Pico Lezna y Pico Pumar desde Lores

Ascensión a dos cumbres que sirven de magnífica atalaya para poder contemplar todo este sector de la montaña palentina tampoco frecuentado y con la sensación de soledad que te permite disfrutar al máximo de este bonito rincón de la Cordillera Cantábrica.

Partiendo del pueblo de Lores, al cual se accede por una carretera que sale al poco de pasar el pueblo de San Salvador de Cantamuda, el primer tramo de la excursión discurre por una pista forestal que en suave desnivel nos permite llegar al Collado de Gerino o de Tañuga (1630). Desde aquí ya vemos los dos objetivos del día: el pico Lezma y el Pumar.
Para ascender al primero de ellos, al poco nos desviamos del camino para cruzar el arroyo y atravesar los llanos de Pineda. A diferencia de la vez anterior, estaban completamente secos, y con ovejas, Caballos y vacas pastando. Al final de los llanos, ascendimos por una loma un poco incómoda para coger altura y continuar hasta la base del pico Lezna.
Ya solo nos quedaba remontar el último repecho para llegar a la cima. El Lezna ofrece unas vistas impresionantes de los picos de Europa, sector de alto campo y Peñasagra, divisándose también mi querido Valdecebollas y Peña Prieta. La cumbre del lezna ofrece también las mejores vistas de la cara norte del Curavacas, divisándose muy bien en lago curavacas, el valle de Pineda y el cordal que une Peña Prieta con el Curavacas. El disfrute de estas vistas se acentuó con una buena comida que no se ha ido a reponer fuerzas y continuar la marcha en dirección norte hasta la siguiente cumbre, el pico Pumar. Este pico ofrece mejores vistas de toda la zona de la Liébana. Tras la foto de rigor, y puesto que quedaba mucho por andar, continuamos en dirección norte hacia el pico Bistruey. Al llegar al valle situado en su cara sur, y viendo que no había suficientes horas de luz, desistimos subirlo y dejarlo para otra ocasión. Siguiendo este valle en dirección este nos dirigimos hasta un Collado que está en su línea de cumbre, y una vez allí coger el camino que conduce en suave descenso hasta un lugar próximo a Lores. Este camino ofrece también unas vistas muy bonitas y se anda muy bien. En un punto determinado, para el cual es importante utilizar el track, nos salimos del camino y comenzamos a descender por otro valle que enlaza ya con un camino que en 15 minutos llega al pueblo.

En definitiva, una bonita y entretenida ruta con grandes paisajes, en un entorno poco frecuentado, sin dificultades técnicas, pero muy larga y con un buen desnivel. Siempre existe la posibilidad de regresar por el mismo camino por el que hicimos la cumbre, pero me parece más bonita al hacer la circular.

Además, tuve la suerte de conocer y compartir la excursión con un veterano montañero bilbaíno, Eutiquio, que conoce muy bien toda esta zona y la mayoría de las cumbres de la península Ibérica y con el pase un día muy agradable, y al que le dedicó la excursión.