo final de cresta que vira al Sur, es sencilla y tiene menor pendiente, facilitando la culminación de esta altiva cima.

En este pico de gran prominencia descansamos mucho rato porque tiene un acceso largo y duro, es una montaña que no se repite mucho.
Las vistas son increíbles hacia el ibón de Tringonier, picos Mener, Pico de la Espada, Culfredas, Posets, Bachimala, Monte Perdido, Robiñera, cresta de La Munia, etc. etc.

Decidimos hacer el descenso por la arista oeste, toda vez que la arista Sur, por donde debiera estar la senda, no la vimos muy clara.
Abandonaremos esta arista Oeste por un corredor evidente que nos permite bajar al ibón de Tringoniero. Este descenso tiene escasas alternativas, por lo que habrá que estar atentos. Solo cuando llegas al ibón te das cuenta que estábamos rodeados de cortadas.

De nuevo un largo receso en las tranquilas aguas de este lago de alta montaña, muy grande para estar a tanta altitud. Los pequeños prados que lo rodean le realzan la belleza.

Desde el ibón, la bajada en verano es al principio sencilla aunque no exenta de inclinación, la senda pasa por una especie de terrazas o fajas. Ya en la parte final el descenso se complica por el cansancio acumulado y la resbaladiza hierba.

Una vez en el llano, descendemos el barranco por la senda de subida.

Ojo al desnivel total, es realmente demoledor.