Travieso Pinajarro Pista Heidi

Ruta de gran dificultad no sólo por no estar señalizada,sino por tenerse que enfrentarse al verdadero monstruo de Gredos: los piornos. Para desgracia de los montañeros, muchísimas rutas de Gredos(algunas hasta homologadas por la FEM),no sólo no están sin señalizar, sino que ni siquiera hay una senda,los piornos lo acaparan todo y no dejan un pequeño resquicio para pasar.
Es un verdadero suplicio y un peligro andar por nieve blanda que cubren esta maldición, ya que irremediablemente acabas por los suelos,y no siempre caes en blando,y sin nieve no es mucho mejor, cualquier montañero de Gredos sabe perfectamente de que estoy hablando.
Es una auténtica pena que muchas rutas no te planteas repetirlas pese a su belleza y eso no es sólo un perjuicio para el montañero sino para los municipios locales que deberían tomar cartas en el asunto si quieren participar en el mundo del turismo de montaña.
Esta ruta nos lleva a la parte más alta de Extremadura con unas vistas increíbles y con una gran variedad de paisajes.
Partimos sobre las 10.30 de la segunda plataforma de Candelario:el travieso,el día es perfecto temperatura fresca y un sol radiante.
Subimos por una vereda aquí bien marcada con mojones de piedra que sube entre chorros del deshielo y praderas,este caminito nos lleva hasta Hoya Moros donde su impresinante estampa nevada nos dejó deslumbrados. Los Hermanitos de frente y a la izquierda La Ceja y El Calvitero.Tras tener que luchar por primera vez con los piornos nos adentramos en este paraje donde nace el río Cuerpo de Hombre.Decidimos subir entre el Torreón y los Hermanitos por una ladera que puede llegar al 60% de desnivel pero lo hicimos sin dificultad al estar la nieve blanda.
Llegamos a la cuerda del Torreón,empieza la pesadilla,la nieve muy blanda, los piornos debajo y las caídas por todas partes. Seguimos hacia el sur por la cuerda para desviarnos al oeste por la cuerda del Pinajarro,sigue la maldición,malgastamos nuestras energías ahora sin nieve pero con las mismas caídas al estar más cansados.
Pasamos por debajo de unos riscos sin nombre en el mapa,se me vienen a la cabeza unos cuantos para bautizarlos: "matapiornos","plagaverde","mecagontó","mireinoporunadesbrozadora"...
Nos arrimamos a un muro y a veces nos subimos a él aunque la caída podría ser más dura.
Se sigue por el muro hasta que por fin llegamos al Pinajarro....una pasada.
El risco cuelga en el vacío y la vista no apta para vertiginosos,estamos casi a 2100 y Hervás abajo en un saltito a 700 de altitud.
Comenzamos el descenso muy intenso(nos alegramos un montón de no estar subiendo)por la derecha del pico, pegando al muro que baja por toda la cuerda.
Nuestro destino abajo, un corralón(sin piornos)en el Cerro Peramarza,la senda discurre entre los innombrables,aunque esta vez si vas atento hay sendero transitable. Por fin llegamos al corralón,y tras atravesarlo cojemos una senda a la izquierda donde al poco tiempo se acaban los Adenocarpus Complicatus(y no me lo he inventado yo,le hubiera puesto un nombre mas malsonante o menos fino...) y comienzan los pinos y otras benditas especies vegetales.
Hay que pasar una valla que tiene puerta,por fortuna no tuvimos esta vez que seguir saltando como grillos alpinos, y ya por camino, entre un maravilloso y enorme pinar con delicioso aroma, con el Pinajarro arriba riéndose de nuestros magullados cuerpos.Seguimos entre impresionantes bosques hasta una zona recreativa donde creo que fue donde perdimos la senda directa así que continuamos por pista hasta llegar a la Heidi.
Una vez en la pista Heidi decidimos bajar a ver la Chorrera cogiendo la senda en la tabladilla, para lo cual nos adentramos por esta pista unos kilómetros.
Pero llegando a este paraje aparecieron unos eruditos forestales que nos ofrecieron la posibilidad de bajar en cuatro ruedas,dudamos un momento pero como no ibamos a ver la chorrera puesto que era casi de noche, decidimos aceptar.Así que nuestra aventura acabó algo apretados en un cuatro por cuatro que nos llevó por toda la pista Heidi(preciosa)a Hervás. Amenizados con el relato sabio y docto de aquellos que más tiempo pasan en el monte,que son los que más lo aman y aprecian.Mi agradecimiento a estas personas por su gran labor de protección y por habernos bajado de día.
En conclusión es una ruta por tanto difícil o muy difícil dependiendo de los golpes que te pegues y de la habilidad que tengas para progresar en los innombrables,la mía no era muy avezada.