Canal de Berroqueras, Punta don Servando (2.176m) y Gran Galayo (2.215m) desde Nogal del Barranco

Los Galayos, en Gredos, al este de La Mira y muy cerca de ella, es una formación rocosa espectacular y llamativa, con varias agujas y cimas abruptas que parecen imposibles de subir si no es escalando. De hecho, hay muchas vías de escalada y esta zona es muy conocida por los escaladores.

A nosotros nos habían llamado la atención el día anterior (cuando subimos a La Mira), y decidimos que había que meterse por ahí, a ver si alguna aguja era posible subirla sin cuerdas.

Buscando información, vimos que el Gran Galayo (con ese nombre, lógicamente, iba a ser nuestro objetivo) se podía subir con una trepada no muy difícil. Así que fuimos a por él.

Salimos del área recreativa de Nogal del Barranco, donde se llega en coche, por carretera asfaltada en buenas condiciones (aunque el último tramo algo irregular), desde el bonito pueblo de Guisando, cerca de Arenas de San Pedro.

Comenzamos la marcha por el camino de piedra (casi se podría decir que es una calzada) que va en sentido norte/noroeste, subiendo el valle casi en paralelo con el río Pelayos, que lo tenemos a nuestra izquierda, aunque en el fondo del barranco; en todo caso, el sendero hace varios zigzags para salvar los tramos con más pendiente. Hay varias fuentes; alguna de ellas seca en pleno agosto.

Antes de llegar a la zona de "La Apretura", sobre los 1.600 metros de altitud dejamos el camino principal y nos desviamos a la derecha. En este punto hay un hito señalando el desvío. El objetivo era subir por la canal de Berroqueras, que se ve desde abajo para alcanzar el Espaldar de los Galayos.
Al principio, dicha canal es ancha y se sube con relativa comodidad, casi sin necesidad de usar las manos. En la parte media/alta, coincidiendo con un estrechamiento, tiene un resalte que cierra el paso. Para superarlo es necesario seguir progresando por la izquierda, con un par de trepadas de segundo grado. Es un paso sencillo si se está acostumbrado a este tipo de terrenos, pero con algo de exposición.

A partir de ahí, aunque con mucha verticalidad, ya no hay complicaciones hasta salir arriba. Nos encantó la canal y la manera de alcanzar la parte alta de la cuerda de Los Galayos (Espaldar de los Galayos).
Además, la llegada al Espaldar de los Galayos nos coincidió con el amanecer, por lo que aprovechamos para tomar un descanso y disfrutar de las vistas.

Continuamos la marcha girando a la izquierda y en ligera subida hasta alcanzar la cima de la Punta don Servando (sentido norte-noroeste). Esta montaña se gana sin problemas y las vistas que nos ofrece son ya espectaculares.
Estábamos muy cerca del Gran Galayo, lo veíamos ahí mismo, pero nos separaba de él la depresión de la Portilla del Gran Galayo... Y nos quedaba la incógnita de cómo sería la trepada final.

Tras un breve descenso nos colocamos en el collado y comenzamos la subida: Los primeros metros por sendero, fáciles. Y finalmente, nos encontramos con la grieta que da acceso a la cima. Llevábamos cuerda, por si acaso, y algo de tensión, porque las reseñas que habíamos leído no coincidían mucho. Pero la verdad es que nos pareció una subida más sencilla de lo que esperábamos: Trepadas de II grado o II+ como mucho y sin mucha sensación de exposición. Esperábamos un tramo con pocas presas, que es lo que habíamos leído, y la verdad es que lo pasamos sin darnos cuenta; realmente, no sabemos a qué parte se refieren... Nos pareció una subida entretenida.

Una vez superada esta zona más vertical, giramos a la derecha, donde hay un paso horizontal y ya nos colocamos debajo de las dos cimas; la de la derecha es la más alta, aunque subimos a las dos. Esta última trepada es ya más sencilla.

Las vistas vuelven a ser impresionantes. Con la tranquilidad de saber que la cosa no era tan complicada como la esperábamos, descansamos un buen rato en la cima y disfrutamos del buen tiempo y las vistas.

El descenso lo queríamos hacer por la ruta normal, pasando por el refugio Victory.
Para ello, evidentemente, volvimos a descender el Gran Galayo; como siempre, el descenso es más complicado que la subida, pero con precaución se hace bien; no vimos la necesidad de usar la cuerda.

Una vez en la Portilla del Gran Galayo, seguimos por una vira sencilla (la Trocha Palomo) hacia el nordeste (no hay que perder altura). Hay hitos y, además, coincide con una veta de roca blanca, por lo que es fácil seguirla. Al alcanzar una portilla o brecha pasamos a la cara norte del Gran Galayo, haciendo un giro a la izquierda. Toda esta zona es tan sorprendente como bonita.
Atravesamos la cara norte de la montaña, de derecha a izquierda, en una travesía prácticamente horizontal, y tras una ligera subida alcanzamos otro colladito, desde donde solo nos quedaba un corto descenso para alcanzar el refugio.

Unos fáciles destrepes y luego un sendero por terreno pedregoso e incómodo nos llevaron al refugio, visible en este descenso.

Tras coger agua, continuamos la marcha, ya por sendero claro y más cómodo, bajando por el camino de "las Zetas". Llegamos al punto donde nos habíamos desviado a la mañana para coger la canal de subida y en algo más de 3 kilómetros de cómodo camino alcanzamos el Nogal del Barranco.

Se trata de un recorrido no apto para cualquiera; no es senderismo y es necesario estar acostumbrado a trepar y a transitar por terrenos abruptos si se quiere hacer esta ruta; pero realmente se pasa por paisajes espectaculares y sorprendentes y la dificultad técnica es asequible para montañeros con experiencia.

Nos gustó mucho la zona y habrá que volver a conocer otros rincones de la misma.