Tombu Robru: abismos legendarios de pastores

Posiblemente la excursión más emocionante desde el entorno de La Hermida, pero lo suficientemente comprometida como para desanimar a montañeros que la pueden realizar. Así que voy a dar la información necesaria para que se pueda acometer con garantías. Croquis en la sexta foto.



La ruta marca mal el kilometraje y los desniveles. Serán 12 km y 870 m de desnivel. Por lo demás, el track ha salido casi perfecto.

Para los pastores un tombu era un resalte rocoso de acusada verticalidad, robru es el color rojizo-terroso de la pared. Por tanto el nombre es la descripción de un entorno muy característico adonde suben las cabras buscando escarpes protegidos, en este caso por el fuerte desplome de la pared.

El trayecto es camino oficial de los antiguos pastores, con excavaciones en la roca, colocación de peldaños y refuerzos con mampostería seca. Asimismo los pasos más delicados los protegieron con cables y armaduras de las que todavía se conservan vestigios. Por estos pasos ellos se desenvolvían con sus perros y cayados. Así que son de dificultad moderada, para poder subir con la ayuda de una sola mano con apoyos grandes y sólidos, pero eso sí, casi siempre muy aéreos, al borde de cortados vertiginosos.

Actualmente hay un pasamanos en buen estado y se hace todo prácticamente andando, salvo el tramo del segundo pasamanos (20 m de grado I) y la ascensión final del murete de la Armaura el Robru (15 m de grado II). Ambas trepadas protegidas con cuerda.

La dificultad es, por tanto, más bien psicológica y al alcance de muchos montañeros si conocen la verdadera situación.

Primero se afronta una pedrera incómoda; por la derecha, mejor (Waypoint Pedregal). Continuamos por una cuesta hasta una terracita al borde de la pared, de donde parte una vira herbosa horizontal. Cuando aumenta la altura de la caída, aparece un pasamanos (Waypoint Pasamanos) que nos lleva andando hasta el Tombu Robru (Waypoint Tombu Robru). En este paraje no hay pasamanos porque es muy ancho y no hay sensación de peligro. Es un buen lugar para relajarse antes de afrontar la última parte, que comienza al final del Tombu (Waypoint Segundo pasamanos). Aquí vamos trepando con mucho ambiente vertical, pero con excelentes pies y manos y una cuerda de protección, aunque yo prefiero los agarres naturales, que son fiables. Llegamos a un colladito resguardado, donde podemos tomar otro respiro (Waypoint Collado). Ya solo queda el murete final, menos vertical de lo que se ve desde el colladito, muy protegido entre rocas y también equipado con cuerda (Waypoint Armaura el Robru). Y ya, el resto es senderista. Más explicaciones en las fotos de los waypoints.

Como se ve, es muy poco el trayecto expuesto, apenas 200 m, pero hay que ir muy concentrado, asegurar los pasos, palpar bien la roca, no tener vértigo y que esté seco. Es senderismo de pastores, pero lo pongo como alpinismo porque hay que ayudarse de manos. Lo califico de difícil porque obviamente, por la descripción, es para gente muy montañera que entienda los grados de dificultad y las explicaciones.

Además la continuación es una navegación algo complicada porque no hay una senda clara siempre, a veces se desdibuja porque hay varias alternativas. He marcado los waypoints claves para que no se nos vayan los pasos importantes, donde los pastores han construido el camino para que resulte cómodo de andar y sin peligro. Entre waypoint y waypoint podemos ir más o menos por donde queramos eligiendo lo que hallemos más pisado. El track tiene marcados los desvíos y también aquellos puntos donde aparecen opciones para decidir, indicando la correcta (arriba, etc). En este sentido resultará fácil de seguir con la App, que avisa con sonido de todas las incidencias.

Tresviso es un pueblo encantador como todos los pueblos con carretera terminal. Tiene restaurantes populares para que la jornada sea completa.

El descenso es por el Camino de la Peña, una obra de arte de la Ingeniería de Caminos del S. XIX, de tiempos en los que el Zinc de Picos era uno de los bastiones económicos de España.

Hay dos opciones para esta excursión, la otra va más abajo por el Canto L'Ardina, por un flanqueo incómodo. Personalmente prefiero esta, que sube hasta la senda del Picayo, ya que no se repite trayecto y tenemos las mejores vistas de Tresviso.

Astucia recomendada: madrugar porque hay pocas plazas en el aparcamiento.