Torreón del Calvitero y Canchal de la Ceja por Asperones y Cresta de Talamanca. Vuelta por Lagunas del Trampal
near La Zarza, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Soberbia, completísima e inolvidable ruta por las partes altas de la Sierra de Béjar que nos permite hollar los techos de Cáceres y Salamanca (aunque curiosamente la práctica totalidad del track transcurre por la provincia de Ávila) accediendo a ellos por la afilada Cresta de Talamanca; completada por un durísimo, pero mágico retorno por las Lagunas del Trampal, para gusto del que escribe de las más bonitas del país. Salvo el rodeo de la pronta Laguna del Duque, el paseo por los altos en la Cuerda del Calvitero y los dos últimos km de la ruta; se transita sin sendero y por terreno muy técnico: es por ello que marco la ruta como Alpinismo. Especial atención merecen varios pasos expuestos, pero gestionables en la Cresta de Talamanca y, sobre todo, la interminable bajada desde la Laguna Alta del Trampal hasta bien pasado el Tranco del Infiernillo. Me recordó en muchas ocasiones a la famosa bajada de Pineta desde Añisclo, más corta y con menos pendiente, pero más intensa, si cabe. Realizar esta ruta en otra época que no sean los largos y secos días de verano puede suponer una decisión trágica, pero no hay sombra en todo el recorrido salvo un pequeño pinar casi al terminar, por lo que hay que contar con el casi inevitable calor. Necesitamos 9 horas y media para completarla, dos montañeros experimentados en roca y en plena forma, sin tener ningún problema reseñable (podría irse a 12-13 horas fácil). Este track en mojado es una absoluta trampa mortal y no solo los afilados pasos de la Cresta de Talamanca, sino también los kms y kms de bolos graníticos de la bajada que ni siquiera en seco tienen la adherencia de la caliza, que sí domina la Cuerda de los Asperones y la Cresta de Talamanca.
Comenzamos en la Central del Chorro, a la que se llega por una irregular pista asfaltada en la que hay que bajarse para abrir y cerrar un portón que intenta evitar que escape el ganado. Cogemos el sendero señalizado que sale a la izquierda de la instalación, pero pronto nos desviamos para subir por la empinada pero asequible Garganta del Arroyo Malillo, por la que cae la tubería de conducción forzada de la central. Ayudan al montañero alguna escalera de hormigón y bastantes maromas metálicas como quitamiedos; a lo lejos, desde el aparcamiento, esta subida puede asustar un poco, pero es uno de los tramos más fáciles del día. Pronto se accede al dique de la Laguna del Duque (hay un refugio al otro lado) donde reconectamos con el sendero señalizado que la bordea. En este tramo está la única fuente oficial de la subida, aunque el agua corría en muchos arroyuelos. Precisamente, justo antes de cruzar el arroyuelo que desemboca al principio de la laguna, torcemos a la izquierda para subir hasta el verde Hoyo del Malillo. La subida es dificultosa pues está sobrehitada, lo que provoca que cada montañero suba por un sitio diferente no haciendo camino. Además la vegetación es abundante y el agua empantanaba gran parte del terreno. Rodeamos por la izquierda el Hoyo del Malillo antes de empezar a subir, fácil por fin, hasta la Cuerda de los Asperones. Tampoco tiene ninguna dificultad dicha cuerda hasta que empieza el mambo en la Portilla de Talamanca.
Se suceden varias trepadas y destrepadas hasta salir a la cumbre roma de Talamanca y, sobre todo, varios puntos expuestos y complicados. Es clave no engancharse en ningún paso, pues todos tienen adecuadas soluciones (si se busca e insiste) para el montañero acostumbrado a crestas. De mucha ayuda los hitos, como en casi toda la ruta. Superamos por arriba unos bloques de unos tres metros de altura...cuya otra opción era una cornisa expuesta con patio mortal y mala entrada que puede ayudar a superar por la izquierda dichos bloques. La cornisa, no obstante, tiene espacio suficiente para poner los pies (adjunto foto a la salida, pero vuelvo a avisar que la entrada es peor). También digno de reseñar la bajada a la Portilla Alta de Talamanca, que no es más que una grieta en la cresta. La parte baja de dicha grieta es algo aérea, con canales de gran pendiente cayendo a ambos lados. Evidentemente, un error aquí puede provocar una avería en un mal sitio, pero el patio no era mortal.
