Urkiolamendi-Kurutzeta-Elgoin-Saitzen Puntie y Anboto (⬆ cresterío desde Larrano - ⬇ por la normal) desde Urkiola

Una ruta 5 estrellas por la belleza que tiene, tanto en lo referente a vistas como los paisajes del entorno. Subir al Anboto es siempre algo especial, y hacerlo por el cresterío aun mas si cabe. Eso si, sin rodeos, es un recorrido complicado, muy exigente en lo físico y en lo técnico, que para aquellos que, o bien sufren de vértigo, o no estén acostumbrados a caminar sobre roca ni trepar ni destrepar, lo pueden pasar bastante mal. Para la gente acostumbrada a estos terrenos y pasos, catalogaría la ruta de MODERADO.

Ni que decir que es recomendable realizar el cresterío con buen tiempo, sin haber niebla y estando todo seco, para evitar el riesgo de resbalones o caídas (riesgo muy alto ya que la roca está muy pulida). También es aconsejable ir acompañado, y si es con alguien que conozca perfectamente la ruta, mejor.

Nosotros en el día de hoy no hicimos mucho caso a la recomendación climatológica y nos la jugamos a cara o cruz, ya que en teoría anunciaban buen tiempo a la mañana y posibilidad de tormentas a la tarde. Finalmente nos salió rana y sufrimos mas de lo esperado, aunque también pudo haber sido peor, solo llovió lo justo como para mojar el suelo durante el descenso.


La ruta parte desde el alto de Urkiola y optamos por ascender primero al monte Urkiolagirre/Urkiolamendi, por un cómodo y sencillo camino herboso.
El día comenzó con un sol esplendido que ayudaba a que las vistas fueran mejores.
Una vez en la cima disfrutamos de dichas vistas en su plenitud; la sierra de Anboto al completo, el Duranguesado, Eskuagatx, Saibigain, el Gorbea... Espectacular.

Ahora descendemos al collado de Pol-Pol, de nuevo por hierba. Luego seguimos las indicaciones para ir hasta el collado de Larrano por un sencillo sendero de tierra.

Una vez en el collado, donde tenemos una preciosa vista del Alluitz, Larrano Puntie y Durango, giramos a la derecha para iniciar el ascenso por el cresterío.
El inicio se realiza por un empinado camino primero de hierba y luego por roca. En principio el camino principal está al lado derecho de una larga valla que separa en 2 el lugar. Nosotros nos equivocamos y fuimos a la izquierda, pero no veíamos forma de ir al otro lado, así que retrocedimos y continuamos por la derecha.

En la zona rocosa, avanzamos sin perdida por un estrecho sendero, hasta llegar a una pequeña zona de hayas. Aquí se continua hasta llegar a la primera de las 4 cumbres del cresterío, el Kurutzeta.
Hay que ir apurando en la medida de lo posible el precipicio, aunque no siempre se puede ir al borde, con lo cual hay que ir por la parte baja para luego volver a subir. Esto nos pasó al principio con la primera cumbre, ya que fuimos por una zona mas cómoda en la parte baja, y sin querer nos saltamos dicha cima. Ya que estábamos allí, había que hacer cumbre si o si, así que fuimos al Kurutzeta (1214m).
Las vistas de nuevo descomunales. Iguales a las del Urkiolamendi, con el añadido de ver la zona próxima a Vitoria, el pantano de Legutiano y de frente a nuestra posición la próxima cumbre, el Elgoin.

Hacia allí vamos, buscando los mejores apoyos para los pies, pero siempre cerca de la linea del precipicio. En pocos minutos, hacemos cumbre al Elgoin (1243m). Aquí vemos de frente lo que nos resta de cresterío hasta la majestuosa cima del Anboto, el objetivo final.

A partir de aquí la cosa empieza a complicarse radicalmente. Aparecen los pasos técnicos complicados; trepadas, destrepadas, y un caos de piedras y rocas donde hay que saber bien por donde ir para no complicarse la vida. Si que es cierto que en algunos tramos hay puntos amarillos y cairns que señalizan el lugar correcto, pero en mi opinión eran muy escasos y de mala visibilidad.

En medio de este caótico camino llegamos al Saitzen Puntie (1247m), que no tiene buzón aunque a priori esta catalogada como cima.
Mas adelante, seguimos por terreno igualmente complicado, hasta cruzarnos con el camino que asciende y desciende por la vía normal al Anboto. Aquí ya se acaban las complicaciones, exceptuando un tramo con placas de roca pulidas y expuesto por el lado derecho, situado un poco mas adelante del collado de Agindi, pero que no tiene mayor dificultad (al menos subiendo y en seco).

Finalmente y en breves minutos, hacemos cumbre al Anboto (1331m). Las vistas son de ensueño, igual que en las anteriores cumbres pero con el añadido de ver pueblos como Otxandio, Berriz, Zaldibar... y cumbres como el Ipizte, Orixol, la sierra de Aizkorri, Udalatx....

Tras las fotos de rigor, nos damos prisa en descender porque se acercaban nubarrones por todas partes.
Nada mas empezar a bajar hizo aparición la lluvia, y por ello también comenzamos a extremar las precauciones. Hicimos el descenso a paso de tortuga, pero es que no había otra opción. El suelo resbalaba mucho, en especial sobre el tramo aéreo de placas de roca, así que no podíamos cometer errores, había asegurar cada pisada hasta llegar abajo, apoyando el culo en el suelo cuando fuese necesario.

A mitad de bajada llegamos a un bosque, donde dejamos de mojarnos pero seguimos sin bajar la guardia, ya que el estado del terreno seguía siendo complicado, añadido a la fuerte pendiente que hay de principio a fin.

Al final, llegamos al collado de Pagozelai sanos y salvos. Justo comenzó a llover con mas intensidad, aunque enseguida paró y de nuevo salio el sol (vaya locura de tiempo).

Por último, solo nos queda seguir un cómodo y sencillo sendero de piedras al principio hasta Pol-Pol y luego por sendero natural hasta Urkiola, donde damos por finalizada esta maravillosa pero complicada ruta.