Tramuntaneando

El sector este de la Tramuntana es el más salvaje, con las montañas más altas, tajos abismales de los torrentes y acantilados gigantes.

Es un lapiaz con carrizo hasta el pecho y con caminos abandonados, por lo que cuesta mucho avanzar. La progresión a menudo es inferior a 1 km/h, con peligro de torceduras.

No abundan las fuentes y algunas de ellas son pequeños aljibes contaminados con cagarrutas de cabra.

Lo he atravesado en autosuficiencia. He conectado algunos viejos caminos, pero todavía no se puede hacer con finura: hay trepadas expuestas, salto de vallas, hierbing y jabalineo.

Noches bonitas, muchas estrellas fugaces rasgando la oscuridad. Me han tocado las cuadrántidas y la conjuncion de luna con un planeta, creo que Marte.

Hay que controlar bien la logística, técnicas de supervivencia, orientación, etc. Solo se encuentra algún montañero suelto por el Puig Roig y el Torrent de Mortitx, el resto, inhóspito. No hay cobertura. Podemos quedarnos deshidratados a dos jornadas de la civilización y es sabido que el cuerpo puede colapsar en menos de un día.

Yo me he informado de las fuentes aquí.

De la protección por zonas, aquí.

De los pasos de la Sierra, aquí.

Recomiendo que quien quiera hacer algo parecido, lo estudie a su manera.

En cuanto a la legalidad del excursionismo en Mallorca, voy a dar un poco de información.

La primera vez que estuve en Mallorca un concejal de Escorca me indicó que no podía andar por las fincas privadas, cosa que me chocó porque en la península se anda con libertad, ya que los caminos son públicos, son bienes demaniales, aunque se encuentren en fincas privadas. Me pareció una cultura del señoritismo impropia de nuestros tiempos.

Naturalmente que no es como los señoritos quieren.

En el 2018 se regularon los caminos y rutas senderistas de Mallorca. La Administración está obligada a catalogarlos de forma telemática y se concedió un plazo de 4 años, que acaba de terminar sin el resultado debido. Del mismo modo se estableció un plan de inversiones para ponerlos en valor. La Ley llega a otorgar acción pública a los ciudadanos para reivindicar los caminos y hasta concede una recompensa del cuádruplo de las costas procesales. También se arroga el poder de declarar rutas senderistas sin el consentimiento del dueño, cuestión que ya ha sido avalada por el Tribunal Constitucional.

En definitiva, que con esta ley ya se puede ir por todo Mallorca con protección legal. De hecho, impedir la circulación de personas se considera infracción muy grave con multas cuantiosas. Si no andamos propiamente por el camino, tenemos justificación por cuanto la propia Administración no está cumpliendo sus objetivos de señalización y adecuación de rutas. En cuanto a los propietarios, poco pueden hacer, pues no es una discusión sobre la titularidad de los terrenos sino sobre el uso público de caminos ancestrales, derecho imprescriptible. De hecho la declaración de camino público es tan genérica, que todo lo es, pues las propias fuentes que se pueden consultar en el mapa, ya requieren de suyo un acceso, ¿de qué serviría una fuente a la que no se puede ir a beber?

Esperemos que con la letra pequeña y el reglamento no acabe en una aplicación bastarda, como ha ocurrido con los excesos en las autorizaciones, convenios de custodia y otros desmanes administrativos.

Cumplimiento del PORN

En cuanto a las zonas de exclusión, las he respetado, salvo un pequeño despiste en el Torrente de los Ferrerets, que he corregido enseguida; beber por necesidad vital en Font Gallarda y apenas un roce tangencial en el Castell del Rei para constatar que un bien cultural no es accesible a la cultura. De todas formas como mi presencia en la zona es para estudiar sus valores naturales, mediante la fotografía de sus rincones para fomentar dichos valores, pero no como investigación científica (pues el PORN exige autorización para dicha categoría) se cumple perfectamente el art. 10.

En cuanto al vivac, como no está redactado el PRUG, no hay ninguna limitación específica para vivaquear según el art. 64. La alimentación ha sido fría, ya que no se puede encender fuego, art. 47.