Sierra de Verdeña: Bosque fósil + Cresta del Oterillo Tercero al Alto de Zahoncha

Inicio y final: Verdeña (Palencia)
Distancia: 10 kilómetros
Desnivel positivo: 560 metros
Tipo de caminos: Senderos bien marcados al principio. Terreno técnico con trepadas y destrepes constantes en la zona de la cresta a los que tenemos que estar acostumbrados. Zonas de bosque por terreno abierto en la mayor parte, sin senderos definidos, siguiendo trochas de animales en la mayor parte del recorrido, aunque encontramos alguna zona cerrada con arbusto bajo.
Importante: Puede haber otros recorridos o pasos mejores o más asequibles, ya que no hay hitos ni marcas que indiquen el mejor camino por el que seguir.

Dentro de la actividad de alpinismo catalogamos esta actividad como dificultad fácil, puesto que nosotros estamos acostumbrados a este tipo de terreno y ninguna trepada necesita de cuerdas y otros materiales. Bien es cierto que podría entrar en la categoría de senderismo, pero quizás sea demasiado complicado para un senderismo por el gran tramo de cresta, por lo que preferimos incluirla dentro de alpinismo para que la gente no se pueda llevar sorpresas.

Iniciamos la ruta en el aparcamiento que encontramos a la entrada de Verdeña, para tras atravesar el pueblo ir en busca del sendero PR del Bosque Fósil, que a través de sus señales nos lleva al yacimiento conocido como Bosque Fósil, una pared de roca de grandes dimensiones sobre la que aparecen impresos los restos de un bosque costero de ambiente tropical de hace 305 millones de años. Tras la pared tenemos el Mirador de la Pernía y seguimos las marcas del PR hasta enlazar con el Camino Lebaniego que nos llevaría hasta San Salvador de Cantamuda.

Aquí abandonamos las pistas y caminos para atravesar una pradera que nos lleva en dirección a una pared rocosa en la que vemos un palo de madera en su parte final. El objetivo es subir hasta él, por lo que iremos buscando el mejor camino una vez que salgamos de la pradera, por donde ya deberemos echar alguna mano a la roca para realizar alguna trepada en la parte final que nos lleva a este vértice. Desde aquí seguimos por la roca para bajar y atravesar una zona de bosque, con una parte final algo más cerrada de escobas que nos lleva a iniciar la parte de cresta de la Sierra de Verdeña.

A partir de este punto comenzaremos con constantes subes y bajas por terreno técnico rocoso, para llegar en un primer momento al vértice geodésico del Oterillo Tercero, única cima en la que encontramos algo que lo marque.

Desde el Oterillo Tercero el recorrido se convierte en un poco rompepiernas, puesto que tienes que subir y bajar constantemente con numerosas trepadas y destrepes, lo que hace que se avance lento. Desde aquí hasta la última parte del Alto de Zahoncha, todo el recorrido se realiza por la cresta, buscando las mejores opciones, existiendo con total seguridad recorridos diferentes y mejores para aquellas personas que no quieran transitar por este recorrido y prefieran hacerlo por fuera de la cresta.

Desde El Avellanal, atravesarmos algunas zonas de bosque más cerrado, pero realmente cuando acaba la cresta, en el Alto de Zahoncha, será cuando nos encontremos la parte "más complicada" en lo que al recorrido se refiere, ya que hasta que lleguemos a una finca de caballos iremos buscando las mejores opciones de recorridos a través de trochas de animales que nos llevan por zona de bosque y pequeños robledales por los que con paciencia y buscando el mejor recorrido podremos transitar sin demasiados problemas.

Una vez que pasamos la finca de caballos, enlazamos con una amplia pista que nos llevará por un camino cómodo, después de la jornada que llevamos encima, de vuelta a Verdeña, atravesando la otra parte del pueblo para llegar de nuevo al aparcamiento en el que iniciamos la ruta.

Un recorrido que posiblemente no tenga el encanto de otras, pero que para esas personas que buscan un puntito más de "aventura" sin irse demasiado lejos, sea una buena opción para iniciarse en el mundo de los itinerarios rocosos de cresta. No únicamente hay que subir a los picos más altos y conocidos, los pequeños y "ocultos" también tienen su encanto.