PR-A 321 Las Santas - Cumbre de la Sagra (Puebla de Don Fadrique y Huéscar)

¡¡OJO, ESTO NO ES UNA RUTA DE SENDERISMO, ES UNA RUTA DE MONTAÑA!!

Seguramente para muchos estará en el límite entre senderismo y montañismo, para mí está claro que esta ruta es más que caminar, desde el Collado de las Víboras hasta la antecumbre tendremos que usar las manos en más de una ocasión, y las fuertes pendientes con piedra suelta pondrán a prueba nuestra pericia, sobre todo cuando tengamos que bajar.

Para mí, subir a La Sagra en solitario suponía un reto. Es la tercera vez que hago esta cumbre, pero hasta hoy siempre vine acompañando. Por cierto, la segunda de las veces ascendimos por el embudo sin nieve, y me parece una subida muy por encima de mi nivel, pocas veces he pasado tanto miedo. Sirva esto para entender mi calibración sobre la dificultad técnica de esta ruta.

Un reto para mi por el desnivel acumulado (más de 1100 metros), pero sobre todo por lo montañero del itinerario.

La ruta se divide en dos mitades perfectamente delimitadas: desde la Ermita de Las Santas hasta el Collado de las Víboras, y desde aquí hasta la cima.

La primera mitad salva unos seiscientos metros de desnivel por senderos cómodos entre carrascas y pinos, sin pasos complicados: senderismo de manual.

A partir del Collado de las Víboras comienza la ascensión montañera de verdad. En realidad no hay pasos que sean realmente peligrosos o estén particularmente expuestos, pero los quinientos metros de desnivel apenas nos van a conceder respiro.

Hay un tramo más rocoso, fácil de superar pero que impone un poquillo. Hay quien lo llama "Paso Hillary", como el del Everest, la última gran dificultad antes de coronar. Pasado este punto se acaban todas las complicaciones, pues el sendero se suaviza y nos conduce muy cómodamente a la cumbre, cuyo vértice geodésico ya divisamos. Eso sí, a la derecha cae la ladera por el embudo con una verticalidad que me hace inexplicable que yo haya sido capaz de subir por aquí.

Desde la cima las vistas en 360° son inconmensurables. Lástima que el día no haya sido todo lo nítido que quisiera, porque no he podido ver Sierra Nevada. Eso sí, el catálogo de sierras más cercanas es incontable.

En el poste del vértice geodésico, además del clásico buzón para firmar, una placa informa de los dos senderos homologados que ascienden aquí, cada uno desde un extremo: por un lado este PR-A 321, y por otro el SL-A 299, que se inicia en el Collado Blanco y recorre el famoso Bosque Vertical. Son unos ochocientos metros de desnivel en algo más de tres kilómetros, es decir, una salvajada montañera que ya tengo en el punto de mira.

El reto de subir a La Sagra en solitario está cumplido, pero ahora queda lo peor para mí: el descenso. Lo admito, me da miedo bajar, siempre me ha pasado, así que lo hago con mucha tensión y muuuuy despacio. Desde la cumbre hasta el Collado de las Víboras he tardado una hora y veinte minutos, que se dice pronto. Ahora bien, en 1'7 kilómetros se descienden unos quinientos metros. Me han adelantado varios corredores, pero yo a mi ritmo, sin prisas ni complejos.

El PR propone regresar por otro lado desde el Collado de las Víboras, girando a la izquierda por un sendero que, en algunos tramos de su primer tercio, es algo escarpado, pero sin complicaciones reseñables. Es una senda muy bonita que acaba desembocando en el final de una pista forestal.

Aquí ya sí que podemos dar por finalizado cualquier amago de problema técnico. Desde ahora todo es camino y algún atajo por sendero, todo muy bien señalizado. Así llegamos al refugio de La Sagra, donde entro a descansar unos minutos. Hay una pequeña fuente a pocos metros.

Algo más abajo llegaremos a una bifurcación por la pasamos a la subida, decidiendo entonces seguir por la senda. Desde este punto y hasta la Ermita de Las Santas desandaremos nuestros pasos iniciales.