Sierra de Utrera. Manilva

Dejamos los vehículos en un llano cerca de los Baños de la Hedionda, y buscamos el cauce del río Manilva, nada más empezar nos tuvimos que descalzar las botas para poder pasar unas pozas, avanzamos saliendo y entrando en el río, hasta llegar a la zona del Canuto Chico y la Charca de la Paloma. Un poco más arriba nos encontramos con una gran poza y una cascadita, en la pared de la izquierda han instalado grapas y cadenas, que ayudan a pasar ésta zona de cahorros, las personas con vértigo o poco acostumbrados a las ferratas deben extremar las precauciones, ya que la caída sería muy peligrosa. Seguimos el curso del río y salimos trepando con dificultad hasta un sendero que nos lleva a un carril ( es posible que siguiendo por el río haya otra salida más fácil, pero nosotros no lo hicimos ) por el que andaremos algo más de un kilómetro, hasta desviarnos hacia un sendero y ya entrar de lleno en un torcal sorprendente y abrupto.
Llegamos al Llano de Gaínos, cerrado de vegetación, matorral y pinchos. Atravesar el torcal implica una gran dificulta ya que los caminillos o trochillas están totalmente cerrados por matorrales, hay que añadir también, la dificultad de atravesar grandes rocas, saltando, subiendo y bajando, que cuando llegas a ellas, tienes que volver y localizar un nuevo paso por el que seguir, buscando los puntos más fáciles. Algunas torres de alta tensión no consiguen afear el paisaje en el que nos encontramos.
Una vez atravesado, llegaremos a los paredones el Canuto, las vistas impresionantes, en el que localizamos un sendero bien marcado por el que bajar sin dificultad, hasta el inicio del Canuto de la Utrera, que atravesamos con tranquilidad hasta el lugar donde dejamos los coches.
Ruta de dificultad técnica alta, recomendable realizarla cuando no llueva, o el suelo no esté mojado. En muchas ocasiones tendremos que ayudarnos de las manos y guardar los bastones.

Nota: 11,5 km según el GPS que siempre son orientativos, así como la descripción y comentarios resultado de mi experiencia y vivencia, sin ningún otro tipo de ánimo, eximiéndose el autor de responsabilidad alguna, ante cualquier percance que pudiera sufrir quién por voluntad propia o inducida la realice. Tomar las medidas de seguridad apropiadas para el itinerario, que dependerán de las condiciones climatológicas, así como la preparación tanto técnica, como física, de la persona que la lleve a cabo.