Subida al Almorchón de Cieza

Una vez más hemos dirigido nuestra atención hacia una bella y singular montaña. El Almorchón de Cieza. Estratégicamente situada al oeste de dicha localidad a cuyo término municipal pertenece, entre los embalses de Alfonso XIII y el del Cárcabo. Rodeada de sierrras siempre apetecibles: La Palera, el Molino, la del Oro, y algo más alejadas la de Ricote, Cabeza del Asno y la Pila.

El Almorchón es de esas montañas que, para los que sentimos la atracción de las mismas, hace que la atención se centre en ellas cada vez que pasas por sus alrededores. Cerca o lejos, pero ahí está, orgullosa, altiva, vertical y aparentemente infranqueable. Y además, solitaria. No se digna a pertenecer a ninguna de las citadas. Quizás para que destaque aún más de entre todas ellas. Sin importarle su modesta altitud.

Pero como todas ellas tiene sus vías de ascensión, aunque algunas de ellas únicamente lo permita mediante las técnicas clásicas de escalda. Su cumbre más occidental, la más arrogante de las tres que forman su arista, sólo permite ser coronada de esta forma. Siendo la más populaar de sus ascensiones la arista sur.

Los que desean llegar a sus otras dos cumbres, la este y la central, deberemos subir por el barranco que se forma entre ellas en su cara norte. Vertical pero accesible. Al inicio del mismo hay que seguir una pequeña senda que se acaba perdiendo y continuar sin perder de vista el propio barranco en donde aparecerán alguno hitos que te indican la buena orientación. Esquivando en algún momento algún paso algo más difícil pero totalmente superable por alguno de sus lados. Así hasta llegar al punto en el que se va a abriendo el barranco a ambos lados y aparece, esta vez sí, una senda evidente, la cual sólo hay que seguirla y, en pocos minutos, te pone entre las dos cumbres. A partir de este momento y una vez que se accede a la primera de ellas, la situada en el este, toca disfrutar de la impresinante panorámica que se nos ofrece a nuestra vista.