Travesía Hoya de la Mora, Juego de Bolos, Canuto de Siete Lagunas , Vasar del Mulhacén, Puntal de la Caldera (Sierra Nevada)

 Travesía exigente que nos llevará a la ida por las nortes del macizo central de Sierra Nevada, recorriendo desde la Hoya de la Mora las cabeceras de San Juan, Guarnón, Valdeinfierno y Valdecasillas. Lo que nos permite pasar por los Tajos del Campanario, Veta Grande y Juego de Bolos, así como por el lagunillo de Valdeinfierno y Galbata, y las lagunas Larga y de la Mosca.
 Para la vuelta dejamos el Canuto de Siete Lagunas, el Vasar del Mulhacén y el Puntal de la Caldera, tocando de nuevo tierra firme en la vereda de La Carihuela y cerrando el trazado por la senda de Los Panderones.

 Aunque podemos reducir considerablemente el recorrido ascendiendo a las Posiciones del Veleta en la lanzadera, aprovecho la agradable mañana veraniega para endosarle unos metros más al recorrido de altura.
Con estas, partiendo desde el aparcamiento de la Hoya de la Mora, emprendemos la marcha rodeando el Observatorio del Mojón del Trigo por la senda que nos lleva por la zona de Piedra Resbaladiza hasta toparnos con el arroyo de San Juan en su cabecera.

 Tocando el cauce del menguado arroyo toca acometer el primer ascenso del día, los Tajos del Campanario, a la altura del recuerdo a la montañera y puerta de acceso al Veredón Inferior.

 Descendemos el veredón, cruzamos las Trancadas del Guarnón en dirección a la pedrera que nos da acceso a Veta Grande. Aquí andamos sin senda, con la única pega de ir esquivando las rampas que nos separan del lado opuesto del Barranco del Guarnón.
&Una vez alcanzamos las primeras rocas, intuimos en la ladera la senda de ascenso, por lo que iremos buscando el camino para acercarnos a la pisada, que con una fuerte pendiente, nos sube hasta el collado de Veta Grande.
&Aquí, dejando atrás las vistas al Corral del Veleta y el Barranco del Guarnón, aparece ante nosotros el Corral de Valdeinfiernos por el que andaremos, vigilados por el Puntal de la Caldera y Juego de Bolos.
Sobre ellos, las inmensas siluetas de Mulhacén y Alcazaba.

 Un corto descenso por la Trocha de la Vieja nos deja en la solitaria Laguna de Valdeinfierno, y tras un corto paseo, completamos el trío de lagunas del corral, Laguna Galbata y Laguna Larga, ya bajo el mismo espolón del Puntal de la Caldera.

 Bordeamos las aguas turquesas de Laguna Larga buscando la senda que nos permite sobrepasar el espolón y a continuación ascender a Juego de Bolos directamente.

 Mirador de excepción de la cara norte del Mulhacén y la oeste de la Alcazaba, así como del Barranco de Valdecasillas que se pierde hacia el río Genil y adornado por la idílica Laguna de la Mosca.

 Pero sobre todo nos permite dibujar con la mirada el recorrido que nos espera, el más atareado del camino, y que nos llevará desde la laguna, ascender por el Canuto de Siete Lagunas y cruzar el Vasar del Mulhacén.

 Tras las sobrecogedoras panorámicas emprendemos el descenso hacia la Laguna de la Mosca, hasta enlazar con la senda que baja del Collado del Ciervo y que nos deja a las orillas de sus verdes aguas.

 Ahora la mirada se torna al cielo, y ni por asomo, podemos dilucidar la senda que nos llevará a cruzar la imposible cara norte del Mulhacén.

 Pero primero tendremos que centrarnos en el ascenso del Canuto de Siete Lagunas, con el puntal en la línea de tiro, nos adentramos en la vertical pedrera descompuesta que nos hará ganar la altura suficiente para enlazar con el vasar, unos metros antes de alcanzar el collado. Mientras, a nuestras espaldas, despunta el Puntal de la Caldera y sus secuaces de Juego de Bolos.

 No hay palabras para describir la sensación que te invade al enfilar los primeros metros del Vasar del Mulhacén, sin parar de escudriñar las pedreras, torrentes y espolones que se descuelgan en busca del mínimo indicio de por donde discurrirán nuestros pasos.
 A cada paso, con paciencia y precaución, se irá abriendo la estrecha y vertiginosa senda, que pasando por la Fuente del Mulhacén, se contoneará hasta la arista oeste unos metros más arriba del Collado del Ciervo.

 Tras el ultimo paso que nos expulsa del vasar, no queda otra que volver la vista atrás, y desde aquí, podría parecer inviable el paseo que acabamos de disfrutar.

 Damos la espalda al coloso, dejamos atrás el Collado del Ciervo, y cualquier atisbo de senda, para meternos de lleno en la corta y entretenida subida al Puntal de la Caldera.
Sin duda, el mejor mirador sobre las nortes, dominando la visual de buena parte de la sierra y la Laguna de la Caldera.

 Descenso directo hasta la senda que sube hacia el collado de Loma Pelada bordeando la ladera del pequeño circo y volvemos a sentirnos en tierra firme.

 Buen lugar y momento para reponer fuerzas antes de ir cerrando el trazado, ya de puro trámite, por la vereda de La Carihuela, Crestones de Río Seco y el Paso de los Guías hasta el collado.

 Desde el refugio, descenso directo hacia Hoya de la Mora, esta vez enlazando la bajada por Los Panderones y la Virgen de las Nieves.

 Nos vemos en las montañas.