Turbón (2.492 m) y Turbonet desde Vilas del Turbón, descenso por Barranco de la Torcida

Preciosa ruta que desde Vilas del Turbón nos lleva a lo más alto de la Montaña Mágica, que si bien probablemente no tenga tanto glamour como el sanatorio internacional Berghof, sí que tiene al menos tanto encanto e intensidad como el Zauberberg, estando igualmente poblado de hadas y brujas, y teniendo probablemente tantas historias por contar y entender como las de gran clásico alemán.
El ascenso al macizo del Turbón es fácil, muy agradecido, no tiene ninguna complicación , y únicamente requiere juventud o buen estado de forma física para poder acceder a su cima más alta de 2492 m de altitud, de la que veréis me he olvidado poner el “waypoint”.
La ruta parte de un depósito de agua y a los 350 m aproximadamente hay que estar al loro para coger una desviación clara a nuestra izquierda y que nos ahorrará un buen tramo de pista. Ahora sólo queda seguir las indicaciones a través de un bosque y lindas praderitas para plantarnos en una hora y con un ascenso de 350 metros en la fuente Canals, que es un manantial que brota del suelo.
Dejando a nuestra derecha el barranco del mismo nombre seguimos en dirección norte sin necesidad de llegar al collado, para en un rato, y siguiendo un camino perfectamente hitado y sin ninguna complicación girar en dirección S-SE y alcanzar nuestro primer objetivo: el Turbonet (2344 m), segunda cumbre más alta de este peculiar macizo en forma de herradura, y desde donde ya divisamos con claridad la cima del turbón y los cortados que forman en centro de la herradura dando lugar al valle de San Adrián. Seguimos hasta el collado de Porroduño iniciando ya una suave ascensión que nos llevará a la cumbre del Turbón, donde hay un vértice geodésico cuya estructura alguna tormenta se habrá encargado de desmontar (¡y eso que que está prohibido por ley!) y más adelante una estación metereológica con sus antenas y toda esa parafernalia, al ladito de la cual hay un panel explicativo de la portentosa panorámica que se vislumbra del Pirineo desde Collarada hasta Montserrat y que sería demasiado largo relatar; en cualquier caso, el que quiera verlo, que suba, que es fácil.
Andaba yo bajando y pensando sobre el inmenso regalo que la montaña me había ofrecido en forma de unas vistas estrepitosas desde la cima para el poco esfuerzo realizado,cuando, como sin querer, en el collado de Porroduño me desvié hasta un sitio conocido como La Portella, donde prácticamente se inicia el Barranco de la Torcida. Sin pensarlo mucho, algo que sin duda debería haber hecho, inicié el descenso al infierno. Es éste un barranco muy escarpado, que pensaba yo era tierra ignota para la raza humana hasta que me encontré un par de hitos, bastante miserables tengo que decir, de tres piedras y no muy juntas, pero que sirvieron mientras iba entendiendo a la perfección el término enriscarse para darme ánimos y saber que sí se podía pasar. Los pasos no eran muy visibles ni de fácil acceso, teniendo que asomarme cuál marmota en alerta al pedrusco más alto y saliente para decidir por donde podía seguir bajando. Hubo una vez que no encontraba el paso, y ya me estaba poniendo algo nervioso cuando reparé detenidamente en un hito que ya había visto, el único consistente y bien formado de todo el barranco. Me vino a la mente de una manera un tanto absurda el Señor de los Anillos, y el acertijo para entrar en Moria, así que decidí acercarme hasta tocar el hito, y ahí, a su derecha apareció un paso absolutamente inverosímil, una muy estrecha y para mí complicada chimenea por la que conseguí continuar el descenso. El Hito salvador, y a quien quiera que lo construyese, el mayor de mis agradecimientos y respeto.
Es por tanto un barranco difícil, con zonas expuestas y destrepes complicados, nada recomendable para quien no tenga experiencia en este tipo de tramos y sólo para los amigos de la aventura.
Conseguí finalmente llegar a la salida del desfiladero, donde descendí una pesadísima pedrera de piedra fina en una santiamén con la conocida técnica del culeamiento, que consiste en descender como si fuera nieve blanda. Sabía que si seguía por el barranco acabaría en el punto de partida, pero estaba hasta el ídem previo de piedras y pedruscos y tenía a mi izquierda una linda colina cubierta de hierba cuyo descenso me llevaría hasta la fuente Canals, siendo ésta por tanto la opción ganadora, y con la cual terminé el regreso al punto de origen.
No he sabido muy bien cómo calificar la ruta; de senderismo desde luego no es, y esa es la razón por la que he optado por alpinismo. La calificación de difícil es por el Barranco de la Torcida; si se evita éste y se baja por donde se subió es una ruta de senderismo fácil, muy bonita y enormemente agradecida.