La cresta pierde ferocidad cerca de la cumbre de Talamanca (donde se unen las tres provincias) y nosotros nos desviamos al famosísimo Paso del Diablo, una chimenea muy vertical de unos 8 metros de altura, donde una cadena fija y unas recientes grapas ferreteras sirven de mucha ayuda (especialmente estas, que me perdonen los puristas). Pasada esta dificultad, el Torreón a tiro de piedra. Podemos decir que solo pusimos el pie en Cáceres para auparnos a su techo. Volvemos al Paso del Diablo, ahora para treparlo, siguiendo por la Cuerda del Calvitero para llegar al techo de Salamanca, el romo Canchal de la Ceja (15ª montaña más prominente de la Península), cuyo principal atractivo son las soberbias vistas a las Lagunas del Trampal, absolutas protagonistas de la bajada. Por sencillo campo a través y un sendero empinado pero sendero, llegamos al Hoyo de los Lagunillos, digno previo del espectáculo que se nos avecinaba. Para mi gusto, la Laguna Alta del Trampal se encuentra en el top3 del país. Es consciente el montañero, ya desde el acercamiento, de estar en un lugar único, extremadamente solitario por lo inasequible del paraje. Además, cuenta con la única fuente de la bajada (aunque corrían decenas de arroyuelos a los lados de la garganta), marcada con un waypoint y explicada en la descripción de la foto, pues está muy escondida.
Una vez se deja atrás esta maravilla, comienza la parte dura de la bajada. El flanqueo de la Laguna Grande del Trampal ya es una odisea porque hay que superar una escollera granítica peligrosa y bastante aérea. No terminan ni mucho menos en esta laguna las dificultades, pues no logramos avanzar ni a 2 km/h durante los siguientes 3-4 km. Benditos hitos. Hubo que vadear varias veces la garganta. Cuando ya parecía que abajo se abría un prado amplio y llano, resultó estar empantanado, casi un manglar; resultaba incluso más peligroso que ir por roca, porque infinitos agujeros traicioneros ponían en jaque constante a nuestros tobillos. Al fin, después del Tranco del Infiernillo apareció un camino antiguo, descompuesto y colonizado en muchos lugares por las retamas; pero llano y camino al fin y al cabo, una autopista nos pareció. Así que el último km fue agradable, incluso disfrutamos de las únicas sombras del caluroso día. Finalmente, superamos una acequia y seguimos paralelamente a ella hasta llegar a la central. Bendito Arroyo del Malillo donde, a pesar de su pequeño caudal, nos refrescamos como premio final a esta montañera ruta por la Sierra de Béjar.
Comenzamos en la Central del Chorro, a la que se llega por una irregular pista asfaltada en la que hay que bajarse para abrir y cerrar un portón que intenta evitar que escape el ganado. Cogemos el sendero señalizado que sale a la izquierda de la instalación, pero pronto nos desviamos para subir por la empinada pero asequible Garganta del Arroyo Malillo, por la que cae la tubería de conducción forzada de la central. Ayudan al montañero alguna escalera de hormigón y bastantes maromas metálicas como quitamiedos; a lo lejos, desde el aparcamiento, esta subida puede asustar un poco, pero es uno de los tramos más fáciles del día. Pronto se accede al dique de la Laguna del Duque (hay un refugio al otro lado) donde reconectamos con el sendero señalizado que la bordea. En este tramo está la única fuente oficial de la subida, aunque el agua corría en muchos arroyuelos. Precisamente, justo antes de cruzar el arroyuelo que desemboca al principio de la laguna, torcemos a la izquierda para subir hasta el verde Hoyo del Malillo. La subida es dificultosa pues está sobrehitada, lo que provoca que cada montañero suba por un sitio diferente no haciendo camino. Además la vegetación es abundante y el agua empantanaba gran parte del terreno. Rodeamos por la izquierda el Hoyo del Malillo antes de empezar a subir, fácil por fin, hasta la Cuerda de los Asperones. Tampoco tiene ninguna dificultad dicha cuerda hasta que empieza el mambo en la Portilla de Talamanca.
