VEREDA ESTRELLA-VALDECASILLAS-MULHACEN VASAR ALTO-GUARNÓN-VEREA LOCA

Os dejo la descripcion de la ruta hecha por mi compañero Francisco:
MULHACÉN POR EL VASAR ALTO (NORTE)
Dedicada a los GREIM, siempre os tendremos presentes.
Primera parte
Llegamos pronto y bien al Barranco de San Juan, 8,00 h. después de haber desayunado abundante en la plaza de Güejar. Lo teníamos todo preparado así que a las 8,15 estábamos andando. Habíamos dejado las mochilas al límite de peso necesario, yo llevaba unos ocho kilos y Enri unos nueve. Llegamos a Cueva Secreta en unas dos horas e iniciamos el ascenso por Valdecasillas a la laguna de la Mosca, el calor empezó a dispararse y asustaban los datos del termómetro, creo recordar que hubo un momento que el de Enrique marcaba 47. Con todo accedimos a la Mosca con un buen ritmo. Una vez allí paramos media hora para decidir, con la cara norte de Mulhacén enfrente, por donde subiríamos. Al final elegimos una falla que resultó ser un trepadero duro, muy duro, con mucha piedra suelta. Sin embargo, el buen ánimo que teníamos encima nos ayudó a progresar en altitud rápidamente. Una hora y media después estábamos a la altura del Vasar Bajo donde nos encontramos con un viejo rokero de Sierra Nevada, Antonio Saez, un tío de esos bragado en mil batallas por la sierra que se la conocía al dedillo, que acababa de bajar de Vacares, había ido a la Mosca a coger agua y quería regresar por el vasar Bajo hacia Caldera. Cuando le contamos lo que pretendíamos decidió cambiar su ruta y acompañarnos porque no la conocía. Así que retomamos el ascenso hacia el Vasar Alto. Cuando llegamos al collado de la Alcazaba, dudamos por donde tirar porque no veíamos claro el camino, no estaba señalizado pero poco a poco nos fuimos haciendo una idea de lo que nos enfrentábamos; una ruta poco transitada, sin señalizar, peligrosa por la cantidad de piedra suelta en precipicios tremendos y por supuesto nada recomendable, pero ya estábamos allí y ya sabéis que a los montañeros nos gustan los retos. Cada paso era complicado, había que estudiarlo con detenimiento para decidir sobre la mejor opción, con las fuerzas ya bastante menguadas pero lo hicimos. El último tramo de subida a cima fue interminable, un castigo debido a nuestro estado, pero lo subimos y arriba explotó toda la alegría contenida por la tensión acumulada. Antonio estaba feliz, repetía orgulloso que sus colegas iban a alucinar. Yo soy incapaz de expresar la emoción que sentía, es una una subida brutal, muy física que si no llega a ser por Enrique no subo porque continuamente insuflaba ánimos e ilusión, queríamos hacerla y lo conseguimos. Tras tres cuartos de hora en la cima comenzamos el descenso hacia Caldera que más que un refugio parece la pensión La Paca, vacaciones gratis en Sierra Nevada. Los montañeros de verdad nos quedamos sin plaza y así que reventados no sabíamos qué hacer, hasta que Antonio sugirió que nos fuéramos a Villavientos, un pequeño refugio a un kilómetro de Caldera, estaba anocheciendo y no podíamos perder tiempo. Vaya subidón cuando llegamos y había sitio, hacía frío y fue un buen colofón a la jornada. Dormimos calentitos.
Segunda parte
El domingo, temprano, tras dormir como pudimos, hablamos sobre la ruta de vuelta, teníamos dudas porque al ir a Villavientos nos habíamos desplazado bastante. Surgió la idea de bajar por el Guarnón porque parecía lo más directo tal como nos sugirió Antonio, pero no teníamos track de la zona ni mapa por lo que íbamos un poco a ciegas, algo que pagaríamos después. Emprendimos camino por el carril que va a la Carihuela e iniciamos ascenso a los Machos, fácil y rápido, pero nada más comenzar el descenso al Guarnón comenzaron los problemas, la ruta estaba mal señalizada y el camino poco transitado por lo cual cada paso lo hacíamos con dudas. De hecho, tomamos la mala opción de acercarnos a la pared que divide las Posiciones del Veleta del Guarnón hasta que nos dimos cuenta que estábamos en un callejón sin salida debido a la fuerte pendiente de los barrancos, de modo que desandamos un kilómetro (una hora) aproximadamente. El camino correcto era el que bajaba del collado de Laguna Larga y hasta que no lo encontramos no paramos. A esa hora estábamos bastante castigados, además cruzando un arroyuelo resbalé y me hice daño en una rodilla que ahora mismo está hinchada y me tiene en reposo. En ese laberinto fuimos buscando hitos por donde continuar pero estaba muy mal señalizado y es una vereda incómoda llena de piedras. Cuando comenzó a mejorar el camino, vimos un punto amarillo que indicaba un CR algo que nos llenó de alegría, era la Verea Loca (entonces no lo sabíamos) una vereda que trascurre por una antigua acequia en el borde de la montaña y que además ganaba en altura. Al principio bien, cómoda, rápida, pero de repente a eso de las dos de la tarde topamos con un primer escollo el camino se complicaba y había instaladas unas cuerdas para asirse y otra y otra, en algunos tramos la acequia estaba derrumbada y había que destreparla y treparla y en otro de los tramos ni con cuerdas ni con trepada ¡a gatas! madre mía que putada, a gatas con el mochilón en la espalda por un tunelcillo de no más de un metro de altura y otro de anchura con una caída de cincuenta metros a la derecha. Por fin, una vez pasado ese tramo trampa que debía de estar señalizado, mejoró de nuevo el camino hasta que vimos la primera señal en dos días "Cortijo del Hornillo" eso ya olía a Vereda de la Estrella. El calor era insoportable y el descenso del cortijo a la vereda interminable. Los primeros signos de desfallecimiento y deshidratación aparecieron, pero ya los últimos cuatro kilómetros hasta el coche fueron cuestión de casta y fuerza de voluntad, voluntad por sobrevivir y voluntad por no rendirse ante las adversidades. Un bañito en el río y como nuevos. Gracias Enrique eres un auténtico campeón, eres Tauro como yo y muy cabezón (como yo), pero noble y buena gente, Ha sido un placer compartir esta aventura contigo. No todo el mundo tiene tu capacidad de sufrimiento.