Torrebarrio-Puerta del Arco-Segundo Castillín-Primer Castillín-Pico de la Puerta del Arco-Torrebarrio

Sensacional ruta si lo que te gusta es trepar (sin cuerda). Especialmente recomendada para "rockeros". Aunque he tardado mucho en subirla, la hicimos el 14 de julio.
Para este paseo nos juntamos dos babianos consortes (lacianiego Tino y madrileño yo) y otro de pura cepa (Pepe). Aparcamos en la placita al lado del pilón, enfrente del albergue.
Seguimos por la calle de los Señores hasta llegar a la pista, a mano izquierda, que es la misma que cogeríamos para ir a Peña Ubiña. Asi durante unos 5 kilómetros. Es la parte más aburrida de la ruta, pero sirve para ir calentando las piernas y para ir apreciando las vistas según vamos alcanzando los 550 metros de desnivel que tiene el desvío a la derecha por el Reguero de los Muriales (el mismo que pasamos casi sin enterarnos al principio de la ruta). Seguimos el arroyo, ya en los Llanos del Fontán (que no hacen honor a su nombre, por lo de "llanos") y unos metros metros más adelante giramos a la izquierda para seguir subiendo campo a través por un gamonal primero, y luego bordeando una pedrera por la derecha hasta llegar a una zona a los piés de la Puerta del Arco en la que hay que guardar los palos y empezar a usar las manos. Aquí, ya a más de 2.000 metros, empieza lo realmente divertido. No es excesivamente difícil si estás acostumbrado a ir por montaña, pero sí que hay que tener cuidado en los apoyos por la piedra suelta y el terreno erosionado por el agua y la inclinación.
Poco a poco nos acercamos a la Puerta de Arco, formación de piedra espectacular. Mis compañeros la pasan por la derecha, mientras que yo prefiero seguir por el lado izquierdo. Más arriba recorremos todos los recovecos que vamos viendo para embobarnos con las vistas mientras que seguimos subiendo hacia la izquierda para acabar coronando el Segundo Castillín (2.296 m.) punto más alto de nuestra ruta. Vistas impresionantes: Tuiza, El Refugio del Meicín, los Portillines, el Tercer Castillín para el que es necesario material de escalada, el Siete y los Picos del Fontán. Aquí se encuentra, como hito/buzón, un simpático y detallista pozo de mina recuerdo de montañeros vizcaínos que estuvieron en este lugar hace casi treinta años.
A partir de aquí empezamos a buscar un paso al Siete. Buscamos el paso en dirección al Tercer Castillín y luego otro bajando una canal muy "pindia" de tierra y piedras sueltas (donde he marcado un punto de interés), pero a pesar de haber bajado hasta más o menos la mitad nos dimos la vuelta porque no lo vimos del todo claro (aunque creo que podía irse por ahí y luego empezar una subida muy vertical al pico) y preferimos dejarlo para otra ocasión y mayor estudio de la ruta.
Después de esto volvimos sobre nuestros pasos y a medio camino de la Pasada de la Puerta del Arco giramos a la izquierda, y tras unas trepadas, alcanzamos el Primer Castillín (2.260 m.). Tras las vistas y fotos de rigor, descendemos y continuamos hacia la izquierda. Poco más adelante está el punto de bajada hacia Asturias que desemboca en la Senda de las Merinas y el refugio. Pasamos de largo y acabamos llegando al Pico de la Puerta del Arco (2.207 m.). Magníficas vistas de Peña Ubiña y en primer término, más abajo, el Prau Capón.
Volvemos y paramos a retomar fuerzas en un sitio poco cómodo por su mucha inclinación (que se lo digan a Tino) con vistas a la Puerta. Reiniciando la marcha esta vez rodeé la puerta por el lado izquierdo, y siguiendo bajo ella, me asomé a la cueva.
A partir de aquí empieza la parte más delicada de la ruta: volver a los Llanos del Fontán. Con especial cuidado y pendientes en todo momento de los apoyos salvamos el trance. Mucho ojo los que vayan primeros con las piedras sueltas que van cayendo al avanzar los de atrás.
Volvemos por donde vinimos hasta un punto, siguiendo el Reguero de los Muriales, en que yo, por atajar y quitarme algo de pista, me desvié a la izquierda. Así atravesé campo a través los Llanos. Al poco de dejar el Pico la Cerrá a mi izquierda, y por falta de planificación, me quedé sin batería. Por eso he tenido que pintar (con la inestimable colaboración de Juanito) la ruta entera. Eso sí, intentando calcar la anterior.
De ahí seguí campo a través hasta la cancela y ya todo pista abajo hasta el coche.
En conclusión, ruta espectacular, preciosa, con su componente de riesgo en algunos puntos. Encima compañía excelente y tiempo buenísimo; todo el tiempo luciendo el sol pero sin asfixiar.
Nota: Al ser pintada la ruta los datos que salen no me parecen del todo precisos. En la incompleta me marcaba 1.209 m. de desnivel de subida y la distancia será de un poco más de 12 kilómetros. Si en el gráfico véis muchas líneas rectas es porque el GPS pierde señal a menudo (en casi cualquier ruta que miréis de la zona de Ubiña, veréis que pasa lo mismo).