Se suceden varias trepadas y destrepadas hasta salir a la cumbre roma de Talamanca y, sobre todo, varios puntos expuestos y complicados. Es clave no engancharse en ningún paso, pues todos tienen adecuadas soluciones (si se busca e insiste) para el montañero acostumbrado a crestas. De mucha ayuda los hitos, como en casi toda la ruta. Superamos por arriba unos bloques de unos tres metros de altura...cuya otra opción era una cornisa expuesta con patio mortal y mala entrada que puede ayudar a superar por la izquierda dichos bloques. La cornisa, no obstante, tiene espacio suficiente para poner los pies (adjunto foto a la salida, pero vuelvo a avisar que la entrada es peor). También digno de reseñar la bajada a la Portilla Alta de Talamanca, que no es más que una grieta en la cresta. La parte baja de dicha grieta es algo aérea, con canales de gran pendiente cayendo a ambos lados. Evidentemente, un error aquí puede provocar una avería en un mal sitio, pero el patio no era mortal.
La cresta pierde ferocidad cerca de la cumbre de Talamanca (donde se unen las tres provincias) y nosotros nos desviamos al famosísimo Paso del Diablo, una chimenea muy vertical de unos 8 metros de altura, donde una cadena fija y unas recientes grapas ferreteras sirven de mucha ayuda (especialmente estas, que me perdonen los puristas). Pasada esta dificultad, el Torreón a tiro de piedra. Podemos decir que solo pusimos el pie en Cáceres para auparnos a su techo. Volvemos al Paso del Diablo, ahora para treparlo, siguiendo por la Cuerda del Calvitero para llegar al techo de Salamanca, el romo Canchal de la Ceja (15ª montaña más prominente de la Península), cuyo principal atractivo son las soberbias vistas a las Lagunas del Trampal, absolutas protagonistas de la bajada. Por sencillo campo a través y un sendero empinado pero sendero, llegamos al Hoyo de los Lagunillos, digno previo del espectáculo que se nos avecinaba. Para mi gusto, la Laguna Alta del Trampal se encuentra en el top3 del país. Es consciente el montañero, ya desde el acercamiento, de estar en un lugar único, extremadamente solitario por lo inasequible del paraje. Además, cuenta con la única fuente de la bajada (aunque corrían decenas de arroyuelos a los lados de la garganta), marcada con un waypoint y explicada en la descripción de la foto, pues está muy escondida.
Una vez se deja atrás esta maravilla, comienza la parte dura de la bajada. El flanqueo de la Laguna Grande del Trampal ya es una odisea porque hay que superar una escollera granítica peligrosa y bastante aérea. No terminan ni mucho menos en esta laguna las dificultades, pues no logramos avanzar ni a 2 km/h durante los siguientes 3-4 km. Benditos hitos. Hubo que vadear varias veces la garganta. Cuando ya parecía que abajo se abría un prado amplio y llano, resultó estar empantanado, casi un manglar; resultaba incluso más peligroso que ir por roca, porque infinitos agujeros traicioneros ponían en jaque constante a nuestros tobillos. Al fin, después del Tranco del Infiernillo apareció un camino antiguo, descompuesto y colonizado en muchos lugares por las retamas; pero llano y camino al fin y al cabo, una autopista nos pareció. Así que el último km fue agradable, incluso disfrutamos de las únicas sombras del caluroso día. Finalmente, superamos una acequia y seguimos paralelamente a ella hasta llegar a la central. Bendito Arroyo del Malillo donde, a pesar de su pequeño caudal, nos refrescamos como premio final a esta montañera ruta por la Sierra de Béjar.
Waypoints
Risk
7,672 ft
Paso por lo alto de los bloques
Opción cornisa expuesta con patio mortal a la izquierda del bloque, con mala entrada
Fountain
6,977 ft
Manantial y chorrerilla de la Laguna Alta del Trampal
La chorrera forma una pequeña poza. A la altura del final de esta, a mano izquierda si estás mirando la chorrera, está el pequeño tubo que mana agua muy fría, escondido en un agujero bajo las rocas. Las ortigas amenazaban con taparla aún más.
Comments (2)
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Mejor no se puede explicar para todo aquel que quiera hacerla.
Gracias Rafa
Como je dicho mejor no se puede explicar.